Joseba Salbador Goikoetxea

Aprovechar al máximo el espacio en terrazas y balcones

Las terrazas y balcones son espacios muchas veces olvidados durante el invierno, pero que durante el resto del año pueden convertirse en el salón exterior o incluso en la huerta de nuestra casa, a poco que lo pongamos a nuestro gusto con los muebles, las plantas y los cerramientos adecuados.

Al igual que sucede en el interior de las viviendas, las decoraciones actuales en terrazas y balcones son muy minimalistas. Los huertos verticales contribuyen al aprovechamiento del espacio.
Al igual que sucede en el interior de las viviendas, las decoraciones actuales en terrazas y balcones son muy minimalistas. Los huertos verticales contribuyen al aprovechamiento del espacio. (GARA)

Durante el confinamiento, las estancias exteriores de las viviendas se convirtieron en el elemento más codiciado por todo el mundo aunque, con el paso del tiempo, corren el peligro de volver a caer en el olvido. El sofá y las pantallas pueden resultar más adictivas, pero si tenemos la suerte de disponer de un balcón, por pequeño que sea, merece la pena aprovecharlo siempre que haga buen tiempo.

Lo primero es pensar en la función que queremos dar a ese espacio: un salón exterior donde relajarnos, un comedor donde comer o cenar los días de buen tiempo, o incluso un huerto urbano donde cultivar nuestras hortalizas o plantas aromáticas.

Resulta obvio que la primera de las funciones mencionadas es la que más espacio va a requerir. Si queremos convertir la terraza o el balcón en un salón, necesitaremos espacio para colocar, al menos, un sofá y una mesa: entre ocho y diez metros cuadrados como mínimo.

Si disponemos de ese espacio, podemos comenzar a mirar los muebles para acondicionarlo. Pero, ¿cuáles son los más adecuados? Para obtener la respuesta, acudimos a Urtinea Lorategia, donde su responsable, Ana Zaro, nos da algunas ideas sobre las tendencias más actuales.

En su opinión, el mueble de mimbre sigue siendo el más demandado para las estancias exteriores, gracias a su carácter atemporal. «Es un material que nunca pasa de moda, y que combina muy bien tanto con un estilo clásico como con uno más moderno», señala la responsable de Urtinea.

En cualquier caso, hoy día también existe una gran oferta de imitaciones con materiales sintéticos, que sin duda resultan más duraderos, pero pierden su encanto. Entre estos últimos, destacan los sofás y sillones de ratán sintético, un material que posee una elevada resistencia al agua y a la decoloración por el sol.

Asimismo, se puede encontrar una gran variedad de sofás y sillones con estructura de madera o metálica y con telas y acolchados de todos los tipos y colores, aunque conviene asegurarnos de que son aptos para el exterior, ya que en ese caso estarán preparados para las inclemencias meteorológicas y, aunque se mojen con un chaparrón, podremos volver a utilizarlos una vez se sequen al sol. Eso en el caso de que tengamos una terraza descubierta, porque si es un balcón cubierto, tendremos más libertad a la hora de elegir los muebles y complementos.

Junto a los sofás y la mesa, se pueden colocar diversos elementos decorativos, como cajones o barcas de madera para sostener tiestos, incluso medias barricas con plantas en su interior. La responsable de Urtinea, sin embargo, considera que cada vez están más en desuso y que las decoraciones actuales son muy minimalistas, al igual que sucede en el interior de las viviendas. «La tendencia ahora va hacia lineas muy rectas y sencillas, más modernas, en lugar de un estilo rústico, que sí es cierto que tuvo su época, pero que se ha quedado ya un poquito desfasado».

En el caso de que dispongamos de menos espacio, nos podemos decantar por una mesita y un par de sillas, que incluso pueden ser plegables, en los que poder tomarnos un café, una cerveza o incluso comer o cenar una o dos personas. Lo habitual en estos casos es optar por una estructura de hierro o fibra sintética y encimeras de madera tratada para hacer frente a la intemperie.

