![Denys Shmyhal, primer ministro ucraniano, hablando en una rueda de prensa en la sede del Banco Mundial en Washington DC.](/media/asset_publics/resources/001/104/342/article_main_landscape/shmyhal.jpg)
Atrás quedan las predicciones que auguraban una derrota en el campo de batalla de un Ejército ruso supuestamente inepto y obsoleto, en palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que tenía que recurrir a chips de lavadoras que robaba en Ucrania para reponer sus misiles, menospreciando y minusvalorando las capacidades militares rusas.
Sin embargo, en las últimas semanas, como por arte de magia, han cambiado radicalmente las predicciones y distintos analistas militares y medios globales adelantan una derrota del Ejército ucraniano al que le faltarían soldados, en clara desventaja en artillería y aviación, con la ayuda financiera estadounidense bloqueada en Washington. Y todo ello en un país disfuncional, sin infraestructura energética y totalmente dependiente de los designios y cálculos de terceros.
Espectro de la derrota
El primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal, de visita en Washington antes de que los legisladores de EEUU voten el sábado la propuesta –polémica entre el público estadounidense y durante meses estancada– de un paquete de 61.000 millones de dólares de ayuda financiera a Kiev, evocó abiertamente el espectro de una derrota de Ucrania para lanzar la advertencia de que abriría las puestas a la III Guerra Mundial. En declaraciones a la BBC, dijo que «necesitamos este dinero ayer, no mañana ni hoy; si no Ucrania caerá». Adelantó que en ese escenario «el sistema global de seguridad será irremediablemente destruido, habrá muchas guerras de ese tipo, y al final, esto podría conducir a una III Guerra Mundial».
No es la primera vez que Ucrania emite una advertencia tan alarmante sobre las consecuencias de su posible derrota. El año pasado, el presidente Zelensky dijo que si Rusia ganaba, podría invadir Polonia, desencadenando la III Guerra Mundial. Unas acusaciones ridiculizadas por el Kremlin, calificadas por el presidente ruso como «una completa y absoluta tontería».
Caída de la moral
En ese sentido, el general británico Richard Barrons, excomandante del Comando de Fuerzas Conjuntas, declaró recientemente que temía que Ucrania pudiera enfrentarse a la derrota en 2024 a menos que se le dieran las armas y municiones para asegurar sus líneas. «Estamos viendo a Rusia avanzar en la línea del frente, empleando una ventaja de cinco a uno en artillería, municiones y un excedente de personal», dijo. «Ucrania puede llegar a sentir que no puede ganar. Y cuando llegue ese punto, ¿por qué la gente querrá luchar y morir?».
Ucrania depende críticamente del suministro de armas y dinero de EEUU y Occidente para seguir luchando contra Rusia, que tiene una gran ventaja numérica y una economía de guerra. Superada en personal y armas, Ucrania ha sido obligada a retirarse debido al racionamiento de municiones y la caída de la moral.
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