Después de dos tropiezos consecutivos frente al entonces segundo clasificado, Girona, y el líder, Real Madrid, Osasuna no se ha resentido para tanto en la clasificación y en sus opciones de pelear por una plaza europea.
Antes de esas dos mencionadas derrotas, la escuadra navarra ya tenía a tiro de piedra el mismo séptimo puesto que logró el curso pasado, a tan solo cuatro puntos de distancia.
Ahora, la diferencia se ha agrandado hasta los seis, con todavía nueve jornadas por delante por disputarse –un cuarto de la competición–, aunque, eso sí, con más rivales en la pelea, en la que se han metido también Villarreal y Getafe.
El traspiés frente a los merengues también acentuó las dinámicas contrapuestas de dos jugadores rojillos que, por bien diferentes motivos, están siendo protagonistas a lo largo de la presente campaña.
La cara la volvió a poner Ante Budimir, quien no faltó a su cita con el gol, pese a que su acierto de cara a la meta contraria de bien poco sirviera para rescatar algún punto en el duelo de El Sadar.
El ariete croata sumó su decimoquinta diana liguera, empatando con Borja Mayoral, que no va a jugar durante los próximos meses al estar lesionado de gravedad, y a solo una del actual pichichi del campeonato, Jude Bellingham.
El balcánico está dispuesto a romper todos los récords anotadores de la entidad rojilla durante un único ejercicio y en Osasuna cruzan los dedos para que regrese sano y salvo de las dos citas amistosas que tiene este próximo fin de semana.
El de Ozimica juega con Croacia un torneo en Abu Dabi, en el que tendrá que medirse este sábado a Túnez. La otra semifinal la disputarán Egipto y Nueva Zelanda.
No es extraño que el club navarro aguarde con impaciencia una vuelta sin contratiempos del delantero, dado que prácticamente ha anotado la mitad de los tantos del equipo, 15 de 33.
Pitos para Catena
La cruz de la moneda es para Alejandro Catena. Apalabrado su fichaje antes del pasado mercado veraniego por su gran papel en el Rayo y a coste cero, la incorporación del madrileño animaba a pensar en un gran refuerzo defensivo.
Además, el hat-trick que anotó de cabeza en la final de la EH Txapela frente a la Real disparó las expectativas sobre su rendimiento que, con el paso de las jornadas, ha ido convirtiéndose en un calvario particular.
Hasta el punto de que este pasado sábado se transformó en los primeros pitos sonoros que recibió desde la grada al ser reemplazado por Iker Muñoz a falta de veinte minutos para la conclusión.
El central cometió un grave error en el 0-1 que permitió que el Real Madrid se adelantase a las primeras de cambio y llegó tarde en el salto para impedir que Valverde prolongase un balón que se convirtió en el 1-3 que encarrilló el choque del lado blanco.
Dos nuevas acciones desafortunadas que añadir a una campaña en la que el madrileño ha ido perdiendo confianza en sí mismo, lo que ha repercutido en su rendimiento y que ha llevado a parte del graderío a mostrar su descontento.
Pese a ello, y teniendo en cuenta que el respetable tiene todo el derecho a transmitir su enfado, no estaría de más recordar que ya han existido capítulos anteriores de jugadores que se dieron prácticamente por perdidos y resurgieron como el ave fénix, recuperando su condición de indispensables para el equipo.
Sin ir más lejos, habría que rescatar el episodio de Juan Cruz, por quien Osasuna pagó una cantidad importante al Elche, quien en un principio no consiguió amoldarse al estilo de juego de Arrasate –estuvo en un tris de salir cedido– y acabó convirtiéndose en una pieza fundamental por su polivalencia.
Por eso, resultaría muy precipitado dar ya por sentado que Catena no es un futbolista válido a futuro para Osasuna, teniendo en cuenta que el jugador ha dejado más que demostrado en su evolución deportiva que está capacitado para desenvolverse en Primera.
En su caso particular, seguramente lo que más le conviene es que se acabe cuanto antes este curso y que durante el periodo vacacional limpie su cabeza y regrese a la disciplina rojilla con una nueva mentalidad para demostrar sus cualidades, que las tiene.
Renovación de Echegoyen
Osasuna también ha anunciado la renovación de Mauro Echegoyen, uno de los futbolistas de Tajonar al que se le augura un mejor futuro futbolístico, y al que la entidad rojilla ha atado hasta 2026, con opción de ampliarse el compromiso hasta 2028.
A sus 18 años, el centrocampista de Murchante ya forma parte desde el pasado verano de la plantilla del Promesas y ha sido convocado en alguna ocasión por la selección española sub 19.
En su nuevo contrato se ha establecido una cláusula de rescisión de cinco millones mientras forme parte del filial, una cantidad que se ampliará hasta los 12 en el momento en que pertenezca a la plantilla del primer equipo.
El jugador, que comenzó sus primeros pinitos en el equipo de su localidad, llegó a Tajonar en edad alevín y ha ido escalando por las diversas categorías inferiores hasta el Promesas.