Los ruidosos golpes de los martillazos de la Policía Nacional contra una puerta en un piso del empobrecido sur madrileño impregnan toda la sala del Cine Embajadores, ubicado a diez minutos de Puerta del Sol, donde se ha estrenado este jueves el documental ‘Dónde vamos a vivir. Mujeres contra el desahucio’.
«Vergüeeeenza, vergüeeeenza» gritan los activistas, en su mayoría jóvenes. Están en la puerta de la finca, y otro grupo de ellos resiste en el piso, acompañando a la propietaria que será desalojada por la fuerza. «¡La lucha sigue, cueste lo que cueste!», cantan arriba y abajo. Es de las primeras escenas, de alto impacto emocional y visual, que dan comienzo al documental, de la productora Begin Again.
La directora Georgina Cisquella, ganadora del Premio Goya por otro filme (‘Efecto Iguazú’, 2002), ha presentado el estreno, al que acudieron muchas de las protagonistas que aparecerán en la pantalla luego: activistas de la PAH, de Stop Desahucios y de varios sindicatos de inquilinos varios. «Estoy aterrorizada porque nunca lo he visto en pantalla grande, que lo sepáis», dijo emocionada.
Cisquella: «Las mujeres son protagonistas en esto; en las asambleas el 80% son mujeres (...) La usurpación de vivienda es el único delito en que están por encima de los hombres»
Previamente, en conversación con NAIZ, explica que ha elegido este tema «porque el drama de los desahucios afecta a miles de familias pero a las mujeres de una forma muy especial, y el activismo por la vivienda está liderado por mujeres. Si vas a archivos, verás que siempre están ellas en primer término; mujeres, muchas solas, con sueldos precarios, y en las asambleas el 80 por ciento son mujeres. Ellas son las protagonistas».
La también exdirectora de programas de TVE, nacida en Barcelona, quería retratar lo que pasaba en este fenómeno social con «las mujeres migrantes, las que limpian casas, que cuidan a los mayores, que no tienen redes de familia que las pueda ayudar y que no son las inquilinas ‘perfectas’ elegidas por los caseros».
«Lo he grabado todo yo, a pie de calle», recalca, y lamenta que actualmente los medios de comunicación ya no pongan tanto el foco en el drama de los desahucios. «Hubo una época, en 2011 y 2012, donde había cientos de miles y se les hizo mucho caso, pero ahora eso se ha ido olvidando. En el mundo del arte ha habido alguna obra, pero es que el drama de las viviendas no es comercial. Si no te toca a ti directamente, no despierta interés», reflexiona.
Igualmente destaca la película ‘En los Márgenes’ (2022), de Juan Diego Botto, que narra una historia de una mujer que será desahuciada. El realizador hispanoargentino estaba en la sala este jueves y agradeció el interés de Cisquella en este tema. Las activistas se vinieron arriba y entre risas, tras escuchar a Botto, comenzaron a cantar: «¡Ahora queremos la serie, queremos la serie!».
«Hay una ofensiva de hablar todo el rato de okupaciones, de pedirte que pongas una alarma en tu casa... cuando eso es una parte muy pequeña de todo este problema»
La directora parece querer con su documental, que comenzó a grabar en 2021 (algo que se hace evidente por la cantidad de personas con mascarilla en pantalla), contrarrestar la triste sobreactuación en algunos medios con respecto al fenómeno de la okupación. «Hay una ofensiva de hablar todo el rato de okupaciones, de meter miedo, de pedirte que te pongas una alarma en tu casa, cuando eso es una parte muy pequeña de todo este problema».
Un dato que dice haberla impresionado que se enteró al documentarse para el rodaje es que «la usurpación de vivienda es el único delito en el que las mujeres están por encima de los hombres, en todos los demás están muy por debajo, y esto tiene que ver con que para muchas el último recurso que les queda es recuperar una vivienda que está vacía».
«Hacer algo y hacerlo ya»
Concretar ‘Dónde vamos a vivir’ dice que la ha «enriquecido mucho» personalmente porque ha descubierto a un grupo de «mujeres maravillosas que hace diez años van semana tras semana a reuniones solo para ayudar a los demás». Y ha hecho un llamamiento a «salir de la burbuja de confort para descubrir otras realidades» porque con este problema de la vivienda «hay que hacer algo y hacerlo ya».
El documental narra las historias de muchas mujeres, algunas muy mayores y con hijos o nietos discapacitados a cargo, que están luchando por una vivienda, pero el eje conductor del guion es la acción de dos activistas: Elsa Riquelme, migrante que todavía está intentando no ser desahuciada y militante del Sindicato de Vivienda de Carabanchel, y Mercedes Revuelta, de la PAH (y madre de la exnúmero 3 de Podemos, Lilith Verstrynge).
«En Carabanchel tenemos nada menos que 46.000 euros de multa por intentar para desahucios y esto es gracias a esa Ley Mordaza que habían prometido quitar y no lo hicieron», ha dicho al concluir la primera proyección. «Nosotras somos el 90 por ciento de las asambleas, ponemos el cuerpo, tenemos sueldos precarios. Espero que no se hable en los medios más de vender alarmas y de los okupas que de nuestro problema. Porque lo de la vivienda es otra cosa», ha reclamado.
En un tramo del documental, en el que habla varias veces mirando a la cámara, recuerda: «Lo más importante que me dijeron las compañeras cuando tuve mi problema fue que tenía un colectivo y que no iba a estar más sola con todo esto. Se me ponen los pelos de punta».