En su memoria anual correspondiente a 2023 y publicada este jueves tras la apertura del año judicial, la Fiscalía General del Estado subraya de que el cibercrimen se ha convertido en «una de las primeras amenazas para la seguridad individual y colectiva en España. Su constante evolución y sofisticación constituye una gran preocupación para la Fiscalía de la Audiencia Nacional, pues exige una respuesta legal y social contundente».
Y lamenta que «abordamos la investigación de delitos en el siglo XXI, en puertas de una nueva revolución con la Inteligencia Artificial (IA), con medios del siglo pasado, con todas las carencias imaginables y con unas consecuencias perturbadoras».
La Fiscalía expone que, además del incremento en 2023 de delitos como las estafas, los ciberataques a infraestructuras, el ciberespionaje o la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento, se ha detectado un auge en la comisión de nuevas modalidades de delincuencia en el ámbito virtual.
Ransomware, deepfake y criptojacking
Se trata del ‘ransomware’, que consiste en el secuestro de datos con fines extorsivos; el ‘deepfake’, la manipulación de imágenes y vídeos con inteligencia artificial para suplantar la identidad de otras personas, o el ‘criptojacking’, que es la transacción ilegal de criptomonedas utilizando dispositivos de terceros.
Advierte de que junto a estos delitos, el cibercrimen será cada vez más complejo, pues se empleará la IA para automatizar estas infracciones, vaticina que se producirán más ciberataques a gobiernos y empresas críticas y apunta que la ciberguerra y la desinformación a través de redes sociales son las grandes amenazas emergentes.
Por todo ello y antes este escenario, la Fiscalía propone reforzar la legislación, tipificar los nuevos delitos, fortalecer la ciberseguridad, así como impulsar la formación y la cooperación judicial.