Rayco Sánchez, Opio Errebeldea

La ikurriña de Cork City regresa a la máxima categoría del fútbol irlandés

El pasado fin de semana comenzó una nueva temporada de la Primera División del fútbol irlandés, con el regreso a la máxima categoría del vigente campeón de la segunda división, el Cork City FC, donde la alegría se mezcla entre botes de humo, cánticos, cerveza Beamish e ikurriñas.

La ikurriña que habita en el fondo de las gradas del estadio Turners Cross de Cork City.
La ikurriña que habita en el fondo de las gradas del estadio Turners Cross de Cork City. (@FCCB)

La verdad es que me cuesta recordar cuando entraron en mi vida esta panda de dicharacheros maravillosos. Creo que fue en el año 2019, cuando irrumpieron en un concierto de la gira irlandesa de ‘Itziarren Semeak’ con una ikurriña gigante, animosamente coreografiados, como si estuvieran en un concierto de Gerry Cinnamon. «Están locos, pero son muy buena gente» me dijo Manex, que me consiguió el contacto de Jason, uno de los integrantes que sabía hablar castellano.

Jason Nott, que pasó varios años viviendo y trabajando en Madrid, me contaba que su hermano, Shane Nott, trabajó en la película ‘El viento que agita la cebada’ a las órdenes de Ken Loach, que no dudó en buscar extras en los equipos de hurling de la ciudad. En aquel maravilloso filme coincidió con el célebre corkoniano Cillian Murphy (actor principal de Peaky Blinders), con el que llegó a compartir alfombra roja y resaca en Cannes.

 

Con el paso del tiempo fui empapándome sobre la cultura irlandesa, los deportes gaélicos, su historia, conflictos pasados y actuales, coincidiendo con sus inquietudes políticas. Mientras tanto iban apareciendo en escena otros artistas de la cuadrilla como los Cully, Lar, Dave, Connor, Donnie, Dermot… Como es de imaginar me faltó tiempo para hacer las maletas y conocer in situ la ciudad «rebelde» de la isla esmeralda, aprovechando para preguntar, a pie de estadio, el porqué de la ikurriña en los partidos.

La grada de animación de Turners Cross era como un derbi en Belgrado, una guerra de luces, pirotecnia, cánticos y desafíos constantes a la seguridad del complejo deportivo. La media de edad variaba entre los 12 y los 50 años de edad, la única consigna era darlo todo y pasárselo bien. Bueno, y esconder las bengalas y sujetar a Connor, el speaker, para que no se colara por los huecos de las sillas.

El club «vadea», desde hace años, entre la primera y la segunda categoría del fútbol irlandés. Hay que tener en cuenta que, el fútbol irlandés es en realidad el gaélico, enmarcado dentro de los deportes GAA, que llenan los estadios de todo el país, enormes instalaciones cuidadas con esmero que nada tienen que ver con los complejos deportivos del balompié, más bien fríos y funcionales. Algunos irish consideran, a día de hoy, un deporte de extranjeros la modalidad que inventaron sus vecinos ingleses.

1st Cork City Brigade

Entonado por esta cebada maravillosa pude compartir con el incombustible Cully las raíces que unían a la hinchada 1st Cork City Brigade (FCCB) con Euskal Herria.

El nombre del grupo rinde homenaje a la primera Brigada de la ciudad de Cork del Ejército Republicano Irlandés (Óglaidh na hÉireann), que luchó por la libertad de la ciudad y de la propia Irlanda; de hecho, algunos familiares de los miembros de la FCCB fueron miembros de esta Brigada.

El colectivo tiene una fuerte convicción antifascista y realiza numerosas actividades a favor del colectivo LGTBI, de Palestina, de las personas con enfermedad mental y de los refugiados, posicionándose, por supuesto, en contra del racismo y del fútbol moderno. «Nuestro grupo está formado, principalmente, por seguidores de clase trabajadora que prefieren ver a nuestro equipo local bajo la lluvia y el frío antes que sentarse en un taburete de la barra del bar para ver a estrellas millonarias moverse sobre el césped. Preferimos los chips de curry a la Brigada de sándwich de gambas», dice Cully.

Sobre el por qué de la ikurriña como parte de la simbología del grupo, aclara: «La elegimos porque se identifica con los tres colores del club y de la ciudad de Cork (verde, blanco y rojo) y, además, también representa nuestra perspectiva rebelde e internacionalista en la lucha global contra la opresión. Algunos de nuestros miembros tienen vínculos muy fuertes con el País Vasco desde hace años, participando activamente en iniciativas políticas. Desde el principio queríamos reflejar la conexión fraternal entre las dos naciones a través del uso de la ikurriña».

La segunda urbe más poblada

Por las calles de Corcaigh, como se diría en irlandés (prefieren llamar irlandés que gaélico a su idioma local), han paseado ilustres futbolistas de talla mundial como Roy Keane y Patrick Irwin, que coincidieron en aquella generación gloriosa del Manchester United.

Son avenidas llenas de música en directo y murales que recuerdan que su alcalde, Terence MacSwinney, en plena Guerra de Independencia puso el conflicto irlandés en primera plana de los periódicos internacionales tras fallecer a los 74 días de una huelga de hambre.

Si algo no es negociable en la ciudad que atraviesa el Río Lee, es la memoria. Por eso se celebran semanalmente homenajes a los caídos por Irlanda, incluso se puede visitar la cárcel de Gaol, abierta en 1824 donde se puede empatizar con los presos de antaño.

Esta amable urbe es la segunda más poblada del país, detrás de Dublín, y ofrece, además de un paseo por su autobiografía, una rica oferta gastronómica, arte, huellas medievales, parques naturales y, por supuesto, fiestas interminables. La cerveza local más famosa se llama Beamish y, si quieres ganarte a los nativos y a las nativas, tienes que decir que está mucho mejor que la Guinness, por supuesto.