La comunidad de monjas clarisas de Urduña y Belorado, en Burgos, ha decidido abandonar la Iglesia conciliar, regida por el Papa, y pasar a formar parte de la Iglesia católica bajo la tutela y jurisdicción de Pablo de Rojas Sánchez-Franco, la llamada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, que no están en comunión con Roma y cuyo fundador fue excomulgado en 2019. El nuevo líder espiritual de las díscolas religiosas es seguidor de un obispo vietnamita relacionado con el Palmar de Troya.
En un comunicado suscrito por la abadesa de esta comunidad formada por dieciséis monjas, sor Isabel de la Trinidad reconoce como último pontífice válido a Pío XII y acusa a los papas posteriores de herejías.
El origen de su decisión es la «persecución» que, según denuncian, sufren por parte de superiores, «pastores», hermanas y sacerdotes.
La gota que ha colmado el vaso para estas religiosas ha sido la decisión de Roma de «bloquear» –según denuncian– su solicitud para poder vender un convento que tienen en propiedad y que está vacío en Derio para poder así hacer frente a la compra del monasterio de Urduña, perteneciente a la Diócesis de Gasteiz y con la que tenían un acuerdo de compraventa.
El edificio ubicado en Txorierri fue noticia en diciembre de 2020, en plena pandemia y con el toque de queda en vigor, cuando la Ertzaintza sorprendió a 67 jóvenes de fiesta en esas instalaciones.
La venta del convento de Derio
Al no obtener el permiso para vender el convento de Derio, plantearon como alternativa que un comprador ajeno a la orden abonara el millón de euros que queda pendiente para la compra del monasterio de Urduña, para que, cuando ellas pudieran devolver ese dinero, el benefactor transfiriera el convento a las clarisas.
Sin embargo, la operación no se llegó a cerrar ante las dudas de la Diócesis sobre la identidad del comprador interpuesto, lo que motivó la rescisión del acuerdo de compraventa por parte de Gasteiz.
Desde la comunidad de Belorado se pidió entonces una indemnización de 1,6 millones de euros por supuestas obras realizadas, una reclamación que está actualmente en los tribunales.
De las manifestaciones de estas clarisas se desprende que el conflicto se ha agravado a causa de la venta del convento de Derio. «Esto de las propiedades debe ser muy goloso para algunos», denuncian en su escrito, enumerando otros casos de monjas a las que, según su relato, han expulsado de sus cenobios, como sus compañeras de Arnedo.
Por su parte, el arzobispo de Burgos, el gernikarra Mario Iceta, ha puesto en conocimiento de la Santa Sede la intención de esta comunidad de religiosas de abandonar la Iglesia de Roma y ha dado orden al capellán de que no celebre la eucaristía en el monasterio por el momento.
Advertencia de Iceta
Tras asegurar en rueda de prensa que seguirá en este caso las indicaciones de la Santa Sede, Iceta ha pedido a los fieles que se abstengan de participar en ningún acto litúrgico realizado en los monasterios de Santa Clara de Belorado y Urduña y ha advertido de que si las religiosas confirman su decisión de abandonar la disciplina de la Iglesia podrían ser acusadas de un delito de cisma que podría ser sancionado con la excomunión.
De hecho, este lunes a la tarde está prevista una eucaristía en el monasterio de Belorado que va a oficiar un supuesto sacerdote que no está acreditado como tal en la Iglesia de Roma.
Iceta ha asegurado que hasta ahora no ha recibido la carta ni el manifiesto de las clarisas y su intención es hablar con la abadesa, que no ha atendido hasta ahora sus llamadas telefónicas.
El Arzobispado de Burgos y el Obispado de Gasteiz han emitido un comunicado conjunto en el que muestran su sorpresa por el anuncio de esta comunidad religiosa y recuerdan que nunca han manifestado ninguna inquietud.
Además, añaden que no han recibido ninguna comunicación oficial sobre la decisión de las religiosas y rechazan las acusaciones contenidas en su comunicado.
Respecto a la licencia de venta del monasterio de Derio (propiedad de las clarisas de Belorado desde abril de 2013 cuya comunidad fue trasladada al monasterio de Urduña el 28 de octubre de 2020), recuerdan que ni es competencia del Arzobispo de Burgos ni de la presidenta federal. Además, ni en el Arzobispado de Burgos ni en el Obispado de Bilbo se ha recibido ninguna comunicación ni petición a este respecto.
Añaden que ni los «pastores» (término genérico utilizado por el comunicado de las religiosas) ni la presidenta federal son competentes para impedir los pagos ni para rescindir el contrato de compraventa, que es competencia de las partes contractuales.
Por otra parte, recuerdan que el 13 de abril de 2024, la presidenta de la Federación de Nuestra Señora de Aránzazu (Provincia de Cantabria-Hermanas Clarisas), a la que pertenece la comunidad de Belorado, pidió una reunión urgente con el arzobispo de Burgos y fue recibida esa misma mañana, poniendo en su conocimiento la sospecha de una posible comisión un delito de cisma según el Código de Derecho Canónico.
Después de esto el arzobispo de Burgos firma un decreto de apertura de la investigación previa por los hechos comunicados, el 24 de abril de 2024, conjuntamente con los obispos de Gasteiz y Bilbo. Asimismo, lo comunica a la Santa Sede, contando con su aprobación.