
El nuevo primer ministro francés será nombrado el viernes por la mañana por Emmanuel Macron, según ha anunciado el Elíseo. El presidente francés se había dado a sí mismo un plazo de 48 horas para nombrar un Jefe de Gobierno, lo que teóricamente hacía de este jueves el día D para la designación, pero finalmente dará el nombre este viernes por la mañana.
«El comunicado de nombramiento del primer ministro se publicará mañana (viernes) por la mañana», ha indicado la agencia France Press (AFP) citando al entorno del presidente, que acababa de aterrizar cerca de París de regreso de una visita a Polonia que finalmente ha acortado ante la situación en la que se encuentra el Estado francés.
La prolongación del plazo se debe, de acuerdo con fuentes de la presidencia citadas por BFMTV, a la intención de Macron de proseguir las consultas con los diferentes interlocutores, lo que hace suponer que este jueves por la noche el presidente no tiene un candidato de consenso, lo que agrava todavía más en la crisis institucional en la que está sumido el Estado francés.
Hace una semana que la Asamblea Nacional francesa tumbó a Michel Barnier, convertido en el primer ministro francés más efímero desde la II Guerra Mundial. Una semana desde que el panorama político y mediático ha estado pendiente de la decisión Macron, que tras diversas reuniones con representantes comunistas, socialistas, ecologistas, macronistas y republicanos ha ido barajando diferentes opciones con el objetivo de evitar una nueva moción de censura por la falta de apoyos.
«Están en un aprieto»
Tras considerar inicialmente la posibilidad de anunciar su elección al día siguiente del 4 de diciembre, día de la moción de censura contra el Gobierno de Barnier, Macron se comprometió este martes a nombrar un primer ministro «en un plazo de 48 horas».
Se trataba de una promesa hecha a los dirigentes de los partidos que acudieron a su ronda de consultas, en la que el presidente francés discriminó tanto a la exrema derecha de la Agrupación Nacional (RN) como a La France Insoumise de Jean-Luc Mélenchon, buscando así una ruptura en la izquierda del Nuevo Frente Popular.
Al final, la elección ha resultado aún más difícil de lo esperado. «Están en un aprieto», ha lamentado este jueves a AFP una «persona cercana» a Macron, ha afirmado la agencia. «Nadie sintoniza en torno al presidente», ha añadido la misma fuente, esperando que este sorprenda a todos con un «perfil inesperado».
A lo largo de estos días se han filtrado varios nombres como posibles candidatos a primer ministro, pero ninguno de ellos ha conseguido generar un apoyo unánime entre los partidos. El favorito sigue siendo el alcalde de Pau, François Bayrou, centrista aliado de Macron, aunque la izquierda, ganadora de los comicios de julio, lo rechaza.
Este mismo miércoles, el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, rechazó públicamente la opción Bayrou, abogando por un primer ministro de izquierdas.
En la derecha, Bayrou también atrae cierta hostilidad: se habla de un veto del ex jefe del Estado Nicolas Sarkozy, que no está contento con su voto a François Hollande en su contra en las presidenciales de 2012.
El ex primer ministro socialista Bernard Cazeneuve puede contar con el apoyo de su partido, pero la dirigente ecologista Marine Tondelier ya ha asegurado que no aprobaría el nombramiento.
Hay otras figuras que también suenan y que se han descartado personalmente. Es el caso del exministro de Exteriores Jean-Yves Le Drian, exsocialista antes de convertirse en macronista, o el ex dirigente sindical Laurent Berger.
Sobre la mesa también hay nombres surgidos del actual Ejecutivo, como el titular de Defensa, Sébastian Lecornu, o la de Trabajo y Sanidad, Catherine Vautrin, pero que la izquierda considera continuadores de la política macronista.

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