Alberto Martínez, consejero de Salud del Gobierno de Lakua, ha concedido su primera entrevista este viernes en Radio Euskadi, un día después de la primera reunión de la Mesa para un Pacto de Salud. En ella ha asumido la necesidad de reformas en Osakidetza, algunas con carácter «inmediato» y otras a más largo plazo, en un contexto de dificultades puntuales –como el déficit de médicos– y estructurales –envejecimiento poblacional–.
Entre los elementos en que asume que hay que intervenir de forma urgente, ha citado el compromiso de lograr una primera visita de Atención Primaria en 48 horas, asegurando que «es un objetivo muy realista». Y ha aludido también a las listas de espera, aunque matizando acto seguido que «son algo connatural a un sistema público de salud, en la privada no existen, tiene que ver con unos procedimientos que están pautados. Es cierto que en Traumatología son mucho más altas y eso responde a nuestra realidad de envejecimiento».
Ha incidido en esta última cuestión en varios momentos de la entrevista: «El envejecimiento es un auténtico tsunami, el más alto de todo el Estado. La demencia es nuestra tercera causa de fallecimiento y pronto va a ser la primera. Y hay más mujeres que hombres con cronicidad», ha remarcado. No obstante, también ve mejores opciones que en otros lares para afrontar estas transformaciones a medio o largo plazo porque «nuestro sistema está mejor que ninguna otra comunidad autónoma».
Alberto Martínez se ha referido a una de las cuestiones más argumentadas por el anterior Gobierno Urkullu: el déficit de médicos. «Es algo común –ha dicho el nuevo consejero–. Pero este año, en el que era más difícil poder aumentar el número, a través de una instrucción hemos conseguido tener una actividad mucho más alta que la del año pasado en estas fechas. Los consultorios han sido cubiertos en un 70%, los PAC en un 90%... No se va a resolver ese déficit a la corta, será intenso en 3-4 años y tiene que ver con el número de MIR. Y hay otro factor, que es que la medicina de familia no es atractiva para los estudiantes».
Preguntado por quienes sostienen que la inmigración está tensando el sistema sanitario, Martínez lo ha negado, afirmando que así lo constatan los datos. Y en cuanto a la cuestión pendiente de la euskaldunización, ha postulado la «humanización» y «empatía» con el paciente, por lo que «tenemos que garantizar en la medida de lo posible que pueda expresarse en su idioma». A nivel personal, «me pesa no saber euskara, es una carencia que tengo y es lo primero que dije como sailburu».
«Clima y talante muy positivo»
Tras la resolución dada al conflicto de cirugía cardíaca en Basurto antes del verano o la recuperación de algunas personas críticas con el anterior Departamento, se le ha preguntado a Martínez si llega con el objetivo de cerrar conflictos: «Tengo ánimo de escucha. La decisión de cirugía cardíaca no pretendía cerrar conflictos, sino tener el mejor resultado posible para hoy y para el futuro. Hemos optado por un servicio con dos sedes», ha indicado.
Salió contento de la primera reunión de la mesa, este jueves en Bilbo: «Hubo un clima y talante muy positivo. Nos permitió hacer una primera reflexión. Lo que busca el pacto es una visión compartida», ha dicho, antes de remarcar que el documento de más de 200 páginas que han trasladado a los diferentes agentes «está totalmente abierto».
«Me gustaría que Osakidetza estuviera fuera del foco de la polémica continua», ha subrayado, en línea con los mensajes del lehendakari. Sobre el paso dado, ha explicado que Imanol Pradales le llamó primero para pedir su opinión sobre el sistema y «me sorprendió el conocimiento al detalle que tenía. Me sentí arropado por ese nivel de conocimiento». Y ha detallado su trayectoria de casi cuatro décadas de ejercicio «siempre en la sanidad pública y solo en la sanidad pública».