El Girona, nuevo equipo de la Liga de Campeones, volverá este viernes a Gasteiz para enfrentarse al Alavés en el partido inaugural de la 34ª jornada de Primera División (el viernes, a partir de las 21.00) y cinco años después de su último enfrentamiento en Mendizorroza, un partido que selló el único descenso a Segunda del equipo catalán.
El Girona 2018-2019, entrenado por Eusebio Sacristán, tenía un colchón de nueve puntos sobre el descenso tras 28 jornadas que parecía casi definitiva, pero cayó en picado y firmó un pésimo balance de apenas tres puntos en los últimos diez partidos que sería su condena. Acabó descendiendo con el Huesca y el Rayo Vallecano.
En la penúltima jornada cayó por 1-2 ante el Levante en Montilivi y afrontó la visita a Gasteiz de la última jornada casi sentenciado: para salvarse debía ganar al Alavés y el Celta de Vigo debía perder ante el Rayo, ya sin opciones. Y no solo eso: entre los dos partidos había que compensar un déficit de seis goles en el ‘average’ general con el Celta.
No sucedió: el sábado 19 de mayo de 2019 el Celta empató con el Rayo y el Girona perdió contra el Alavés por 2-1, con goles de Mubarak Wakaso y Jonathan Calleri y de Portu para salvar el honor en el tramo final. De aquel encuentro en el equipo local ‘sobrevive’ Antonio Sivera y en el visitante, Valery Fernández y Portu. Aleix García fue suplente.
El Girona puso fin a su etapa en la élite con lágrimas y con la tristeza de haber dejado escapar demasiado rápido lo que había costado tanto lograr. Después de tantos años cayendo a un paso de la máxima categoría, la aventura de Primera solo había durado dos años y tocaba volver a comenzar.
Cinco años después la situación es completamente opuesta: tras dos nuevas finales perdidas de la promoción perdidas, contra el Elche en 2020 y el Rayo en 2021, el Girona, ya con Míchel Sánchez, ascendió en 2022, consiguió una décima posición en Primera en 2023 y esta temporada ha hecho historia al enlazar dos permanencias por primera vez.
Pero no solo eso: el equipo rojiblanco ha ido superando objetivos y rompiendo sueños hasta sellar la clasificación para la Liga de Campeones con cuatro jornadas de margen, con el 4-2 en el derbi catalán del sábado contra el Barcelona en Montilivi. Portu fue el gran protagonista con un doblete y una asistencia en nueve minutos.
Aquel encuentro contra el Alavés había sido el último con el Girona del jugador murciano, traspasado por diez millones de euros a la Real Sociedad en verano de 2019. Hasta que el pasado verano volvió a Montilivi procedente del Getafe para escribir el segundo capítulo de una historia de película.
Ahora, el Girona visitará Mendizorroza con la voluntad de empezar la defensa de la segunda plaza, recuperada el fin de semana pasado, para culminar y redondear un año excelente con la clasificación para la Supercopa. Es el objetivo final de un curso impensable del conjunto de Míchel.
El reto del equipo para este viernes es revalidar el triunfo de la primera vuelta: por 3-0 con goles de Portu y doblete de Artem Dovbyk, actual pichichi con 20 tantos.
Renovación de García Plaza, entre las asignaturas pendientes
El Alavés, por su parte, con la salvación en el bolsillo afronta este duelo con cierta tranquilidad, a la vez que con ilusión, para brindarle a su afición su cuarto victoria consecutiva; la tercera como local, tras las conquistadas ante el Atlético y el Celta. El trabajo más arduo del club babazorro ahora está en las oficinas, con la renovación pendiente del técnico Luis García Plaza.
El entrenador madrileño desveló tras la victoria ante el Celta que cuando el equipo consiguiese la permanencia de forma matemática se sentaría con el club a hablar de su renovación.
El técnico madrileño aseguró «encantando» en Gasteiz y que solo echa de menos a su familia, pero incidió en que hablará con el Alavés de su contrato cuando quiera la entidad vasca. Ahora, tras ganar en Valencia y sellar la permanencia matemáticamente, la hinchada albiazul espera que se reúnan las dos partes para hablar del futuro inmediato