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Rusia elude el bloqueo y sigue importando bienes occidentales pese a las sanciones

La economía rusa ha crecido un 5,4% en el primer trimestre de este año, impulsada por las transacciones con Asia y Oriente Medio. Oficialmente las exportaciones a Rusia desde la UE y EEUU han caído, pero numerosos bienes llegan a través de países que ejercen de intermediarios.

Un trabajador coloca unas banderas rusas para un evento celebrado en Moscú.
Un trabajador coloca unas banderas rusas para un evento celebrado en Moscú. (ALEXANDER NEMENOV | AFP)

Rusia continúa consiguiendo bienes occidentales sujetos al embargo que existe sobre algunas de sus importaciones. La semana pasada Estados Unidos presentó nuevas sanciones que «afectan a las vías que le quedan (a Rusia) para obtener materiales y equipos (… incluyendo) suministros esenciales procedentes de terceros países», declaró la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.

Rusia fue objeto de una primera oleada de sanciones tras su anexión de la península ucraniana de Crimea, en 2014. Ocho años después, los occidentales las reforzaron cuando invadió Ucrania en febrero de 2022.

Pero la economía rusa ha resistido, creciendo un 5,4% en el primer trimestre de este año, impulsada por las transacciones con Asia y Oriente Medio.

Algunos empresarios se defienden afirmando que no siempre pueden controlar dónde acaban sus productos. «Nuestros abogados nos aconsejan que todos los clientes que tenemos firmen un documento que garantice que no revenderán nuestros productos a Rusia, Bielorrusia e Irán», comenta a France Presse (AFP) un directivo de un fabricante europeo de maquinaria de precisión.

Sin embargo, Claire Lavarde, abogada del bufete internacional Bryan Cave Leighton Paisner, puntualiza que eso puede no ser suficiente, porque «uno puede plantearse controlar la primera reexportación, pero no la décima».

Pese a los controles a la exportación, Rusia «continúa siendo capaz de importar grandes cantidades de bienes que necesita para su producción militar», según un informe publicado en enero por la Kyiv School of Economics y el grupo Yermak-McFaul.

Lavadoras y lavavajillas

Eric Dor, director de estudios económicos de la IESEG School of Management, señala que las exportaciones de la UE a Rusia de medio centenar de «artículos de alta prioridad», como semiconductores y circuitos integrados, cayeron un 95% entre octubre de 2022 y septiembre de 2023, en comparación con el mismo periodo de 2020-2021.

Sin embargo, las exportaciones europeas de esos productos a Emiratos Árabes, Turquía y exrepúblicas soviéticas se dispararon. Como ejemplo, las importaciones de Kazajistán se triplicaron, las de Armenia se cuadruplicaron y la de Kirguistán se multiplicaron por 18. «Es demasiado sistemático», apunta Dor, para quien esos bienes están siendo «claramente» reexportados a Rusia.

La IESEG añade que Rusia es sospechosa de reutilizar componentes electrónicos de lavadoras y lavavajillas. La UE, por ejemplo, quintuplicó las exportaciones de lavadoras a Kazajistán desde 2021.

Cyril Buyanovsky, un empresario de Kansas de 60 años, se declaró culpable en diciembre de 2023 por su papel en un «plan de larga duración para traficar con equipos electrónicos para aviación a Rusia desde Estados Unidos». Buyanovsky y otros infractores enviaban bienes a Rusia a través de compañías intermediarias en Armenia, Chipre y Emiratos Árabes; mientras que el dinero llegaba a través de cuentas bancarias en países como Armenia, Kazajistán, Kirguistán o Chipre.

En Suecia, el Ministerio de Relaciones Exteriores indicó que la Comisión Europea le advirtió de que empresas importantes «podrían haber esquivado las sanciones a través de terceros países, subsidiarios, subcontratistas u otros actores». Tanto el gigante de las telecomunicaciones Ericsson como el fabricante de automóviles Volvo Group respondieron que si cualquier bien producido por ellos terminaba en Rusia, este debía haber sido exportado a través de «otras partes».