La Francia Insumisa (LFI) ha anunciado este lunes la suspensión de las discusiones con el resto de la izquierda para consensuar un candidato único a primer ministro en nombre de la coalición Nuevo Frente Popular (NFP), que quedó como primera fuerza en la Asamblea Nacional.
«Por el momento, no participaremos en ningún otro debate sobre la formación de gobierno», ha señalado en un comunicado la formación fundada por Jean-Luc Mélenchon, que acusa al Partido Socialista (PS) –integrante del NFP junto a los ecologistas, comunistas y también otras fuerzas como EH Bai– de «bloqueo político».
Ese «impás» provocado por el PS, advierte igualmente, no se solucionará con la «improvisación de una candidatura exterior», como se había propuesto este lunes en primer secretario del partido, Olivier Faure, en una entrevista con la cadena pública France Info.
LFI acusa a la dirección del PS de querer «imponer» su propia candidatura al NFP, argumentando que «será la única aceptable» para el presidente francés, Emmanuel Macron, que es quien tiene la potestad de nombrar al primer ministro, aunque este luego puede ser tumbado por la Asamblea Nacional en moción de censura si no cuenta con los respaldos suficientes.
Ejemplifican ese bloqueo con el rechazo del PS de la candidatura a primera ministra de Huguette Bello, presidenta del consejo regional de La Reunión, que había sido propuesta por los comunistas y validada por los insumisos.
Ellos mismos, recordaron también, propusieron cuatro nombres de alto perfil de la propia formación (que incluían el de Mélenchon), que tampoco fueron aceptados.
El jueves, nueva estación
El último gran escollo en las complicadas negociaciones internas de la izquierda, que se prolongan desde el anuncio de los resultados del día 7 de julio, ha sido la designación de una candidatura única a la presidencia de la nueva Asamblea Nacional, que dará inicio a la nueva legislatura este mismo jueves.
«Basta de manipulaciones. Nuestra decisión es la siguiente: exigimos una candidatura única a la presidencia de la Asamblea Nacional y no reanudaremos los debates sobre nada más hasta que esto se haya resuelto», ha manifestado Mélenchon en la red social X.
Tampoco ha sentado bien en el lado insumiso las llamadas de algunos miembros del PS, como el diputado Philippe Brun, «a sustituir el Nuevo Frente Popular con otra coalición con sectores del macronismo», una insinuación que también se ha deslizado desde el campo presidencial.
«No volveremos sobre ello (en referencia a las negociaciones para consensuar un gobierno) hasta que el Partido Socialista haya renunciado a vetar cualquier candidatura que no sea la suya, haya afirmado su rechazo a cualquier tipo de acuerdo con el bando macronista y haya confirmado su voluntad de aplicar el programa del Nuevo Frente Popular», ratifica LFI en su comunicado.
Difícil cohabitación
Desde el mismo momento en que se conocieron los inesperados resultados de la segunda vuelta de los comicios legislativos anticipados, el NFP ha coincidido en exigir a Macron que el próximo primer ministro salga de la izquierda, dado que el NFP será la primer fuerza en la Asamblea por número de escaños aunque muy lejos de la mayoría absoluta de 289 diputados.
En total, el NFP sumó unos 195 escaños junto a sus socios, mientras que el macronismo obtuvo 163 y la extrema derecha de Marine Le Pen, que partía como favorita, se quedó en 143.
Macron, por su parte, ha declarado que esperará hasta que los partidos logren construir una mayoría sólida que garantice la gobernabilidad, algo que por el momento parece muy lejano.
A la espera de que eso ocurra se prevé que el actual Gobierno liderado por Gabriel Attal presente su dimisión antes del jueves, fecha de comienzo de las sesiones de la nueva Asamblea.