Ibai Azparren
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad

La Guardia Civil irrumpe en Gasteiz con un estrambótico alarde que «humilla» a las víctimas

La Guardia Civil ha celebrado por primera vez en sus 180 años de historia este 12 de octubre, día de su patrona la Virgen de El Pilar, fuera de su cuartel, en la céntrica Plaza Nueva de Gasteiz al tiempo que las víctimas del Estado denunciaban su «revictimización» con este acto. 

Guardias civiles en la Plaza Nueva de Gasteiz.
Guardias civiles en la Plaza Nueva de Gasteiz. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

La Guardia Civil, envuelta en banderas española y cetmes, ha desfilado este 12 de octubre en Gasteiz, con la Virgen del Pilar como estandarte espiritual de un acto ensalzamiento del Instituto Armado que, además de humillar y revictimizar a las víctimas, no ha hecho más que aumentar la discriminación que padecen.

A pleno mediodía, bajo un cielo que amenazaba lluvia, la Guardia Civil ha decidido hacer desfilar su maquinaria verde oliva por la Plaza Nueva de la ciudad vasca. Se han avistado tricornios, cruces y trompetas desafinadas que trataban de entonar con mucho denuedo, pero poco éxito el himno del Instituto armado [Instituto, gloria a ti, por tu honor quiero vivir, Viva España, viva el Rey, viva el orden y la Ley] que catapultó a la fama aquel joven de Callejeros con una muletilla para la historia: «Pim, pam, toma Lacasitos».

En el alarde militar, pocas sorpresas. Excepto que la Guardia Civil ha decidido celebrarlo, con el beneplácito de la alcaldesa de Gasteiz, Maider Etxeberria, en pleno centro de la capital vasca. Hasta ahora, el cuerpo militar conmemoraba el día de su patrona en el cuartel de Sansomendi, pero la celebración en la Plaza Nueva ha supuesto un nuevo paso en la «la discriminación de las víctimas de la violencia del Estado», según ha denunciado Memoria Osoa en su acto en Artium.

Una nueva ubicación que solo se entiende como un nuevo intento de deshacer el esfuerzo que han realizado las víctimas de vulneraciones de derechos humanos en su lucha por construir una convivencia democrática. Las exhibiciones públicas que realizó la Guardia Civil la semana pasada en Bilbo, Gasteiz y Donostia también se entienden en esa dirección.

Marisol Garmendia a la cabeza

El acto ha dado comienzo a las 11.00 en la Plaza Nueva, frente al «Melitonium», con la delegada del Gobierno español, Marisol Garmendia, a la cabeza, acompañada por un variado elenco de personalidades judiciales, políticas, civiles, policiales y militares, además del obispo de la ciudad, Juan Carlos Elizalde, que ha pronunciado una oración por todos los guardias civiles fallecidos en acto de servicio.

Entre los asistentes, se encontraban también agentes de la Ertzaintza, invitados al evento, mientras sus compañeros aseguraban todos los accesos a la plaza con un imponente despliegue de seguridad, muestra inequívoca del cariño y aprecio que la ciudadanía de Gasteiz siente hacia la Guardia Civil... si es que contar con un blindaje así es la forma más moderna de demostrar afecto. Cosas veredes, amigo Sancho.

El desfile ha sido café para los muy cafeteros. Homenaje al cuerpo, recuerdo a los caídos y celebración del 180 cumpleaños de un cuerpo con miles de víctimas a sus espaldas. Todo ello entre «vivas a España» y un discurso que prácticamente no se ha podido escuchar por la mala calidad de los micrófonos. «Héroes que con su sangre lucharon por la patria», ha podido entenderse entre las quejas de los allí presentes: «No se escucha una p* mierda».

El discurso del general jefe de la Guardia Civil en la Zona del País Vasco, José Antonio Mingorance, no ha podido evitar verse arruinado por una cacofonía curiosa: el incesante repique de campanas y los ladridos de perros con collares decorados con la bandera española. Mientras tanto, entre la audiencia, un joven le susurraba a su madre con impaciencia: «¿Nos podemos ir ya a casa?».

Autobombo

A pesar de la distracción, el general continuaba con su presentación de logros, y con mucho autobombo ha enumerado las hazañas de la Guardia Civil en la CAV: la incautación de 350 kilos de drogas, la recuperación de objetos robados por un valor de 2 millones de euros y la confiscación de 52.000 productos falsificados, valorados en 4 millones de euros. Sin duda, heroicos actos que bien justifican un plus de peligrosidad y el ratio policial más alto de la UE.

«Es emocionante y esperanzador que este acto pueda celebrarse en la Plaza de España, en pleno corazón de Vitoria, con tranquilidad y normalidad democrática», se ha felicitado por su parte Garmendia, que se ha congratulado también del «éxito de público y acogida calurosa» de este acto y de otros recientes de la Guardia Civil y la Policía española. «Primeras veces que confío en que sean segundas, terceras... hasta que ya no sean noticia» ha dicho la delegada, que ha recibido una contundente respuesta por las más de quince asociaciones de víctimas que agrupa Memoria Osoa: «Por respeto a todas las víctimas que no vuelva a suceder que cargos públicos enaltezcan a nuestros torturadores».