El senador por Ohio J.D. Vance es el elegido por Donald Trump como futuro vicepresidente si gana las elecciones. Se ha anunciado al inicio de la convención republicana en Wisconsin a la que acudirá después del atentado sufrido en la madrugada del domingo en Euskal Herria, y en la que se ha procedido también al trámite de su designación oficial como candidato.
La carrera de Vance tiene algunos paralelismos con la de Trump, aunque no se trata de un magnate sino de un empresario que antes fue marine y estuvo destinado en la guerra de Irak. Y es que su figura emergió como comentarista en televisión, donde dio pábulo a fakes como que Joe Biden estaba permitiendo la extensión del fentanilo para acabar con los seguidores de Trump.
Realmente no entró en política hasta noviembre de 2022, cuando se convirtió en senador por Ohio con una victoria por escaso margen. Vance tiene solo 39 años.
«Después de una larga deliberación y reflexión, y considerando el tremendo talento de muchos, he decidido que la persona más adecuada para asumir el cargo de vicepresidente de Estados Unidos es el senador J.D. Vance del estado de Ohio», ha indicado Trump en la red social Truth Social. En la convención se espera con ansiedad su intervención. El discurso está previsto para el jueves pero puede comparecer en cualquier momento.
«Un joven Lincoln»
A James David Vance lo definió recientemente el líder republicano como un "joven Abraham Lincoln" a quien hasta "la barba le queda bien".
El detalle, aunque pueda parecer nimio, dice mucho en este caso del respeto que Trump, de quien es vox populi que detesta el vello facial, profesa ahora por esta figura incipiente dentro del partido.
Mucho antes de llegar a senador por Ohio, J.D., como se le conoce popularmente, dice haber sufrido una infancia expuesto a la violencia, a las armas y al consumo de drogas en Middletown, su localidad natal en ese estado vecino de Pensilvania, donde el expresidente Trump recibió un disparo en la oreja derecha este sábado.
Su realidad era la de muchas familias blancas en ciudades manufactureras de EE.UU., en decadencia allá por la década de los 90
En su pequeña ciudad -ubicada en los Apalaches-, el pequeño J.D. Vance aprendió que la familia no se elige, pero que hay que quererla igualmente, que el cristianismo era su salvación y que, si alguna vez fallaba, siempre estarían las 19 pistolas que "Mamaw" guardaba en casa.
El siguiente paso fue alistarse en el cuerpo de marines estadounidense y participar en la guerra de Irak (2003).
En 2005 su abuela falleció y J.D. entendió que su carrera militar había terminado y debía enfocarse en sus estudios en Ciencias Políticas y Filosofía en la Universidad Estatal de Ohio, que culminó con calificación 'cum laude', para dar el salto a la Facultad de Derecho de Yale.
«Basura blanca» novelada
Los ecos de esa infancia de «basura blanca» -modo despectivo usado en el país para referirse a familias de clase baja y desestructuradas- resonaron una vez más en la cabeza de J.D. una década después, optando por apartar sus boyantes trabajos entre bufetes y tecnológicas californianas para escribir sus memorias.
Se titularon 'Hillbilly Elegy' ('Hillbilly: Una elegía rural', en español), vieron la luz en 2016 por HarperCollins y desde el principio fueron un boom en la industria editorial.
Medios como The New York Times o la CNN, donde poco después haría de comentarista político, consagraron las bondades de una obra con tanto impacto que se coló en la batalla presidencial entre el mismo Trump y la demócrata Hillary Clinton, y en 2020 llegaría como película a Netflix.
Converso con Trump
«No puedo soportar a Trump. Temo que esté llevando a la clase trabajadora blanca a un lugar muy oscuro», aseguró Vance en una entrevista con la radio pública NPR en 2016.
J.D. había evidenciado hasta entonces un perfil más moderado y con vocación social, fundando incluso una ONG para proteger a niños víctimas de entornos complicados como el suyo, pero fue virando en los últimos años hacia un conservadurismo más propio del núcleo MAGA ('Make America Great Again').
«Mi tío me acaba de preguntar que si me alegraba de haber ganado. Si no lo hubiera conseguido, habría sido otra terrible vuelta a casa. En la familia Vance siempre estamos atentos a las cosas importantes», afirmaba entre risas J.D. al hacerse con el puesto de senador por Ohio en 2022.
Ya ocupando ese cargo pidió disculpas públicas a Trump por las declaraciones de 2016 y las calificó como «un error».
Recientemente, ha defendido con rotundidad los ataques israelíes en Gaza y ha cargado duramente contra la Administración Biden por su gestión económica.
Padre de tres niños y casado con una mujer de orígenes indígenas apalaches, Vance afronta ahora otro gran desafío vital sujeto al imprevisible Trump y a su manera de trabajar en equipo, que ha convertido la figura del vicepresidente en un cargo un tanto irrelevante; véase el caso de Mike Pence.
«J.D. me está besando el culo porque necesita mi apoyo», manifestó el expresidente cuando el 'vice' -si hay victoria republicana- se sumó a la carrera por el Senado.
Meses después, en un acto conjunto en East Palestine (Ohio), cerraron filas, criticaron a Biden por el descarrilamiento de un tren con productos químicos y Trump definió a J.D. como «una joven estrella, un gran senador y un verdadero luchador» del que no le molesta ni su tupida barba.
Biden: «es un clon de Trump»
«Es un clon de Trump en política. Un clon de Trump en política. No veo ninguna diferencia», ha declarado a la prenesa sobre Vance el presidente de EEUU, Joe Biden, antes de subir al avión presidencial
Previamente, la campaña por la reelección de Biden había criticado a Vance por ser un «extremista MAGA» incapaz de ejercer de freno para Trump y asegurando que se doblegará ante el exmandatario, a diferencia de lo que hizo Mike Pence durante el asalto al Capitolio en 2021.
«Donald Trump eligió a J.D. Vance como su compañero de fórmula porque Vance hará lo que Mike Pence no hizo el 6 de enero: doblegarse para facilitar la agenda extrema de Trump, incluso si eso significa infringir la ley y sin importar si hace daño al pueblo estadounidense», ha asegurado la presidenta de la campaña de Biden, Jen O'Malley Dillon.
La campaña de Biden hacía así alusión a cómo Pence, quien ejerció como vicepresidente de Trump durante su tiempo en la Casa Blanca entre 2017 y 2021, se negó a participar en esfuerzos para intentar revertir los resultados de las elecciones de 2020, en las que Trump perdió ante Biden y alegó sin pruebas que hubo fraude.