Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión

La pausa, la calma y la reflexión

EL MAL NO EXISTE
Japón, 2023. 106' Dtor. y guion: Ryûsuke Hamaguchi. Prod.: Satoshi Takada, Katsumi Tokuyama. Int.: Hitoshi Omika, Ryô Nishikawa, Ryûji Kosaka, Ayaka Shibutani, Hazuki Kikuchi, Hiroyuki Miura, Yoshinori Miyata, Taijirô Tamura, Yûto Torii.

Fotograma de ‘El mal no existe’.
Fotograma de ‘El mal no existe’. (NAIZ)

En el noreste de China, Shenyang es una ciudad en decadencia. Xu Lingling es una joven de 25 años que padece uremia y cuya vida se ha derrumbado.

En el punto álgido de su enfermedad, su padre ha regresado para cuidar de ella con su mejor amiga Tan Na y su antiguo compañero de clase Zhao Dongyang.

Desde los primeros planos de ‘El mal no existe’, dirigida por Ryusuke Hamaguchi, se percibe una cadencia diferente. Los cielos infinitos y los árboles gobiernan la pantalla y nos preparan para un ritmo pausado y contemplativo.

Un tono calmado

Esta película demanda paciencia, sumergiéndonos en la vida cotidiana de quienes habitan en el bosque con escenas que capturan los detalles más simples: sacar agua, cargar la furgoneta, cortar leña, fumar un cigarro o recoger a la hija del colegio. Hamaguchi nos lleva gradualmente a la vida de esta pequeña comunidad en la naturaleza.

La película, coescrita por el propio director, aborda el tema del oportunismo de los poderosos al explotar los recursos naturales y la resistencia de quienes ven amenazado su entorno y modo de vida. Sin embargo, justo cuando la trama parece tomar forma y los personajes se revelan un poco más, el abrupto y desconcertante desenlace rompe con el tono establecido, dejando una sensación de insatisfacción y perplejidad.