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Allegados de Navalni dicen que iba a ser canjeado a Alemania por un preso checheno

Pocos días antes de morir, el opositor ruso Alexei Navalni iba a ser canjeado por Vadim Krasikov, un preso checheno encarcelado en Alemania por la muerte de un ciudadano georgiano, según ha difundido su entorno en Telegram.

Flores en recuerdo de Navalni en Milán.
Flores en recuerdo de Navalni en Milán. (Mourad BALTI TOUATI | CONTACTO-EUROPA PRESS)

El opositor ruso Alexei Navalni murió en prisión días antes de su canje por el checheno Vadim Krasikov, condenado en Alemania por la muerte de un ciudadano georgiano, según ha informado este lunes el entorno del fallecido político.

«Navalni debería haber sido puesto en libertad en pocos días, ya que nosotros logramos una decisión sobre su canje», ha asegurado Maria Pevchij, estrecha colaboradora de Navalni, en Youtube, destacando que solo restaba el visto bueno de Putin para cerrar un canje en el que se venía trabajando desde hace dos años. Ha explicado que ya desde que comenzó la ofensiva en Ucrania se marcaron como objetivo sacar a Navalni de prisión, ante el temor de que su situación empeorase.

Finalmente, terminó en una remota cárcel del Ártico, «escondido del mundo y sometido a torturas», ha denunciado Pevchij, que ha compartido un relato con el que llama a entender no sólo por qué «Putin mató a Navalni», sino también los motivos que llevaron a que muriese el 16 de febrero.

«Se suponía que Navalni iba a ser liberado en los próximos días porque habíamos tomado una decisión sobre su intercambio», ha dicho, explicando que a principios de mes se le presentó una oferta a Putin y que la tarde del 15 de febrero todo estaba ya en «una fase final».

Entonces, al presidente ruso se le habría planteado que «la única manera» de conseguir que Krasikov volviese a Rusia sería entregar a Navalni, por lo que según Pevchij optó por hacer desaparecer a quien debía ser moneda de cambio. «Es el comportamiento de un loco mafioso», ha sentenciado.

Abramovich como intermediario

El alambicado relato de Pevchij da cuenta de un objetivo que en un principio parecía «imposible» pero que finalmente se logró plantear como un «intercambio humanitario», en la medida en que al tratarse de un ciudadano ruso, ningún otro país tenía «obligación» alguna de salir en su auxilio: «Espías rusos a cambio de presos políticos».

Durante este tiempo, hubo personas de otros países que arriesgaron su vida y sus carreras en «negociaciones no oficiales» con el Kremlin, mientras que el magnate Roman Abramovich ejerció de «negociador informal», como canal de enlace entre Putin y autoridades europeas y estadounidenses.

Pevchij ha explicado que hay ejemplos que demuestran la veracidad de este relato y ha citado, entre otros, las publicaciones aparecidas en prensa sobre un supuesto canje que implicase a Krasikov o que Putin citase su nombre en una reciente entrevista con el periodista ultraderechista Tucker Carlson.

Todo, ha añadido, fue en vano y Navalni perdió la vida en circunstancias que aún no se han aclarado. La asesora ha asegurado que Putin terminó dando la orden porque «Navalni era un verdadero político», seguido por millones de personas y con capacidad de movilización: «Navalni era todo lo que Putin nunca podrá ser y Putin le odiaba por eso».