Otro caso de turbulencias con 30 heridos apuntala la relación con el cambio climático
Un estudio de la Universidad de Reading sostiene que los aviones sufren las consecuencias del cambio climático durante los vuelos. Y es que cifran en un 55% el aumento de turbulencias entre los años 1979 y 2020 en vuelos sobre el Atlántico.
Más de 30 personas fueron trasladadas este martes a un hospital en Natal, Brasil, tras el aterrizaje de un avión de la compañía Air Europa que cubría un trayecto entre Madrid y Montevideo y que sufrió turbulencias durante el vuelo. Es cada vez más frecuente. Una investigación publicada en la revista ‘Geophysical Research Letters’ afirma que entre 1979 y 2020, el total de turbulencias en las rutas sobre el Atlántico Norte aumentaron en un 55%. Según señalan, esta cifra podría triplicarse en el futuro.
«La Secretaría de Salud Pública ha atendido a más de víctimas de un incidente aéreo», publicó el gobierno del estado brasileño de Río Grande del Norte en un comunicado en su cuenta oficial en la red X. El avión aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Natal «con múltiples víctimas atendidas por la red de urgencias y emergencias». Las autoridades brasileñas movilizaron 15 ambulancias para los afectados, que fueron trasladados al Hospital Monseñor Walfredo Gurgel de referencia para accidentes y traumatismos en esta región. Como se ve en el vídeo, uno de los pasajeros quedó encajado en la cabina de equipaje.
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— Mariela Jodal (@MarielaJodal) July 1, 2024
La aerolínea Air Europa había informado previamente a Europa Press de siete heridos y de un número indeterminado de personas afectadas por contusiones leves. El avión afectado es un Boeing 787-9 Dreamliner con 325 pasajeros a bordo.
Según el citado estudio, a medida que la temperatura del planeta asciende y experimenta variaciones en su clima, los patrones del flujo de aire y las condiciones atmosféricas también se modifican. Estos cambios ven afectados por las corrientes en chorro (jet streams), que a su vez dependen de la temperatura del aire, que, al mismo tiempo, sufre el incremento de los gases de efecto invernadero.
El pasado 21 de mayo se produjo otro incidente similar. Un Boeing 777 que volaba de Londres a Singapur se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en Bangkok. Según lo que explicaron los pasajeros, el avión perdió unos 2.000 metros de altura en cinco minutos. Falleció una persona y más de una veintena resultó herida, siete de ellos de gravedad.
Turbulencias de cielo despejado
En aquel caso se señaló como responsable a las llamadas turbulencias en aire claro o turbulencias de cielo despejado, que son aquellas que se producen en ausencia de nubes y es causada por masas de aire que se mueven a velocidades diferentes. El aire caliente tiende a subir y, al estar a mayor temperatura, se mueve a gran velocidad, desplazándose por la troposfera y alterando el desplazamiento y la trayectoria de los aviones durante su vuelo.
Además, no son detectadas por los radares, por lo que los pasajeros y la tripulación se pueden ver afectados al desplazarse por el avión o simplemente por no llevar puesto el cinturón de seguridad, aumentado el riesgo de lesiones.
Así, de forma habitual las turbulencias se asocian a corrientes de aire, tormentas, borrascas, ondas de montaña o jet streams, es decir, grandes corrientes de aire que se forman en las altas capas de la atmósfera como resultado del choque de bolsas de aire a diferentes temperaturas y los aviones están perfectamente preparados para ello. Pero estas turbulencias en aire claro se forman en ausencia de causas visuales.