Durante los últimos dos meses, el Partido Laborista británico ha experimentado una sangría de bajas en el seno de la formación, atribuida a las controversias sobre su postura en Gaza y un cambio drástico en las inversiones en materia ecológica, según los datos proporcionados por su Comité Ejecutivo Nacional (NEC) que recoge ‘The Guardian’.
En un informe presentado al NEC la semana pasada, el secretario general del partido, David Evans, sorprendió al revelar que la afiliación, que alcanzaba los 390.000 miembros en enero, había caído a 366.604 en el último recuento, por lo que más de 23.000 afiliados laboristas han abandonado el partido en dos meses.
La afiliación al partido alcanzó su máximo en 2019, con 532.000 miembros, bajo el liderazgo de Jeremy Corbyn, hoy defenestrado por Keir Starmer, a quien no le ha temblado la mano para rehacer el partido a su antojo y distanciarlo de la propuesta izquierdista del exlíder.
De hecho, ‘The Guardian’ señala que diversas fuentes laboristas atribuyen esta caída de afiliados principalmente a la indignación entre los afiliados musulmanes y otros simpatizantes del partido por la postura de Starmer sobre Gaza, así como a su negativa durante varios meses a pedir un alto el fuego inmediato.
La falta de acción laborista sobre Gaza llevó a la dimisión de al menos 70 concejales laboristas y la pérdida de control en ayuntamientos como Oxford, Burnley, Hastings y Norwich.
Simultáneamente, Starmer enfrentó la rebelión de muchos de sus propios diputados y la dimisión de miembros de su primera bancada. En noviembre, 10 diputados dimitieron o fueron despedidos de su equipo tras votar a favor de una moción del SNP que pedía un alto el fuego en el enclave.
Pese a las recientes renuncias, la formación es favorita en las encuestas para ganar tanto las generales como las municipales parciales de dentro de un mes, en las que se disputan solo 2.800 puestos de concejal en Inglaterra y varias alcaldías, entre ellas la de Londres.
Las última encuesta publicada por ‘The Sunday Times’ señala asimismo que el Partido Laborista ganaría las próximas elecciones con un 45% de apoyo y 286 escaños, muy por delante del Partido Conservador que gobierna actualmente y que se quedaría en un 26% de respaldo y 98 representantes.
Políticas verdes y financiación
Starmer también han sido criticado por reducir el plan de inversión ecológica de 28.000 millones de libras, que algunos consideraban una línea divisoria clave entre laboristas y conservadores de cara a los próximos comicios de este año.
Así, el líder laborista confirmó que el plan de prosperidad verde se reduciría a menos de 15.000 millones de libras, de los que solo un tercio serían fondos nuevos.
A pesar de las bajas en el partido, el Comité Ejecutivo Nacional afirma que la formación sigue siendo financieramente sólida a pesar de la caída de afiliaciones, que constituyen solo una fuente de ingresos para el partido. Además, los laboristas señalan que no hay una correlación directa entre la afiliación y la popularidad electoral.
El partido de Starmer obtiene ahora gran parte de sus ingresos de donantes, junto con el apoyo financiero de los sindicatos, que esperan mantener.