El Ministerio de Sanidad de Gaza ha declarado este lunes la Franja como «zona de epidemia de poliomelitis», diez días después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmara el hallazgo de la enfermedad en las aguas residuales del centro y sur del enclave palestino.
«Esto supone una amenaza para la salud de los habitantes de la Franja de Gaza y de los países vecinos y es un revés para el programa mundial de la erradicación de la polio», ha señalado en un comunicado el ministerio del enclave que gobierna Hamás.
Por el momento no se han detectado casos de polio entre la población, pero sí en seis de las siete muestras ambientales que se han tomado en todo el enclave palesino.
Por este motivo, la OMS se ha mostrado «extremadamente preocupada» y ha declarado a mediados de julio que hay un «alto riesgo» de que se produzca un brote en Gaza.
Sanidad ha culpado a Israel de la situación por negar el acceso al agua a los gazatíes, destruir las infraestructuras de alcantarillado y hacinar a la población en zonas de desplazamiento forzoso, lo que ha provocado la presencia de polio en las aguas residuales de Jan Yunis y gobernaciones del centro de la Franja.
Años de erradicación
La institución ha lamentado que «tras muchos años de erradicación» de la enfermedad en los territorios palestinos, el enclave se enfrente a su posible retorno.
«El programa de control de la epidemia puesto en marcha por el ministerio en colaboración con las instituciones internacionales pertinentes, especialmente UNICEF y la Organización Mundial de la Salud, no será suficiente», recoge el comunicado.
Sanidad ha demandado el fin de la guerra en el enclave como vía para hallar una solución «radical» a problemas como la escasez de agua potable, medios de higiene (como desinfectantes y otros enseres de limpieza), la reparación el alcantarillado y la retirada de toneladas de basura y residuos sólidos.
Según el comisario general de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, la guerra ha llevado a un descenso de la vacunación infantil de niveles semiuniversales a «poco más del 85%», a raíz de los constantes desplazamientos a los que los gazatíes tienen que someterse.
Ante un posible brote de la enfermedad, el Ejército israelí anunció el pasado 21 de julio que vacunaría a sus soldados de la enfermedad.