Los ataques aéreos israelíes en Gaza mataron ayer al menos a 50 palestinos mientras los esfuerzos diplomáticos para alcanzar un alto el fuego siguen sin llegar a buen puerto.
Las fuerzas israelíes realizaron fuertes bombardeos y dos de los más intensos fueron uno en una escuela de Ciudad de Gaza que dejó 12 muertos y otro por la tarde en la localidad de Deir al Balah, en el centro del enclave, que causó al menos nueve muertes y dejó decenas de heridos.
Deir al Balah era hasta hace unos días el principal refugio de casi un millón de gazatíes que se habían visto obligados a huir de diferentes puntos del sur de Gaza ante el avance de las tropas israelíes. Ayer, el Ejército ordenó nuevas evacuaciones en una sección de la zona humanitaria designada por Israel en esta localidad del centro del enclave.
Un boletín de la ONU publicado el lunes afirmaba que, desde principios de agosto, el Ejército israelí ha emitido nueve órdenes de evacuación que afectaban a unas 213.000 personas en toda Gaza. El informe señalaba que la población de Gaza, que era de 2,3 millones de habitantes antes del 7 de octubre, estaba «cada vez más concentrada» dentro de la zona designada por Israel en al-Mawasi, con entre 30.000 y 34.000 personas hacinadas en cada kilómetro cuadrado, frente a las 1.200 personas por kilómetro cuadrado estimadas antes de octubre de 2023.
En este aspecto, el Gobierno de Gaza acusó ayer a Israel de haber ido reduciendo la «zona humanitaria» costera de Mawasi desde los 230 kilómetros cuadrados que ocupaba en noviembre hasta apenas 36 en agosto. En el resto del enclave, no hay zonas humanitarias equivalentes a la del sur del territorio, a pesar de que todavía hay 700.000 palestinos viviendo.
Pesimismo
Los últimos movimientos de Israel volvieron a dejar clara su voluntad de alcanzar una tregua en Gaza. Además de las decenas de palestinos que murieron ayer tras los bombardeos, los ataques del Ejército sionista dejaron un muerto y treinta heridos en el Valle de la Bekaa, en el este del Líbano. En respuesta, Hizbula lanzó más de medio centenar de proyectiles contra posiciones militares israelíes en los Altos del Golán ocupados.
Tras el fuego cruzado, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, visitó una base de la fuerza aérea cerca de la frontera con Líbano, en pleno pico de tensión y con las negociaciones para lograr una tregua en el enclave estancadas.
Las delegaciones mediadoras de Egipto, Catar y EEUU, según el diario israelí ‘Haaretz’, expresaron pesimismo sobre las posibilidades de un acuerdo –la agencia Efe incluso señaló al cierre de esta edición que las negociaciones se han pospuesto–, citando las crecientes demandas de Netanyahu pese a que el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, señaló el martes que el Ejecutivo israelí había dado su aprobación a la última propuesta de Washington.
Ayer, el presidente estadounidense, Joe Biden, mantuvo una conversación telefónica con Netanyahu para pedirle más flexibilidad, sobre todo en torno a la cuestión de las tropas israelíes que permanecen en el corredor de Filadelfia, que limita con Egipto.
Israel quiere mantener una «presencia reducida» en el corredor, algo impensable para Hamas, que busca un alto el fuego y la retirada de las tropas sionistas de Gaza.