
Ha costado lo indecible, pero Bidasoa Irun se ha llevado al zurrón el partido más importante en lo que se lleva de temporada, según su técnico, Álex Mozas. En un carrusel de sensaciones, el equipo irundarra se ha visto superado en el primer tiempo, ha remontado en el segundo y a punto ha estado de echarlo todo a perder en el último tramo, pero un robo y posterior gol de Tao en el último minuto le ha dado la victoria.
Y aunque los anfitriones han salido muy concentrados en defensa, rápidamente se ha visto que el cuadro luso iba a ser un hueso muy duro de roer. Palasics ha aportado más bajo los tres palos que Maciel y ello se ha ido reflejando poco a poco en el marcador.
Del empate a dos goles del minuto 5 se ha pasado, en un abrir y cerrar de ojos, a un preocupante 3-6 en el 11. Los pupilos de Álex Mozas no han sabido interpretar bien la circulación de balón en ataque, con algunas pérdidas, lanzamientos errados y paradas del guardameta rival.
La sangría se ha ido haciendo cada vez más grande y peligrosa, hasta que el preparador local ha tenido que parar el choque en el minuto 13. Dos exclusiones de Dariel y Esteban Salinas en una decisión un tanto estricta de los árbitros con amago de tangana incluido ha puesto las cosas más difíciles todavía y desvelado que la tarea no iba a ser nada sencilla.
Los tontos fallos ofensivos han seguido por parte del conjunto guipuzcoano y la brecha se ha estirado hasta los siete goles (7-12, m.17). Palasics, con un 39% de paradas, ha continuado siendo un muro infranqueable, hasta que el choque ha virado en favor de Bidasoa.
Los amarillos se han entonado y han ido recortando diferencias hasta ponerse a un solo tanto (13-14, m.29), que se ha convertido en dos (13-15) al descanso, una distancia ni tan mala después de haberse encendido todas las alarmas durante un primer tiempo intenso y en el que el bloque irundarra ha tenido que ir siempre a remolque.
Robo de Tao
Los locales han vuelto a salir con la caraja al comienzo del segundo periodo, lo que ha aprovechado el Benfica para marcharse de nuevo con una renta considerable (13-17, m.33). Sin embargo, los de Mozas han logrado reponerse e iniciar un revolcón que no se iba a materializar hasta el minuto 43, cuando han vuelto a ponerse por delante en el electrónico por segunda vez en el partido (21-20).
Maciel ha comenzado a entonarse, Cavero no ha fallado desde los siete metros –Bidasoa ya ha generado mejor en ataque provocando varios penaltis– y la defensa guipuzcoano se lo ha puesto bastante más complicado al juego ofensivo portugués.
Sin embargo, la distancia nunca ha ido más allá de las dos dianas (26-24, m.53), aunque el envite parecía encarrilado hacia un triunfo local. Nada más lejos de la realidad. Los amarillos se han complicado la vida más de lo deseable y su adversario ha creído en volver a recuperar su ventaja en el luminoso.
La precipitación ha aparecido en el juego ofensivo iruindarra –se han empeñado en ataques rápidos sin excesivo sentido– y el Benfica ha empatado a 27, disponiendo hasta de dos balones para ponerse por delante. Afortunadamente, en el primero ha cometido falta en ataque, y en el segundo, un robo decisivo de Tao le ha dado a Bidasoa una victoria muy trabajada y muy necesaria.

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