El Ejército de Israel mató a al menos doce personas en varias operaciones llevadas a cabo ayer en Cisjordania acompañadas de la destrucción de infraestructuras. Las fuerzas israelíes mataron a cuatro palestinos en Aqaba, en el distrito de Tubas, entre ellas Bilal Ezzedine Sawafta, un niño de 14 años. El alcalde de la localidad, Abdelrazzaq Abuarra, aseguróó que los soldados lo mataron «a sangre fría», y que es otro de los «crímenes que los israelíes cometen cotidianamente».
La Media Luna Roja Palestina denunció, además, que los soldados dispararon contra las ambulancias para impedirles acceder a la zona.
Al menos siete personas más murieron en una operación en Jenin y en una locali dad cercana. En el campo de refugiados de Jenin, donde la incursión comenzó el lunes, la táctica israelí fue similar a la llevada a cabo en días previos en Tulkarem, ya que fue acompañada de una destrucción de la infraestructura de la localidad, desde la red eléctrica a las carreteras. Las excavadoras israelíes aparecieron en la zona al mismo tiempo que los aviones de guerra sobrevolaban el lugar.
También se produjeron enfrentamientos armados cuando los palestinos descubrieron que una unidad sionista encubierta estaba rodeando una de las casas, aunque la reacción israelí alcanzó a residentes que no participaban en ellos, y no solo destruyó la casa atacada, sino también la mayoría de las viviendas e infraestructuras de la zona. Hamas reconoció la muerte de cinco de sus combatientes. Esta última razzia continúa una escalada en Cisjordania, donde el domingo Israel mató a otras nueve personas. También ayer las fuerzas israelíes mataron a otro palestino después de que éste atacara supuestamente con un destornillador a una agente de la Policía Fronteriza. Desde el 7 de octubre, se estima que 605 palestinos han fallecido en operaciones militares, enfrentamientos y ataques de colonos en Cisjordania.
Además, fuerzas israelíes detuvieron ayer a 16 personas en Hebrón, Belén, Tubas, Ramallah, Jenin, Nablus, Jericó y Qalqilya, entre ellos varios niños.
Por otro lado, Hamas quiso enviar un «fuerte mensaje» a Israel tras la muerte de su jefe político, Ismail Haniyeh, en un ataque israelí en Teherán, y nombró para sucederle a su actual responsable en la Franja de Gaza, Yahya Sinwar, al que Israel considera el cerebro del ataque del 7 de octubre y al que persigue sin éxito hace casi diez meses. Se cree que Sinwar sigue en la Franja de Gaza, aunque desde hace años, el jefe del buró político reside fuera de la Franja y Haniyeh lo hacía en Qatar.
Además de a Haniyeh, desde el inicio de la operación en Gaza, Israel ha eliminado a Saleh al-Arouri, «número dos» del buró político en un bombardeo en Beirut en enero; así como a los jefes militares de las Brigadas Ezzedine al-Qassam: su comandante en jefe, Mohamed Deif, y su adjunto Marwan Issa.
SMOTRICH DEFIENDE MATAR POR HAMBRE
Los ataques aéreos israelíes siguieron golpeando el centro de Gaza, así como la parte oriental de Jan Yunis. Al menos 30 personas murieron en 24 horas. La devastación en Gaza y Cisjordania plasma cada vez de forma más expresa una voluntad de exterminio como la manifestada sin tapujos por el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, que el lunes afirmó que «podría estar justificado y ser moral causar que dos millones de civiles mueran de hambre hasta que nos devuelvan nuestros rehenes».
«Habrá respuesta», insiste Nasrallah
El líder de Hizbulah, Hassan Nasrallah, confirmó que la formación libanesa responderá a los recientes ataques israelíes en Beirut y Teherán tanto individualmente o bien «en el marco de una respuesta extensa por parte de todo el ‘Eje de Resistencia’», en un discurso televisado, al cumplirse una semana del bombardeo israelí que mató a su máximo comandante, Fuad Shukr, y a otras seis personas a las afueras de Beirut. Irán también prometió vengar la muerte del jefe político de Hamas, Ismail Haniyeh, en un ataque al día siguiente en Teherán.
«Hizbulah va a responder, Irán va a responder, Yemen va a responder. Y el enemigo está esperando, viendo y calculando», agregó Nasrallah en su segunda intervención en apenas cinco días y en medio de crecientes especulaciones y temores por una escalada regional. Poco antes de su discurso, aviones de combate israelíes sobrevolaron a baja altura Beirut y rompieron la barrera del sonido, provocando un ruido atronador como acción intimidante, que causó pánico en la capital.
Mientras se multiplican los movimientos diplomáticos de Rusia, Alemania o Jordania ante la eventualidad de una guerra de graves consecuencias, Israel se adelanta a cualquier reacción y ayer mató a cinco combatientes de Hizbulah en un ataque en Mayfadun, en el sur de Líbano. A su vez, Hizbulah quiso hacer ver que puede burlar las defensas israelíes en otro ataque contra el cuartel general de la Brigada Golani y de la Unidad Iguz 621 del Ejército israelí, en el que siete israelíes resultaron heridos, uno de ellos de gravedad.