Las elecciones de Estados Unidos vistas desde el otro lado del muro
México sigue con atención las elecciones en Estados Unidos. Migración, seguridad y economía son tres asuntos clave en la relación bilateral. Existe temor por las consecuencias de un regreso de Trump, que no abandona sus discursos racistas.
Cerca de 40 millones de mexicanos o sus descendientes viven en Estados Unidos. Históricamente se ha considerado que un gobierno demócrata puede favorecer la relación con su vecino del sur. Sin embargo, esto tiene matices.
Trump llegó a la Presidencia en 2017 azuzando el racismo contra la población migrante, especialmente mexicana. A pesar de ello, su relación con el entonces jefe de gobierno, Andrés Manuel López Obrador fue excelente.
El mexicano aplicó la política de «mano dura» contra los migrantes que le reclamaron desde la Casa Blanca y, a cambio, su homólogo le hizo favores como entregarle al exsecretario de la Defensa, el general Salvador Cienfuegos, acusado de narcotráfico en Estados Unidos pero finalmente exonerado por la justicia mexicana.
En su momento se consideró que la buena sintonía entre ambos mandatarios favoreció las relaciones bilaterales.
Ahora habrá que ver si Trump mantendrá la afinidad con Sheinbaum. Sobre todo, si se toma en cuenta que el multimillonario hizo del machismo uno de sus discursos clave en campaña.
En caso de que sea Harris quien llegue definitivamente a la Casa Blanca serían dos mujeres las que dirijan la relación entre ambos países, lo que supondrá un cambio histórico.
La migración, un tema fundamental
La migración es un tema fundamental en estas elecciones. Vivimos un contexto de éxodo masivo hacia Estados Unidos, aunque las cifras de detenciones en frontera han descendido hasta niveles históricos, pasando de casi 250.000 a mediados de 2023 a las poco más de 50.000 de finales de este año.
Esto no cambió la posición de Trump, quien retomó su racismo en campaña y prometió deportaciones masivas en caso de llegar a la Casa Blanca.
Harris, por su parte, propone seguir la línea de lo planteado por su antecesor, Joe Biden, quien apostó por un sistema de entrada ordenada mediante la aplicación CBPOne.
Esto implica que decenas de miles de migrantes se ven obligados a esperar en México, convertido en el gestor del control migratorio.
En este ámbito, las cifras contradicen a la propaganda. Aunque Trump se presenta como el campeón de la mano dura contra los extranjeros, lo cierto es que el actual mandatario, Joe Biden, es quien más migrantes ha expulsado en la historia de Estados Unidos. Durante su mandato, Biden deportó a 2.8 millones de personas, mientras que Trump se quedó en los 2 millones.
La seguridad, sobre al mesa
La seguridad es otro de los temas que estarán sobre la mesa en la relación bilateral. Históricamente, Estados Unidos se ha involucrado en los asuntos mexicanos llegando a condicionar su política.
El último ejemplo es muy reciente. Se trata de la detención de Ismael “El Mayo” Zambada, histórico líder del Cartel de Sinaloa que fue capturado en julio de este año después de que un hijo de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, le tendiera una trampa.
Desde entonces, tanto López Obrador como Sheinbaum han denunciado que Estados Unidos no ha compartido la información de la que dispone ni tampoco ha aclarado hasta qué punto estuvo involucrado en la captura.
En este asunto, México y Estados Unidos deben debatir sobre un comercio irregular que afecta a ambas poblaciones.
Por un lado, Washington denuncia que los carteles mexicanos son los responsables de la epidemia de fentanilo que termina con la vida de 100.000 personas al año.
Aunque Trump se presenta como el campeón de la mano dura contra los extranjeros, lo cierto es que el actual mandatario, Joe Biden, es quien más migrantes ha expulsado en la historia de Estados Unidos
Por otro, México denuncia que los grupos criminales se benefician de la llegada sin control de armas procedentes desde su vecino del norte. Ambos asuntos siguen siendo problemas sin resolver, por lo que el futuro inquilino de la Casa Blanca tendrá que hacerle frente.
Por último, quien se imponga en las elecciones tendrá que negociar la reeducación del TMEC, el tratado de libre comercio con México y Canadá. En este asunto, las autoridades de Estados Unidos han mostrado su preocupación por la reforma judicial mexicana, que prevé la elección popular de jueces y magistrados.
Entre ambos candidatos, Trump es el que se ha mostrado más crítico con el acuerdo, aunque una de sus estrategias es mezclar agendas. Por ejemplo, amenazar con incrementar los aranceles en caso de que no se reduzcan las cifras migratorias.