Son dos mosaicos con motivos geométricos que decoraban el suelo de dos estancias de una compleja edificación romana de 4.000 metros cuadrados. Su trama es más elaborada que la del mosaico gigante que tienen justo al lado, que adornaba un patio probablemente semicubierto, y cuya ornamentación eran octógonos formados con teselas negras y blancas.
Todas las obras no pudieron apreciarse juntas, dado que los 270 metros cuadrados del mosaico de los octógonos, el mayor de Euskal Herria y el segundo de la Península, se tapó para su conservación. Ahora, una vez convocada a la prensa para las fotos, sucederá lo mismo con los nuevos mosaicos.
Fue un hola y adiós. O para ser más precisos, un hasta la vista. El Ayuntamiento de Azkoien quiere poner en valor su yacimiento y seguir trabajando en él.
Juan Carlos Castillo, alcalde de la localidad, explica que hay tres opciones cuando se da con una obra de estas características: cubrir el mosaico para que no se siga dañando (que es la solución temporal que se ha adoptado), trasladarlo a otra parte, o protegerlo con un techo. La apuesta del pueblo es la tercera, pero es una obra que requerirá de financiación.
Mientras tanto, hay algunas pistas bastante sólidas que permiten explicar qué era gran edificación romana rodeada hoy de campos de regadío a las afueras de la localidad. La existencia de ruinas se conocía, pero no fue hasta que comenzaron unas obras de canalización de agua para los cultivos cuando se descubrió la magnitud del hallazgo, en el año 2021.
«Se realizaron sondeos y vimos que había construcciones subterráneas y teselas. Comenzamos con el decapado y empezamos a descubrir el mosaico grande», recuerda el arqueólogo Álex Duró.
«Descubríamos más y más teselas y, decíamos: ‘¡Pero si esto no acaba nunca!’. Tuvimos que abrir como si fueran trincheras en miniatura para delimitar tanto el ancho como el largo». El mosaico medía unos 9 metros por 30, lo que lo convierte en el mayor descubierto en Euskal Herria.
El equipo arqueológico baraja la hipótesis de que el complejo (declarado Bien de Interés Cultural en abril de 2021, casi de inmediato) estuviera vinculado a la calzada romana que unía Gracchurris (la actual Alfaro) con Iruñea.
Más en concreto, siguiendo por la calzada del Arga, el yacimiento se encuentra a medio camino entre la citada Gracchurris y Andelos, la ciudad romana icónica de Nafarroa, que es visita obligada para todos los colegios.
Así, esos 4.000 metros podrían constituir una gran hospedería, quizá también con funcionalidad de casa de postas, con estancias de lujo y salas calefactadas. Pero no solo eso.
El yacimiento se ha denominado Campo de Arlas, pues se encuentra muy cerca de la población de la edad del hierro de Arlas, que tuvo ocupación romana y que no se despobló hasta el medievo, y que, visto lo visto, aparenta ser más importante de lo que se pensaba.
Los mosaicos pertenecen a la época bajoimperial, siglos IV y V, lo que muestra la importancia de la vía de comunicación durante largo tiempo.
Charo Mateo, de Olcairum, sostiene que todo el yacimiento (cuyo suelo ha pasado a ser público) tiene un enorme potencial y está trabajando en la elaboración de una propuesta programada de intervención para seguir descubriendo lo que tiene aún por ofrecer.