Iñaki  Iriondo
Cronista político

Ortuzar y su ecuación del 50%: solución lógica o cabriola final

Andoni Ortuzar, en el Alderdi Eguna del PNV.
Andoni Ortuzar, en el Alderdi Eguna del PNV. (Endika PORTILLO | FOKU)

Andoni Ortuzar dio hace un mes este titular: «El 50% de la decisión sobre mi futuro se basará en las opiniones que escuche dentro del PNV». Cabe suponer que, siendo periodista, fue una decisión premeditada. Si se analiza, tiene únicamente una solución lógica que pasa por la continuidad del implicado. Pero lo ocurrido con Iñigo Urkullu no permite descartar una cabriola de última hora del PNV.

Será estos días cuando se desvele si Andoni Ortuzar opta o no a su cuarto mandato. En una entrevista reciente, el nuevo presidente del BBB, Iñigo Ansola, decía que Ortuzar es «un activo muy importante» dentro del partido, «sea como presidente o no», y afirmó que no se puede dejar a un lado a personas con su bagaje. Ayer, en otra entrevista, la nueva presidenta del ABB, Jone Berriozabal, indicó que «sea cual sea la decisión» no tiene «ninguna duda de que Ortuzar va a seguir trabajando en el partido porque ha sido siempre una persona muy militante, que tiene un capital político muy importante».

Cada cual podrá juzgar si existe un «argumentario oficial» para burukides de cómo responder a las preguntas sobre la continuidad de Andoni Ortuzar al frente del BBB.

La ecuación del 50% y su solución lógica. Sobre su continuidad, Ortuzar declaró a Vocento hace un mes que «en mi cabeza tengo decidido lo que quiero hacer. Sea cual sea mi decisión final, yo soy una persona del PNV. Cualquiera que sea será una decisión mía y de la gente. Esto es al 50%».

En esta ecuación hay dos variables con cuatro combinaciones posibles: 1) Que él no quiera seguir y «la gente» le diga que, vale, que mejor que lo deje. 2) Que él no quiera seguir, pero que «la gente» le pida que se presente. 3) Que él quiera seguir y «la gente» le diga que no. 4) Que él quiera seguir y «la gente», también.

Teniendo en cuenta que  Ortuzar, además de político, es periodista y no matemático, ¿cree alguien que después de haber dado el titular del 50% la variable que comunique va a ser cualquiera que tenga por respuesta que «la gente» le ha pedido que no siga? No parece probable.

Así que una vez formulada la ecuación que abrió la primera página del periódico más vendido de Gipuzkoa, lo lógico es que Ortuzar aplique una de las dos combinaciones en las que «lo que escuche dentro del PNV» sea que siga. Si coincide con lo que pensaba, estupendo, y si él no quería seguir pero se lo han pedido sus compañeros, la solución es que rompa el empate al 50% en favor de su compromiso con el partido por encima de sus preferencias personales porque, como recordó, «uno cuando se afilia al PNV sabe que tiene derechos, pero también obligaciones».

La resolución de la disyuntiva del «decidimos a medias» planteada en público parece apuntar a la continuidad de Ortuzar. Pero tampoco podemos olvidar que hace algo más de un año ya andábamos enredados en una situación similar. Entonces la pregunta era si Iñigo Urkullu repetiría o no como candidato a lehendakari  por cuarta vez en 2024.

Todos dábamos por hecho que ello dependería únicamente de su voluntad, de si quería seguir o no. Nadie planteó entonces la ecuación del 50%. Y el resultado fue que llego la cúpula del EBB y, sobre el 22 o 23 de noviembre de 2023,  le presentó a Urkullu una carta de despido en diferido, que pasaba por las elecciones, que él mismo debía convocar, y el traspaso de Ajuria Enea a un Imanol Pradales que todavía asegura que en aquellos días no sabía lo que le esperaba. Y eso si la apuesta salía bien y el PNV ganaba las elecciones y daban las cuentas con el PSE.

Con ese antecedente no habría que descartar una cabriola final de Sabin Etxea con la presentación de un tapado o tapada que, de verdad, diera imagen de renovación, porque la opción de Aitor Esteban rezuma continuismo, nepotismo y falta de banquillo. Aunque dos sustos en poco mas de un año ya serían demasiados.