El SNP trata de cerrar su grieta interna con un nuevo liderazgo que conserve la hegemonía
Los pesos pesado del SNP cierran filas entorno a John Swinney, ex viceprimer ministro de Nicola Sturgeon. El ala conservadora vuelve a postular a Kate Forbes. Nadie ha confirmado su candidatura a reemplazar a Yousaf al frente del partido y del país, dos empresas a cada cual más complicada.
Cuando Humza Yousaf fue elegido como nuevo líder del SNP en marzo del año pasado, fue después de una contienda por el liderazgo que expuso profundas divisiones en el partido sobre los derechos LGTBI y el veto de Westminster a la ley de Holyrood, así como en política ambiental y económica y la estrategia independentista. El todavía premier escocés se vio obligado a gestionar un escenario que no ha sabido resolver y que su sucesor o sucesora heredará con un margen de maniobra acotado.
Esas divisiones internas siguen siendo igual de amplias, en un año electoral en el que se prevé que el SNP sufra fuertes pérdidas a manos de un resurgimiento del Partido Laborista escocés. El SNP es una casa muy grande, quizá demasiado, donde caben grandes empresarios y trabajadores, políticas de izquierda y de derecha, ecologistas y magnates del petróleo, activistas LGTBI y quien se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Durante décadas han logrado reunir a personas con puntos de vista enfrentados, pero con un objetivo común: la independencia de Escocia. La fórmula, de hecho, ha resultado exitosa, imponiéndose en las elecciones durante los últimos 17 años. Se ha escrito en innumerables ocasiones que, en caso de que Escocia se convirtiese en un país independiente, del SNP surgirían diversos partidos políticos con tendencias dispares.
El objetivo independentista, incluso el de celebrar un segundo referéndum, está totalmente bloqueado por la postura hermética de Londres. Una cerrazón ante la que ni Sturgeon primero, ni Yousaf después, han sabido responder. Con ese camino sin una salida clara, la formación está tendiendo a atomizarse.
Swinney y Forbes
Tras conocerse la dimisión de Yousaf comenzó a salir a la palestra una ristra de nombres para su sucesión que apuntaba a una nueva batalla: es decir, una nueva ocasión para enseñar al mundo esas fallas internas. Sin embargo, parece que a lo largo del día de ayer hubo toque de corneta y los pesos pesados del partido se han reunido entorno a la figura de John Swinney, líder del partido a comienzos de siglo y viceprimer ministro hasta la dimisión de Sturgeon. Swinney, de 60 años y con carnet del partido desde los 15, ha confirmado que está «analizando en profundidad» la opción de presentar su candidatura.
Tras ello podría haber un intento de no volver a hacer públicas las diferencias internas, muy patentes durante el proceso de primarias en el que salió escogido Yousaf. En los debates públicos, el todavía ministro principal de Escocia, su mayor oponente, Kate Forbes, y Ash Regan, que en octubre abandonó las filas del partido para emigrar al Alba, expusieron sin tapujos formas muy diferentes de entender el país.
Ahora, sin ser oficial, los medios locales apuntan a que Forbes podría volver a pujar por el puesto. Y, seguramente, no esté sola. Perdió contra Yousaf, sí, pero el 48% de la militancia apoyó su candidatura. El período para presentar las candidaturas se cerrará el 6 de mayo al mediodía. Sobre la base de las reglas que se aplicaron en 2023, los candidatos debían obtener 100 candidaturas de al menos 20 sucursales locales del partido. Si más de un candidato cumple con esa prueba, habrá una contienda por el liderazgo.
El próximo líder del SNP tendría entonces que buscar la aprobación parlamentaria para suceder a Yousaf como primer ministro. La formación independentista cuenta con 63 de los 129 miembros del Parlamento, lo que significa que tendrá que persuadir a otros a votar por su candidato, o al menos, abstenerse en la votación.
Mociones de confianza
A pesar del anuncio de dimisión de Yousaf, las dos mociones de confianza siguen vigentes. La primera, presentada por los Conservadores contra el premier, está prevista para este miércoles y los conservadores ya han anunciado su intención de mantenerla, lo que serviría como nota final al año en el poder del todavía mandatario. En este caso, Los Verdes han asegurado que al haber anunciado ya su dimisión, apoyarán a Yousaf.
La segunda, la presentada por el Partido Laborista contra el conjunto del Gobierno, está en el aire. El líder, Anas Sarwar, aseguró que verán «cómo acaba la semana». Según las leyes escocesas, un Gobierno no puede seguir ejerciendo si no supera una moción de confianza.
Dando por válidos los dos nombres que a estas horas suenan por encima del resto, Swinney y Forbes, el resultado podría ser bien distinto. Mientras el primero, mano derecha de Sturgeon (que fue quien firmó el histórico pacto con Los Verdes y no Yousaf) durante mucho tiempo, parece más propenso para lograr el apoyo de los ecologistas desde fuera del Ejecutivo, la candidatura de Forbes, representante del ala más conservadora de la formación, choca con los hasta ahora socios de Gobierno, por lo que, en un principio, tendría más complicado gobernar en minoría.
En un sistema electoral pensado para evitar las mayorías absolutas, los escoceses están acostumbrados a gobiernos en minoría, pero al colapso del pacto con Los Verdes se le suman las divisiones internas. Sea quien sea el sucesor de Yousaf, no se le presenta un escenario sencillo.