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Sendos esguinces de tobillo dejan fuera de juego a los jugadores de Bilbao Basket Gielo y Frey

Tanto el base noruego como el ala-pívot polaco se lastimaron el tobillo en el duelo de FIBA Europe Cup del miércoles frente a Le Portel y se unen al también lesionado Kristian Kullamae para afrontar los siguientes partidos europeos y de la Liga ACB, ante Unicaja y Barcelona.

Harald Frey, uno de los dos «damnificados» del último partido europeo de Bilbao Basket.
Harald Frey, uno de los dos «damnificados» del último partido europeo de Bilbao Basket. (Oskar MATXIN EDESA | FOKU)

A pesar de recuperar al capitán Xavi Rabaseda de su fractura de escafoides, la enfermería en el seno de Surne Bilbao Basket está a rebosar. A la ausencia de Kristian Kullamae por una «rotura de la unión miofascial posterior y profunda del extensor largo de los dedos en su inserción peroneal» de su tobillo izquierdo, sendos esguinces de tobillo también han dejado a fuera de juego tanto al base Harald Frey como al ala-pívot Tomasz Gielo.

El armador noruego padece un «esguince en el tobillo izquierdo con afectación de ligamento peroneo astragalino anterior y peroneo calcáneo del tobillo izquierdo» mientras que el interior polaco suma a su extenso historial de lesiones dolencias traumatológicas otro «esguince medio tarsiano del tobillo izquierdo, con afectación del ligamento bifurcado en su inserción calcánea», según los sendos partes médicos que ha enviado el propio club bilbaino. En ambos casos, el pronóstico queda «según evolución».

Una vez más, la aventura europea se cobra su peaje entre los hombres de negro, ya que ambas lesiones tuvieron lugar en la noche del miércoles, donde Surne Bilbao Basket jugó frente al cuadro francés de Le Portel, sumando su undécimo triunfo consecutivo en la competición continental. No es la primera vez que el periplo internacional pasa factura a los pupilos de Jaume Ponsarnau en forma de lesión, molestia, baja o merma en el apartado físico y de juego, factura que luego repercute en la competición doméstica.

Con un balance de 6-9, Surne Bilbao Basket se halla en estos momentos en la zona templada de la Liga ACB, luego de haber encadenado tres victorias antes de caer en una pista complicada como el Santiago Martín donde juega La Laguna Tenerife, equipo capitaneado por Marcelinho Huertas y dirigido por Txus Vidorreta, dos nombres propios con pasado y peso en el seno de Bilbao Basket.

Y si difícil fue el partido en tierras tinerfeñas, saldado por un adverso 86-75, los dos partidos que le restan al cuadro bilbaino para terminar la primera vuelta son un más difícil todavía en toda regla: frente al Unicaja de Ibon Navarro, colíder de la Liga ACB junto a Valencia Basket, este sábado a las 18.00 en Miribilla, y en el Palau Blaugrana el domingo día 19 a partir de las 17.00, ante un Barça que se está jugando con Saski Baskonia, Basket Zaragoza y Manresa su presencia en el Torneo del KO. Todo ello sin olvidar el duelo europeo que enfrentará a los hombres de negro en Miribilla ante el Dinamo Sassari el miércoles día 15 de este mes a las 20.00.

Encaje de bolillos

Por ende, una vez más Jaume Ponsarnau se verá forzado a hacer encaje de bolillos a la hora de repartir los minutos y los roles sobre la cancha. Cierto es que las ausencias de Rabaseda y Kullamae han supuesto más minutos de los esperados para Rubén Domínguez, minutos que el gaditano ha ido aprovechando mejor o peor, con el recuerdo de su explosión anotadora ante cancha del Leyma Coruña, cuando se fue hasta los 35 puntos con un 8 de 10 en triples.

Asimismo, con la ausencia de Tomas Gielo, Thijs De Ridder estará muy solo para el puesto de ala-pívot, a menos que Jaume Ponsarnau decida darle la alternativa a Amar Sylla. El ala-pívot senegalés concentra sus minutos en la FIBA Europe Cup, donde promedia 17 minutos, con 3,6 puntos y 3,8 rebotes por partido, mientras que en la Liga ACB su concurso es testimonial, habiendo participado en cinco partidos, para sumar un total de 7.40 minutos –minuto y medio por partido, de media–, con un punto (1), anotado frente a Basket Zaragoza.

Este alud de ausencias, más la «ternura» física de un Xavi Rabaseda recién recuperado, vuelve a abrir, por ende, el melón del posible fichaje del dominicano Omar Silverio, congelado en su momento a causa de la burocracia, ya que estaba a la espera de poder obtener el visado que le permita residir y trabajar en el Estado español. Los rectores bilbainos esperan que Silverio pudiera ya llegar esta semana a la capital vizcaina para empezar a ponerse al día con los sistemas de Jaume Ponsarnau, pero bien se ve que las cosas de palacio no saben de prisas ajenas mientras que la competición tampoco espera a nadie bajo ningún concepto.