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Condenado a 3 años y 9 meses el expolicía que disparó a la casa de una familia abertzale

Tras más de dos horas de negociaciones, las partes han alcanzado un acuerdo de conformidad en base al cual el expolicía de Amurrio que disparó contra la casa de una conocida familia abertzale y que almacenaba una gran cantidad de armas ha sido condenado a 3 años y 9 meses de prisión.

La bala entró por la ventana de la cocina.
La bala entró por la ventana de la cocina. (Jaizki FONTANEDA | FOKU)

La Audiencia de Araba ha condenado este martes a tres años y nueve meses de prisión por depósito de armas de guerra al expolicía de Amurrio que disparó en enero de 2019 contra la casa de una conocida familia abertzale de la localidad y que escondía en su domicilio una treintena de armas, además de proyectiles e incluso una bomba de aviación.

Antes del juicio, las tres partes, la Fiscalía, que pedía para el acusado siete años y medio de prisión, la acusación particular, que pedía trece años y medio, y la defensa, han llegado a un acuerdo de conformidad, tras más de dos horas de negociaciones.

Los hechos ocurrieron el día de Reyes del año 2019, cuando el acusado disparó una bala de 9 milímetros contra un caserío del barrio de Lezama de Amurrio perteneciente a la familia Azkarraga Isasi, vinculada a la izquierda abertzale, y de cuya fachada colgaba un cartel por la repatriación de los presos.

El disparo, efectuado a unos 400 metros, rompió el cristal de una ventana de la planta baja.

A escasos centímetros

La bala entró por una ventana del caserío y fue a golpear contra un cuadro colgado en la pared. En ese momento había tres personas en la vivienda. Una de ellas estaba sentada junto a esa ventana realizando unas tareas caseras. Por la estimación que hicieron los denunciantes teniendo en cuenta la posición de ese residente y la trayectoria del proyectil, la bala pudo pasarle a escasos 60 centímetros.

El hombre, L.A.M.A., que entonces tenía 74 años, fue identificado como el supuesto autor del disparo y detenido días después, una vez que el sospechoso guió a la Ertzaintza al lugar donde tenía escondida la pistola utilizada, en un agujero debajo de unas piedras en el monte.

El acusado no tenía en ese momento licencia de armas para esa pistola, que se le había retirado en febrero del 2018.

Al registrar su vivienda, se encontraron en la misma más de una veintena de proyectiles de artillería, incluida una bomba de aviación con su carga original, y diversa munición, aunque casi todos ellos estaban «inertes» o no suponían peligro.

También se hallaron una treinta de pistolas, fusiles antiguos Mauser y Cetme, carabinas y subfusiles, la mayoría en mal estado.

Nada más producirse los hechos, el ahora condenado negó cualquier relación con lo sucedido y manifestó a la Ertzaintza que únicamente poseía una escopeta de caza con su licencia correspondiente, además de algo de munición que sí mostró a los agentes que entraron en su domicilio.

Cuatro días más tarde, cuando el asunto ya había tenido cierto impacto público y político y las sospechas sobre su autoría eran vox populi, L.A.M.A. destapó finalmente el arsenal que guardaba en su domicilio en el barrio de Lezama de Amurrio.

Multa e indemnización

Con el acuerdo de conformidad, el expolicía ha sido condenado por dos delitos: uno leve, por los daños que provocó el disparo, a 180 euros de multa y 200 euros de indemnización, y otro, el citado, de depósito de armas de guerra.

Por este delito ha sido condenado a tres años y nueve meses de prisión, más una pena adicional de seis años y nueve meses de privación del derecho a la tenencia y porte de armas.

El acusado, en el momento de manifestar su conformidad con la sentencia, ha insistido en que no eran armas de guerra y estaban inutilizadas. Tras el acuerdo entre las partes, la sentencia ya es firme.