Después de la criba del Consejo de los Guardianes de los 80 políticos que se postularon para las elecciones presidenciales en Irán y de la retirada de dos de ellos a última hora, cuatro candidatos concurren este sábado a la votación.
Estas elecciones anticipadas se celebran tras la muerte del ultraconservador presidente Ebrahim Raisi en un accidente de helicóptero junto al ministro de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian el pasado 19 de mayo.
La clave será la participación, que en los comicios del pasado fue la más baja registrada en los 45 años de la República Islámica. Solo votó un 41% del electorado. La desafección provocada por la crisis económica, la falta de alternativas políticas y la brutal represión ha ido alejando a los iraníes de las urnas.
Por ello, la aprobación de un candidato considerado «reformista» se observa como un intento dé aumentar una participación que de una imagen de mayor legitimidad a los comicios, después de que en marzo el régimen no dejara la mínima opción fuera de los fundamentalistas.
Excomandante de la Guardia Revolucionaria y trayectoria de represión
Destaca entre los favoritos el presidente del Parlamento, el conservador Mohamad Baqer Ghalibaf, antiguo alcalde de Teherán y excomandante de la Guardia Revolucionaria con una larga trayectoria en política que incluye tres intentos anteriores por llegar a la presidencia a sus 62 años.
Cuenta con el apoyo de la Guardia Revolucionaria pero se ha visto sumido en varios escándalos de corrupción en la Alcaldía de la capital que han dañado su imagen. Se le atribuye una campaña de represión cuando dirigía la Policía del país a comienzos de los 2000 con numerosas detenciones de personas relacionadas con la cultura y los medios de comunicación.
Con el lema “Servicio y progreso”, ha prometido que logrará un nuevo acuerdo nuclear con Occidente, pero con matices, «dando un paso como respuesta a un paso de la otra parte», y un Irán «orgulloso».
A la vez, representa las tendencias xenófobas populistas globales. Ha culpado a los inmigrantes de algunos de los problemas que asuelan el país y ha asegurado que construirá un muro con Pakistán y Afganistán si gana las elecciones.
Ultra, veterano de guerra y negociador del acuerdo nuclear
También destaca el ex jefe negociador nuclear iraní Saeed Jalili, un ultraconservador de 58 años que ha llamado en el pasado a endurecer la política atómica del país para hacer frente a Israel y quien ya se ha presentado a las elecciones en tres ocasiones.
Cercano al Líder Supremo, de quien es representante en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, fue el principal negociador del acuerdo nuclear de 2007.
Cuenta con apoyos en el 'establishment', también por su papel como veterano de guerra en el conflicto con Irak (1980-1988), en el que formó parte de la fuerza de voluntarios Basij y perdió parte de una pierna.
El 'carnicero de Teherán'
El tercer candidato principalista es Mostafa Purmohamadi, ex ministro de Justicia (2013-2017) y ex ministro del Interior (2005-2008), de 64 años, fue apodado como 'el carnicero de Teherán' por su papel en la ejecución de miles de presos políticos en 1988.
Fue fiscal del Tribunal Revolucionario en varias provincias del país y Viceministro de Inteligencia bajo Hashemi Rafsanjani en 1987. También se le acusa de haber participado en la muerte de disidentes en el extranjero en la década de 1990, cuando era director de operaciones de inteligencia exterior.
Dos retirados a última hora
Los dos aspirantes del campo «principalista» con menos opciones, el actual alcalde de Teherán, Alireza Zakani, de 59 años, y Amir Hossein Ghazizadeh, vicepresidente del país desde 2021, de 53 años, se han retirado a última hora para fortalecer las candidaturas ultra.
Así, Zakani ha instado a los dos candidatos conservadores mejor situados, el ultraconservador Saïd Jalili, y el presidente del Parlamento, Mohammad Bagher Ghalibaf, a unirse para representar «las fuerzas revolucionarias» del República Islámica.
La novedad del «reformista»
El único considerado «reformista» en la lista de candidatos aprobados es Masoud Pezeshkian, cirujano de profesión de 69 años, quien fuera ministro de Salud con el primer presidente reformista Mohamed Jatamí (1997-2005) y diputado desde 2008.
Pezeshkian, miembro de la minoría azerí del país, es el candidato del Frente de las Reformas de Irán, que amenazó con boicotear las elecciones si no se permitía que se presentase algún candidato moderado. Cuando presentó su candidatura dijo que se presentaba para «aumentar la tasa de participación».
Los expresidentes Mohamed Jatamí (1997-2005) y Hasan Rohaní (2013-2021), y el exministro de Exteriores, Javad Zarif, han dado su apoyo a Pezeshkian
Desde las elecciones parlamentarias de 2020, el Consejo de los Guardianes ha impedido la participación de numerosos candidatos reformistas, por lo que su candidatura representa una relativa novedad, aunque deberá ser capaz de aglutinar el voto de la población desencantada. Una alta participación jugaría en su favor.
Descalificados
Entre los políticos que fueron descalificados por el Consejo de los Guardianes destaca el ultraconservador Ahmadineyad, el ex presidente del Parlamento Alí Lariyaní, quien también ejerció durante años como asesor del líder supremo, Alí Jamenei, y las tres mujeres que se habían postulado, como ha ocurrido en todas las elecciones presidenciales desde 1979. En este caso se trata de las exparlamentarias Hajar Chenarani, Hamideh Zarabadi y Rafaat Bayat.
El Consejo de los Guardianes, cuerpo formado por seis clérigos y seis juristas, tienen el poder de vetar las leyes que se aprueban en el Parlamento y a los aspirantes políticos.
Los presidentes cuentan con un poder relativo en el país, dominado por el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.