Y tratándose de terrazas y balcones, resulta obvio que el elemento decorativo por antonomasia es la planta, bien sea de temporada o permanente. Tal y como explica Ana Zaro, en lo que a flores de temporada se refiere, siguen teniendo gran tirón las especies más tradicionales como el geranio, la alegría guineana o la begonia, aunque en estos espacios nos podemos animar también a poner plantas arbustivas, combinadas con las flores de temporada. «Si escogemos las macetas adecuadas, podemos combinar las flores de temporada con los arbustos permanentes, que con muy poco esfuerzo visten mucho la terraza y van cambiando de tono con las estaciones», explica la responsable de Urtinea.

Huerto urbano

Y si además de decorar, queremos entretenernos con las plantas, qué mejor que colocar un pequeño huerto urbano en nuestro balcón. Además, da igual el espacio del que se disponga, ya que hoy día existen soportes para pared en los que cultivar, por ejemplo, fresas o tomates cherry, así como plantas aromáticas y medicinales. En opinión de Ana Zaro, se trata de una alternativa muy adecuada para los principiantes, «ya que requieren de muy poca inversión y sirven para hacer la prueba antes de lanzarse, por ejemplo, a una mesa de cultivo».

Si disponemos de más espacio, podemos colocar macetas más grandes con combinaciones de hortalizas o con frutales como naranjos o limoneros, arándanos o frambuesas. Y si nos animamos un poquito más, podemos poner también las mesas de cultivo, donde se puede sembrar cualquier variedad de tomate, lechugas, cebollas o incluso guindillas, por ejemplo, que tienen mucha aceptación.

En palabras de Ana Zaro, «la gente disfruta mucho cultivando su propia huerta, es algo que da mucha satisfacción. Sobre todo con niños, más que nada por la experiencia de recoger lo sembrado. Y también por el sabor, ya que no tiene nada que ver con lo que compramos en el supermercado».

En el caso de las terrazas, el elemento más demandado es el toldo extensible.

Intimidad y protección frente al sol y la lluvia

Al margen de los muebles y plantas que coloquemos en balcones y terrazas, otro aspecto importante a tener en cuenta es preparar el espacio con las protecciones necesarias para garantizar un poco de intimidad, así como la indispensable protección frente al sol y la lluvia.

La privacidad es un elemento muy importante, ya que de él dependerá en buena medida el grado de utilización de la terraza. Si se trata de un espacio totalmente abierto y expuesto a miradas indeseadas, no nos sentiremos cómodos y terminaremos por no utilizarlo. En cambio, si está debidamente protegido, puede convertirse en una estancia más de la casa.

Actualmente existen infinidad de soluciones para asegurar la privacidad de terrazas y balcones, tanto en materiales sintéticos como naturales. Así, además de los paneles decorativos de polipropileno, se puede utilizar el clásico cerramiento de bambú o mimbre, así como vallas de brezo o celosías de madera.

Y para protegernos de un sol excesivo o del xirimiri, nunca está de más instalar un toldo que se adapte a cada espacio. En el caso de los balcones cubiertos, resulta muy interesante colocar toldos tipo estor o verticales, que nos protegerán del sol cuando más aprieta. Pueden llegar hasta la barandilla y son abatibles hacia el exterior.

En el caso de terrazas descubiertas, el elemento más demandado es el toldo extensible o articulado. Su diseño y posibilidades de anclaje permiten crear espacios confortables protegidos del sol o de la lluvia. Otro de los aspectos que tendremos que decidir es el del cofre, el elemento que permite guardar la tela y los brazos cuando no se utiliza. Aunque sea la opción más cara, es muy recomendable, ya que además de aumentar la durabilidad del toldo, aporta una estética más limpia y elegante.

Finalmente, en zonas muy expuestas al viento, se pueden utilizar toldos corredizos colocados sobre soportes como pérgolas, en los que se instalan las vías para que el toldo, aun desplegado, esté siempre bien anclado.