Las escaramuzas iniciadas por tropas ucranianas en territorio ruso, en la región de Kursk, se reproducen desde hace casi una semana, en la que habrían penetrado entre 20 y 35 kilómetros de territorio a través de las carreteras pero sin hacerse con el control de la zona.
Tanto Ucrania como Rusia confirman esas incursiones, pero difieren en su importancia y en quién está ganando los enfrentamientos.
Así, desde Kiev se ha asegurado este sábado han sido capturados «un gran número de soldados rusos» y se confía en que puedan ser canjeados por sus prisioneros, teniendo en cuenta antecedentes similares aceptados por Vladimir Putin.
En Ucrania hay mucha preocupación por el trato que reciben los prisioneros de guerra ucranianos. Según Kiev, más de 110 ucranianos han muerto en cautiverio ruso.
Ni Ucrania ni Rusia publican cifras oficiales de los prisioneros de guerra que tienen. Según las estimaciones de la Iniciativa de Medios por los Derechos Humanos, en mayo de 2024 Rusia tenía en su poder a más de 10.000 soldados ucranianos capturados.
La versión rusa
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia ha asegurado también este sábado que ha impedido nuevos intentos de avance de las tropas ucranianas en Kursk y que ha causado a Kiev 175 bajas en un día.
En total, desde el inicio de la incursión Ucrania ha sufrido más de 1100 bajas, según Defensa.
Añade que Kiev perdió en Kursk 36 blindados, incluidos 10 tanques, en el trancurso de un día.
El gobernador en funciones de Kursk, Alexéi Smirnov, reconoció este viernes que la situación en la región continuaba siendo «tensa». Hoy el funcionario informó de que los habitantes de las localidades fronterizas con Ucrania continúan abandonando la zona.
«Desde el 6 de agosto, en nuestra región continúa la salida de residentes de localidades fronterizas. La gente parte en autobuses preparados (por las autoridades) o viaja en transporte personal», escribió Smirnov el sábado en su canal de Telegram.