Los amantes del chocolate se habrán dado cuenta de que desde principios de año se ha encarecido de manera notable. Y es que los precios de la materia prima se han disparado. En los algo más de dos meses de 2024 el precio del cacao ha crecido un 55% y ha superado los 6.000 euros por tonelada. De este modo, el cacao ha pasado a formar parte del club de materias primas agrícolas cuyo precio se ha disparado. En este caso, sin embargo, no parece que la principal causa sea la entrada de fondos de capital con ánimo de especular, sino que la problemática tiene otras raíces bien diferentes.

La mayor parte del cacao que se comercializa en el mundo se cultiva en África Occidental. Según las estadísticas de 2022, Costa de Marfil fue el principal productor con más de 2,2 millones de toneladas anuales, lo que representa el 38% del total mundial. Le siguió Ghana con una producción aproximada de 1,1 millones de toneladas o el 19% del total. Por detrás quedó Camerún, con 300.000 toneladas que representarían el 5% del total y Nigeria con otro 5%. Solo estos cuatro países africanos cultivan más de dos terceras partes del cacao en el mundo.

Esta zona de África lleva sufriendo varios años temperaturas anormalmente altas y escasez de precipitaciones que están afectando a las cosechas. Si este mes de marzo no aumentan las precipitaciones coincidiendo con el inicio de la segunda parte de la campaña de recogida, este será el cuarto año de malas cosechas. De momento, los productores de Ghana ya han adelantado que posiblemente el volumen de grano recogido se reduzca en un 40%.

Los precios revelan otras carencias

Este episodio de altos precios contrasta con lo que ha sido la tendencia general durante los últimos 25 años. Los precios del cacao apenas crecieron en ese periodo, lo que poco a poco redujo el ingreso de los productores y también la motivación para realizar nuevas inversiones. Varios analistas señalan que esta baja retribución es precisamente lo que ha provocado que el cultivo de cacao está relativamente descapitalizado, y la actual sequía no ha hecho sino agudizar esa falta de inversiones.

Según los datos de la FAO, los productores de cacao apenas reciben el 9% de lo que el consumidor final paga por una tableta de chocolate

A diferencia de otras materias primas agrícolas, en el caso del cacao los principales productores son miles de campesinos. La agroindustria apenas tiene peso en el cultivo. Otra cuestión muy diferente es la transformación y venta del chocolate y otros productos derivados de cacao. Esta es la parte más rentable de la cadena de valor. Según los datos de la FAO, los productores apenas reciben el 9% de lo que el consumidor final paga por una tableta de chocolate. En este apartado son grandes empresas multinacionales, como Cargill o Nestlé, las que dominan el procesamiento y la comercialización de productos derivados del cacao.

En este sentido, conviene recordar que el principal consumidor mundial es la Unión Europea, responsable del 57% del total. Bastante alejado queda América del Norte. Hasta hace unos años, tanto la Unión Europea como EEUU han mantenido aranceles a la entrada de productos de cacao elaborados, mientras que la importación de materia prima bruta, los granos de cacao, no pagaba nada. Una medida que reforzaba su posición en la cadena de valor, al dificultar a los países productores el desarrollo de una industria transformadora. Otro ejemplo más del modo en el que funciona el «libre» comercio.

Enfermedades, contrabando y minería

La climatología y los bajos ingresos no son los únicos problemas. La Junta de Cacao de Ghana, Cocobod, el organismo gubernamental que gestiona la producción y comercialización del cacao,  cifró en 150.000 toneladas, el 14% de la producción del país, las pérdidas debido al contrabando y a la extracción ilegal de oro, conocida como «galansey» (gather them and sell, cógelas y véndelas). No menos importantes fueron las pérdidas por el virus de la inflamación de los brotes de cacao que provoca una reducción del rendimiento y a menudo termina matando los árboles.