EH Bildu aboga porque el Consistorio regularice la creciente actividad turística en Bilbo. Por ello, solicita un reparto «ordenado» de las plazas turísticas en los barrios, reglamentar las visitas guiadas grupales y establecer una tasa turística de gestión municipal y «progresiva».
Son iniciativas que defenderán en varias mociones en el pleno ordinario de septiembre y que este martes han presentado en rueda de prensa. Cada vez preocupan más las consecuencias negativas de la pujante industria y la primera fuerza de la oposición propone regularla para que no recaigan en las espaldas de vecinos y vecinas y el turismo «tenga un verdadero retorno positivo para la villa».
Su portavoz, María del Río, ha citado entre los impacto negativos la ocupación del suelo y el encarecimiento de la vivienda, la afección al comercio local, la saturación de ciertos servicios públicos como la recogida de basura; el uso intensivo del espacio público, con los problemas de ruido que generan o el indudable impacto ecológico.
«Las instituciones, el Ayuntamiento de Bilbao en este caso, tiene la responsabilidad de regular estas externalidades, buscando paliar sus efectos negativos, teniendo en cuenta, además, que se concentran especialmente en barrios concretos, como Alde Zaharra, pero que se va extendiendo al resto de la ciudad», ha destacado.
La primera de las medidas que proponen es establecer una tasa turística. Entienden desde EH Bildu que es importante fijar «una posición municipal clara» para que «cumpla realmente con los objetivos perseguidos».
Aboga por una tasa «progresiva» y de gestión municipal, en la que se paga por el tipo de alojamiento. «No es un freno para la ciudad, es una inversión a futuro, una forma de asegurar que el desarrollo turístico no sea a expensas de la comunidad local y que participe también de los gastos que genera, como hacemos a través de las tasas municipales todos y todas las bilbainas”, ha asegurado Del Río.
Impacto en los barrios
Además, han pedido la regulación de las plazas turísticas en los barrios ya que, como ha expuesto la edil Garazi Perea, existen actualmente 17.939 plazas turísticas registradas legalmente con una gran diversidad de modalidades: viviendas y habitaciones de uso turístico, hoteles, pensiones, albergues, hostels…
«Ha habido una explosión de viviendas y habitaciones turísticas que han aumentado un 258% en los últimos cinco años en Bilbao alcanzando la 5.229 plazas en 2024. Y eso sin tener en cuenta los alojamientos que no cumplen la legalidad», ha advertido.
En ese escenario, EH Bildu apuesta por un mayor control, más allá de los controvertidos pisos turísticos. Tal petición se sustenta en que «en los últimos cinco años, las plazas hoteleras han aumentado hasta superar las 9.000, aumentando un 37% la capacidad hotelera».
«En Alde Zaharra –ha citado Perea– se han creado 7 hoteles en 5 años, y se esperan más. Se trata de un barrio de poco más de 7.000 personas que cuenta con espacio para 2.000 turistas. Una situación de saturación evidente».
Para dar una solución a esta situación y, sobre todo, «para adelantarnos a lo que está por venir», Perea ha anunciado que van a presentar una moción en la que instan al Gobierno municipal a regular urbanísticamente la oferta global de plazas turísticas ordenando así la oferta en los diferentes barrios.
«Esta regulación debe responder a la necesidad de hacer compatibles las plazas turísticas de la ciudad con un modelo urbano sostenible, basado en la garantía de los derechos fundamentales, el derecho a la vivienda y la mejora de la calidad de vida de los vecinos y vecinas», ha subrayado.
Dar otro paso
Otro de los fenómenos que mantienen un vilo cada vez más a los y las vecinas son las visitas grupales guiadas, para las que se demanda una mayor regularización. El concejal Patxi Xabier Fernández ha reconocido que se han dado pasos en el Ayuntamiento, pero estiman que son «insuficientes».
Ha recordado que, a iniciativa de EH Bildu, en 2022 se adoptó un acuerdo para estudiar el impacto de esas visitas guiadas y se ha elaborado un manual de buenas prácticas para las mismas.
«Ahora toca dar un paso más y regular todos esos aspectos, incorporándolos en una ordenanza, y eso es precisamente lo que pedimos a través de la segunda de nuestras mociones: pasar de la voluntad, estudiar el impacto y proponer buenas prácticas, a los hechos: regular una actividad antes de que esta se descontrole», ha concluido.