En la Audiencia de Bizkaia se juzga desde este martes, y hasta el jueves, al exentrenador del Gernika de baloncesto Mario López, acusado de agresión sexual continuada a una exjugadora que era menor cuando ocurrieron los hechos. Se piden por ello un total de 14 años de cárcel por parte de la Fiscalía, en función del Código Penal vigente en aquel momento.
La vista oral se celebra a puerta cerrada por petición de la familia de la víctima, que fue aceptada por el Juzgado. Así las cosas, las únicas informaciones que trascienden son las que facilitan las diferentes partes presentes.
En esta primera sesión han declarado el propio López y la víctima –separados por un biombo–, así como un testigo citado por la Fiscalía, la persona que proporcionó ayuda psicológica a la jugadora. López ha negado las agresiones sexuales y ha alegado que tuvo «contactos consentidos» con la entonces menor. Ha declarado este martes en la vista oral que fue una relación «platónica» por parte de la denunciante, «sin ningún tipo de contenido sexual», según ha informado Europa Press.
Según han trasladado a la citada agencia desde la defensa del exentrenador, el acusado ha afirmado, «como lo lleva reconociendo desde hace años», que fue una relación «de tipo platónico, sin ningún tipo de contenido sexual». De esta forma, no ha admitido «contactos sexuales» y, además, ha indicado que la denunciante «ha reconocido» que le envió «cartas de amor» al acusado. Por su parte, desde la acusación particular han declinado hacer declaraciones hasta que se dicte la sentencia.
Concentración a las puertas del juzgado
En la entrada a los juzgados de Bilbo se ha concentrado Sare Feminista de Gernika para arropar a la víctima de esta agresión. Según ha trasladado Arlette Apraiz en declaraciones a Naiz Irratia, «veíamos que en el actual sistema judicial revictimiza a las víctimas y que era necesario que estuviéramos con ella. Nuestro mensaje es claro: Te creemos y estamos contigo».
Apraiz ha recordado que la víctima fue quien denunció los hechos y ha puesto énfasis en la necesidad de reparar y sanar estos hechos, a lo que quieren contribuir desde estas movilizaciones. En diciembre se realizó la última en Gernika.
«Trabajamos por una Justicia feminista, todavía estamos muy lejos de ella –ha añadido la representante de Sare Feminista–. Trabajamos en el acompañamiento a la víctima, identificando a agresores y señalando a cómplices».
Relaciones sexuales «motivadas por la intimidación»
Según explica la Fiscalía en su escrito, la víctima tuvo a López como entrenador de baloncesto desde los 10 hasta los 16 años, primero en el equipo del colegio público Allende Salazar y después cuando ambos ya formaban parte del Lointek Gernika.
Sostiene que desde julio de 1998 -cuando el hombre tenía 31 años y ella 13-, y durante tres años, la solía llevar «bajo excusas» a su casa, donde tenían relaciones sexuales sin el consentimiento de la niña «y que fueron motivadas por la intimidación que sentía respecto al procesado».
La menor sufrió esos encuentros «dado el temor que le infundía» el entrenador «por la gran diferencia de edad y de posición» entre ambos, añade el Ministerio Público.
López era «agresivo o desproporcionadamente exigente con ella en los entrenamientos», y además le causaba miedo a la menor, quien fue diagnosticada con trastorno por estrés postraumático y ha necesitado tratamiento psicológico.