Segunda derrota de Osasuna en El Sadar que le permite al Athletic prolongar una racha triunfal con la que dilata su imbatibilidad hasta los 14 partidos oficiales, 10 de ellos con victoria. El derbi se ha inclinado del lado vizcaino en un error defensivo de Lucas Torró –héroe y villano– al despejar un balón aéreo, que ha caído en las botas de un Álex Berenguer –no lo ha celebrado– cuyo disparo raso y cruzado ha besado las mallas tras pegar en el poste a falta de un cuarto de hora para la conclusión.
Hasta ese momento, el encuentro iba destinado a acabar en unas tablas para las que ambos contendientes habían hecho méritos suficientes, después de una primera parte electrizante, de un desgaste físico descomunal, que derivó en una segunda mucho más comedida, a la espera de ese detalle que ha acabado por ladear el partido hacia la parte rojiblanca.
Ese primer periodo ha sido de todo, menos aburrido. Las dos escuadras vascas se han empleado a fondo, con un desgaste físico importante, para impedir evolucionar al rival y, cuando han tenido el balón, buscar el marco contrario con velocidad y verticalidad. Con semejante actitud, lo lógico es que las ocasiones llegasen ya desde los primeros minutos, sin que hubiese excesivo tanteo o especulación, todo ha sido lo más directo posible.
La primera oportunidad con cierto síntoma de peligro se ha fabricado a raíz de un error en el corte de Gorosabel, al que Kike Barja le rebañado la pelota para irse directo al área, aunque su intentona ha acabado en un centro chut flojito que ha despejado la zaga rojiblanca. El rechazo lo ha recogido Torró para sacarse un empalme que no se ha ido tan lejos como para la estatua que ha hecho Unai Simón ante la trayectoria de la pelota (m.6). El de Noain ha recobrado la titularidad después de más de nueve meses, ya que su última entrada en el once inicial fue a primeros de marzo en otro derbi, entonces ante el Alavés, en el que se lesionó de gravedad en el minuto 15.
La réplica no se ha hecho esperar. Nico ha intentado una espuela (m.7) a centro de su hermano, después el pequeño de los Williams ha combinado con Guruzeta, cuyo toquecito ha obligado a estirarse a Herrera (m.9) y, de nuevo, el habilidoso extremo ha intentado un nuevo disparo, si bien muy desviado (m.10). La primera ocasión que realmente ha estado más cerca del gol se ha producido poco antes de cumplirse el primer cuarto de hora. Iñaki se ha sacado un zapatazo desde la media luna, que ha tenido que contrarrestar a dos manos el cancerbero rojillo enviando la pelota a saque de esquina.
Con semejante comienzo por ambos contendientes, el precio de la entrada se estaba amortizando y cada parte de la grada ha animado sin descanso a los suyos, hasta que ha llegado uno de los lances polémicos del envite. Una salida en velocidad del cuadro visitante ha acabado con Iñaki enfilando la meta osasunista y su disparo ha tocado claramente en el brazo de Herrando, cuyo despeje ha vuelto a percutir el delantero, sacando a corner Herrera. La jugada se ha revisado por el VAR durante varios minutos tanto por el más que probable penalti, como porque la jugada ha nacido de una recuperación de balón del Athletic con falta sobre Aimar, infracción que finalmente ha sido señalada por Quintero González.
De lo que ha podido ser un posible 0-1 se ha pasado casi de inmediato al 1-0. Una falta lateral un tanto tonta de Nico sobre Barja la ha botado Rubén García, la zaga vizcaina no ha terminado de despejar con contundencia y Torró ha enganchado una volea, en cuyo camino la ha intentado tocar Budimir, despistando un tanto a Unai Simón que, primero ha hecho la estatua y luego ya no ha podido llegar al esférico (m.25).
Adelantarse en el marcador ha espoleado a los rojillos que, en una media chilena flojita de Barja (m.30) han dispuesto de la posibilidad de doblar su ventaja. No ha sido así y, en un duelo de ida y vuelta, el Athletic ha igualado en el 32. Guruzeta ha conseguido evadirse del marcaje de Boyomo para conectar un testarazo a envío de Iñaki que ha entrado como un misil en la portería osasunista.
No ha habido tregua. Las hostilidades han tenido su continuidad con un nuevo centro de Barja que ha taponado Gorosabel y a punto ha estado de convertirse en un autogol (m.37), mientras que la mano de Unai Simón le ha cerrado el camino, con gran intervención, a un Aimar que ha rematado casi a bocajarro (m.39).
Dos tiros combados de Guruzeta (m.40) e Iñaki (m.42) han puesto el contrapunto, aunque sus tentativas no han sido atinadas y a Sancet le ha faltado una uña para llegar a un pase interior, ya en el tiempo de descuento.
Ha bajado el pistón
Cabía esperar que después de un primer periodo de tanto tute, el ritmo bajase en la reanudación, y así ha ocurrido. Osasuna y Athletic han sido bastante más precavidos en sus acometidas, conocedores de que una equivocación podía ser fatal y definitiva, al haber mucho menos margen para remediarlo.
Además, la fatiga ha comenzado a pasar factura muy pronto a algunos jugadores. Moncayola ha tenido que irse a la ducha en el descanso –por confirmar problemas físicos–, siendo sustituido por Ibáñez, y Sancet, al parecer por un fuerte golpe en el pie, también ha tenido que ser reemplazado en el 48 por un Berenguer que, a la postre, sería decisivo.
Ese movimiento ha llevado a Nico a la media punta, tras no encontrar su sitio en el carril, algo que sí ha hecho Iñaki –el mejor de los que se han vestido de corto–, márchandose de tres por la derecha y dejándole el gol a Guruzeta, cuyo remate dentro del área pequeña lo ha desviado Herrera de manera milagrosa a saque de esquina (m.64).
Ese latigazo ha animado el choque, que ha vuelto a un intercambio de golpes, aunque mucho menos continuado. El bloque navarro ha armado una contra que ha finalizado con el cuero en la media luna y Aimar chutando con toda la intención del mundo, pero encontrándose con el pie salvador de Paredes para los intereses visitantes (m.66).
Ha sido en el 74 cuando ha llegado la jugada clave que ha decidido el derbi. Entre Boyomo y Torró se han estorbado en un balón aéreo que parecía factible de despejar, pero su peinada se ha convertido en una magnífica asistencia para Berenguer que no ha desperdiciado –eso sí, ha ejecutado con clase– el regalo que le ha adelantado Olentzero.
Y, a partir de ahí, ha sido un arreón ofensivo infructuoso de Osasuna, con más corazón que cabeza, aportando Vicente Moreno futbolistas de ataque, mientras su homólogo en el otro banquillo ha ido pertrechando su defensa para no dejar escapar el botín en el último momento.
Lo más cerca que han estado los anfitriones de cobrarse la igualada ha sido mediante un disparo duro y a colocar de Ibáñez, pero ha engatillado el balón un tanto atrás y se ha marchado junto al poste. No ha podido repetir el gol copero de San Mamés y los puntos han volado hacia Bilbo.