La actriz australiana Cate Blanchett llegó el lunes a Cannes como embajadora de buena voluntad de Acnur para dar voz a los refugiados de todo el mundo, desde Gaza a República del Congo, y pedir que se hagan películas sobre sus «increíbles e inspiradoras historias».
Además, lució en la alfombra roja un vestido con los colores negro, blanco y verde, que junto al color del suelo, completaba los colores de la bandera palestina.
Blanchett, que colabora con el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados desde 2015, ha viajado por medio mundo para encontrarse con estas personas que han tenido que huir de sus hogares. En los últimos meses ha estado en Sudán del Sur, Jordania o Niger.
«Cuando empecé, en 2015, había 60 millones de refugiados y personas desplazadas y ahora son 140 millones, es una cifra enorme», señaló Blanchett, en un panel celebrado en la sede del Festival de Cannes en el que también participaron la actriz y cantante Cynthia Erivo y el realizador danés Jonas Poher Rasmussen.
Es una crisis global, un desafío global, que debería estar en más películas porque el cine es un reflejo de la realidad, precisó Blanchett.
Las historias de los refugiados no son solo de sus duras experiencias, hablan de «su sentido del humor y su resiliencia, no son monolíticas». «Hay muchas historias que contar».
Al respecto, Erivo resaltó que ha participado en la película ‘Drift’ (2023) sobre una mujer refugiada que tiene que huir de Liberia.
«Lo he hecho para contar algunas de esas experiencias y de mostrar que no se trata de decir que es una refugiada, es también una joven que se enamora, que tiene que aprender otro idioma... la razón por la que me enamoré de esta historia es porque mi madre vivió una experiencia similar en Nigeria».
Erivo se vio reflejada en lo que contaba la película y se recordó a sí misma, con 15 años, cuando se enfrentaba a los prejuicios que tuvo que sufrir su familia en Gran Bretaña.
«Si no contamos sus historias, estamos diciendo que sus vidas no importan, hay que empezar a abrir las puertas para que se conozcan todas estas realidades», agregó la actriz británica.
Historias que no tienen por qué contarse en una película dramática. Un ejemplo es ‘Flee’, una cinta de animación de Rasmussen, que contó la vida de uno de sus mejores amigos.
«Siempre pensamos que hay que contar las cosas de forma intensa, pero por ejemplo hacerlo con la animación hace que sea más fácil para la gente entrar en estos problemas», señaló Blanchett, que también puso como ejemplo una cinta de horror de una plataforma que es sobre unos refugiados sudaneses que se asientan en tierras británicas.
«Hay muchas formas de contar esas historias», lo más importante es «que sean escuchados», agregó la actriz australiana.
Al respecto, señaló que ella, como una mujer blanca de clase media, su interacción con los refugiados le ha cambiado completamente la perspectiva. «Estoy agradecida por ello».
Cynthia Erivo agregó que quiere «ayudar» y, por lo tanto, va a tocar «todas las puertas que sean necesarias, sin parar, hasta lograrlo».