La superestrella estadounidense de la gimnasia Simone Biles continúa agrandando su colección de títulos olímpicos en París, con su tercera medalla de oro ganada en salto, el aparato que la obligó a detener la competencia en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Tres años después de Tokio, terminó el fenómeno de los ‘twistties’, que le hizo perder el rumbo en el espacio. Simone Biles continúa su contundente remontada en los Juegos Olímpicos de París, donde ganó su tercer oro, después de los obtenidos en la competición general por equipos y luego en la individual.

Ha realizado así el sábado su doble pica de espalda, conocida como Biles II, y ha vuelto a superar a la brasileña Rebeca Andrade (14.966).

«Hemos estado trabajando durante un tiempo para hacer de este salto mi salto principal», ha declarado Simone Biles, «orgullosa» del trabajo que realizó para lograr este nuevo título.

«Rebeca es muy buena, me obliga a estar en el punto y me encanta», añadía Biles sobre su principal rival en salto, una gimnasta con la que tiene un vínculo claro.

Con este título, Simone Biles, considerada la mejor gimnasta de todos los tiempos, y que llevó a las gradas a todos, desde Hollywood hasta París, es campeona olímpica por séptima vez. Su compañera de equipo Jade Carey quedó tercera en la competición de salto con 14.466 puntos.

Rebeca Andrade, la radiante brasileña, medalla de plata por equipos el miércoles y en el all-around individual el viernes, suma ya catorce medallas en el escenario mundial.

A sus 27 años, Simone Biles vuelve a la palestra tras haber tenido que interrumpir sus Juegos de Tokio y estará el lunes en las finales de barra de equilibrio y suelo con grandes esperanzas de completar su extraordinario palmarés olímpico.