Budimir, un récord para justificar la mayor inversión rojilla de su historia
Gracias a su diana ante el Valencia, Budimir entra con letras de oro en la historia rojilla como máximo artillero en Primera –58 tantos–, superando a otro mito, Sabino Andonegi. Lo que en 2021 parecía una operación arriesgada se ha traducido en una inversión goleadora que ha dado multitud de puntos.

No fueron pocos los que a principios de junio de 2021 vieron con cierto recelo, cuando no se echaron las manos a la cabeza, por cómo Osasuna desembolsaba nada menos que ocho millones de euros –la mayor apuesta económica de su historia, que dura hasta hoy día– al Mallorca para hacerse con los derechos deportivos del ariete croata Ante Budimir.
Sin duda, muchos menos podían imaginarse que el delantero balcánico, aunque ya llevaba tiempo dejando destellos de goleador, iba a hacer historia en la escuadra navarra. Sin hacer ruido, como el animal que encarna su apodo, el cisne de Zenica ha aglutinado números de récord que tienen visos de poder ampliarse todavía más, convirtiendo su marca en casi un imposible, al menos a corto plazo.
Infatigable y perfeccionista, detrás de esas cifras hay mucho trabajo en Tajonar, puliendo remates y ajustando el tono físico para adelantarse a sus marcadores en esa décima de segundo que diferencia una ocasión de un gol. Y un equilibrio emocional, encontrando la estabilidad necesaria en Iruñea, que le permite centrarse en su trabajo al cien por cien, después de un periplo en su inicio de carrera futbolística por equipos de su país, Alemania e Italia, hasta recalar en las Islas Baleares y posteriormente en Nafarroa.
La gloria le ha llegado al delantero centro en su madurez deportiva, pues ya contaba con 28 años cuando comenzó a deslumbrar con el cuadro bermellón en la 2019-20, anotando 13 goles, una cantidad que ahora ha vuelto a superar y que ya se aproxima a los 16 del ejercicio pasado. Una proyección ascendente que vuelve a justificar, después de la inversión inicial de su fichaje, el que se le renovase en octubre de 2023 hasta junio de 2027 –dos años más de su anterior contrato– cuando los guarismos no eran tan boyantes. Ese ejercicio de confianza del club hacia el jugador ahora lo está devolviendo con su profesionalidad y buen hacer en el área contraria, al haberse convertido en la pesadilla y futbolista a vigilar muy de cerca por parte de las defensas rivales.
Disfrutar de su acierto
Budimir no destaca por ser el más técnico del mundo –tampoco quiere decir que sea cojo y ahí están algunos goles con la zurda que lo atestiguan–, ni el más rápido, pero su envergadura, colocación y olfato de gol lo suplen con creces. Si a ello se le suma su poco afán de notoriedad y el sacrificio que aporta al equipo siendo la primera línea de presión, se convierte en el jugador ideal para Osasuna.
Una simbiosis que al club navarro le ha dado un rédito de puntos tan calculable como que ha supuesto un factor esencial para los recientes éxitos cosechados por la escuadra rojilla en su último recorrido en la máxima categoría. Y que al croata le ha permitido también hacerse un hueco con su selección para medirse a los mejores a nivel contiental y mundial.
En este fútbol moderno, en el que el gol se paga a doblón y los sentimentalismos quedan al margen cuando el magnate de turno saca su chequera a relucir, que la afición rojilla pueda disfrutar del acierto de Budimir se podría considerar todo un lujo. Eso sí, aunque no sea con billetes, la grada le corresponde en cada partido de El Sadar con su grito de guerra de «Budi, Budi». El deseo es que aún sea por muchos años.

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