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Las Juntas de Araba rechazan pedir la paralización del centro de refugiados en Gasteiz

La moción presentada por el PP en las Juntas Generales de Araba para pedir al Gobierno español que paralice el proyecto del centro de refugiados en la antigua residencia de Arana, en Gasteiz, ha sido rechazada.

Imagen de la Clínica Arana, cerrada desde hace una década.
Imagen de la Clínica Arana, cerrada desde hace una década. (GOOGLE MAPS)

El pleno de las Juntas Generales de Araba ha rechazado una moción del PP en la que se pedía la paralización del centro de refugiados diseñado por el Gobierno español en la antigua residencia de Arana, en Gasteiz.

El texto propuesto solo ha contado con el apoyo de los procuradores del PP y del único representante de Vox. El resto de los grupos ha votado en contra.

La moción planteaba instar a Madrid a paralizar de forma inmediata el proyecto del Centro Internacional de Acogida de Refugiados, y proponía a las instituciones acordar una política de inmigración y acogida «acorde a las posibilidades reales de integración» que tiene Araba y el conjunto de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

El proyecto de creación de un centro de refugiados en Gasteiz se encuentra en desarrollo ya que hace poco más de un año se licitó con un coste de 14,6 millones de euros. El Gobierno español estima que podría estar en funcionamiento a principios de 2025, con una capacidad máxima para 350 personas.

Oyarzabal ha insistido en que este «macrocentro» puede convertirse en «un eslabón más» de la cadena de las mafias del tráfico de personas y ha apostado por centros más pequeños, que garanticen una atención personalizada, tal y como, ha citado, ha venido defendiendo el PNV hasta ahora.

«El modelo de ‘macrocentros’ está absolutamente superado y solo trae respuestas negativas y genera problemas de convivencia», ha dicho.

Mari Carmen Álvarez (PNV) ha reconocido que el sistema estatal de acogida está «colapsado y necesita más plazas» y ha afirmado que el Gobierno de Lakua «nunca se ha negado» a que esta ampliación también afecte a la CAV, pero desde el respeto al «modelo vasco» de acogida, basado en la individualidad y la integración.

Álvarez ha recordado que el Ejecutivo de Lakua, actualmente en funciones, mantiene sus «dudas» sobre el proyecto de la antigua residencia de Arana, fundamentalmente por el número de plazas tan elevado, y ha lamentado que desde el Gobierno español no se haya enviado la documentación sobre el proyecto que le requirió ni haya querido mantener una reunión al respecto.

Xabier Valdor (EH Bildu) también ha mostrado su disconformidad con el «macrocentro» de Arana y con la forma unilateral como se ha proyectado, y ha explicado que para su grupo el sistema de acogida es «mucho más que ofrecer una cama y un plato de comida».

Valdor ha aclarado que pese a esto, EH Bildu se va a posicionar en contra de los mensajes que lo único que hacen es azuzar los «instintos más bajos» en la sociedad para «sacar réditos políticos», desde el populismo y la xenofobia.

«Xenofobia»

Alain Coloma (PSE) también ha acusado al PP de intentar «remover esos instintos más bajos» y de plantear «excusas» para no decir claramente que «no quieren acoger a refugiados en Vitoria y Álava».

Coloma ha rechazado que se utilice el término «macrocentro» porque eso propicia la «xenofobia» y ha asegurado que este centro contará con los profesionales de todos los servicios necesarios y no va a suponer una «guetización».

José Damián García (Elkarrekin) también ha mostrado su disconformidad con el modelo de Arana, pero ha aclarado que están más en contra de «dar con la puerta en las narices» a quienes necesitan de la solidaridad y que no se van a sumar a «ningún acto de xenofobia mal encubierta».

García ha propuesto que el centro Arana se convierta en una residencia geriátrica y que se ofrezcan respuestas más «integradoras» a la crisis migratoria.

Jonathan Romero (Vox) pese a criticar a un PP «desnortado» ha votado a favor de la moción porque no van a permitir que se ponga «en peligro la seguridad» de las calles de Gasteiz, ya que, ha afirmado, este «macrocentro» va a tener «graves consecuencias para la seguridad y el bienestar de los vecinos» de los barrios de la zona.