Este 2025 comienza con una pérdida irreparable, la de Mila Idiakez, histórica militante de la izquierda abertzale. El pasado lunes, 30 de diciembre, el escritor Jon Garmendia alertaba sobre su grave estado de salud en su columna publicada en GARA y NAIZ que tituló ‘Mila’, al tiempo que describía con cariño algunas de sus participaciones en el ámbito político y social.
Y es que aunque su imagen no trascendiera vía medios de comunicación, Mila Idiakez siempre estuvo en primera línea como militante de base y ocupando cargos menos mediáticos. No busquen su perfil en Wikipedia, no está. Mila pertenecía a ese tipo de personas que funcionan cara a cara, de trato directo, y con una trayectoria especialmente ligada al ámbito local. Fue concejal en el Ayuntamiento de Deba, su pueblo, juntera por Euskal Herritarrok y fundadora de Egizan –organización feminista creada en 1987 y precursora de Bilgune Feminista–.
Además de su recorrido político, Mila Idiakez también cultivó su faceta cultural. Por ejemplo, junto a Guillermo Urkiza y Martin Idiakez fundó Goaz Antzerki Taldea, el grupo de teatro debarra que, recientemente, en 2024, ha cumplido 50 años de existencia. Hay más de esos viejos tiempos, porque una joven Mila también puso en marcha hace más de medio siglo Ondar Beltz, un grupo de euskal dantza en el que enseñaba nuestros bailes –moviendo esa cintura de avispa que le acompañó casi siempre– a decenas de niñas y chicas, sobre todo, con las que viajaba en autobús por los pueblos de euskal jaia en euskal jaia. Y cuando no había danza, había monte. Burdin Kurutz Mendi Taldea, al menos en sus primeros años, también la tuvo en sus filas.
Peleando hasta el final, en los últimos tiempos estaba volcada con los pensionistas. Le atacaron los vértigos, una tortura para cualquiera que los haya padecido pero seguramente más para una persona tan activa, recta y equilibrada como Mila. Su última batalla ha sido contra un tumor cerebral. Beti arte Mila!