El inminente retorno de Donald Trump a la Casa Blanca ha sido todo un espaldarazo para la ultraderecha, que ve vía libre para seguir imponiendo su agenda y sus formas. En nombre de la «libertad de expresión», Elon Musk inundó X (antes twitter) de todo tipo de mensajes xenófobos, machistas y LGTBIfóbicos, macerados con una gran dosis de Fake News. Ahora, parece que Mark Zuckerberg pretende seguir sus pasos y ha realizado una notable modificación en la política sobre conductas en Meta (Instagram, Facebook y Threads).
Hace unos días, al tiempo que donaba medio millón de dólares para al acto de investidura de Trump, el multimillonario ya señaló que las elecciones del pasado noviembre suponen «un punto de inflexión cultural para priorizar de nuevo la expresión».
El cambio de rumbo es claro. Primero, el CEO de Meta anunció en un mensaje en redes sociales que la multinacional pondrá fin a su programa de verificación de datos por terceros en Estados Unidos. Pero no mencionó en ese mensaje que también se cambiaría la política sobre conductas que incitan al odio.
La cultura del odio
Sin embargo, ahora vas más allá. La nueva política, disponible en la página web de Meta, recoge que ahora se permiten «acusaciones de enfermedad mental o anormalidad cuando se basan en el género o la orientación sexual, dado el discurso político y religioso sobre transexualismo y homosexualidad, y el uso habitual no grave de palabras como ‘raro’».
Otro de los párrafos añadidos permite el contenido que «abogue por limitaciones de acceso a puestos de trabajo en organismos militares, fuerzas del orden y el sector educativo en función del género», lo que abriría la puerta, por ejemplo, a comentarios que defiendan la exclusión de las mujeres de la policía, el ejército o la enseñanza.
Asimismo se ha eliminado una parte de su política anterior en la que se especificaba que, entre otros, estaba prohibido referirse a las mujeres como «objetos del hogar o propiedad».
Incitar a la exclusión o usar lenguaje «insultante» en debates sobre temas políticos o religiosos, por ejemplo sobre los derechos de las personas transgénero, la inmigración o la homosexualidad, también está permitido, así como expresar «rechazo por un género en el contexto de una ruptura amorosa».