El pleno del consejo para la promoción integral y participación social del pueblo gitano en la CAV ha aprobado una declaración institucional de reconocimiento y convivencia con el pueblo gitano y contra el antigitanismo. La declaración se ha presentado hoy en Gasteiz en un acto celebrado con motivo del día del pueblo gitano en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.
Este órgano reúne a asociaciones y organizaciones gitanas y progitanas con representantes del Gobierno de Lakua, de las Diputaciones de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa y de Eudel, y está presidido por la consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico Nerea Melgosa.
Así, el conjunto de las mencionadas instituciones ha suscrito que «el proyecto social y político de Euskadi debe incluir a todas las identidades que conforman la sociedad vasca actual». Esta nueva declaración se enmarca en la Estrategia Vasca con el Pueblo Gitano 2022-2026 que pretende superar la discriminación histórica y estructural que sufre el colectivo.
El documento aboga por «un Pueblo Vasco plural, inclusivo, avanzado y democrático», en el que convivan en armonía diferentes identidades y en particular «los elementos históricamente propios del pueblo vasco como el euskera, y los propios de la Comunidad Gitana Vasca».
Como consecuencia de esta declaración, las instituciones firmantes deben fomentar medidas concretas para facilitar la visibilidad de la contribución de las personas gitanas en la CAV, y asegurar la participación y presencia de las mismas en los foros y espacios de decisión social, política y cultural. Del mismo modo, se deben potenciar las festividades reivindicativas: la celebración del Día Internacional del Pueblo Gitano cada 8 de abril y del Día del Pueblo Gitano en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa cada 16 de noviembre.
En el documento se detalla la presencia y convivencia del pueblo gitano en el territorio desde hace siglos. De hecho, los primeros documentos que la certifican datan del siglo XV, «habiendo realizado una innumerable cantidad de aportes sociales, culturales y lingüísticos a este territorio». Sin embargo, el pueblo Gitano también ha sufrido y sufre una injusticia estructural «que lo ha marginado de los centros de poder».
También se tiene en cuenta la discriminación estructural hacia las mujeres gitanas y por ello el documento «clama por construir una sociedad que luche verdaderamente contra todas las formas de violencia que existen contra las mujeres gitanas a través de las diferentes formas de expresión del antigitanismo de género». La declaración se ha traducido al castellano, romaní y euskara.