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Laura Guarinoni / Efe

Una protesta de jubilados argentinos desata la mayor represión del Gobierno de Milei

Más de 120 detenidos y 45 heridos –entre ellos, un fotoperiodista por un pelotazo en la cabeza– es el balance de la mayor represión policial desde que Javier Milei llegó a la Presidencia argentina en diciembre de 2023.

Un policía arroja gas pimienta a uno de los participantes en la protesta de jubilados en Buenos Aires.
Un policía arroja gas pimienta a uno de los participantes en la protesta de jubilados en Buenos Aires. (Luis ROBAYO | AFP)

Lo que iba a ser una protesta habitual de jubilados frente al Congreso de Argentina, apoyada por hinchas de fútbol, sindicatos y movimientos sociales, terminó este pasado miércoles en la mayor represión policial desde que Javier Milei llegó a la Presidencia, en diciembre de 2023.

Los jubilados, que se encuentran en su mayoría en situación de pobreza por sus bajos ingresos, reclaman una actualización de las pensiones, la restitución de la cobertura de medicamentos y la continuidad de la moratoria previsional, que vence este marzo y que daba pensión a aquellas personas sin suficientes años cotizados.

El balance provisional es de 120 detenidos y 45 heridos, entre ellos el fotoperiodista independiente Pablo Grillo, en estado grave tras recibir el impacto de una de las granadas de gas lacrimógeno que las fuerzas de seguridad dispararon contra los manifestantes.

La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) ha «repudiado las agresiones» contra periodistas mientras cubrían los incidentes, tanto aquellos que han sido «agredidos por manifestantes» como la de aquellos que han «recibido un golpe» por parte de la Policía.

Carga policial sin precedentes

Cerca de las 16:30 hora local (19:30 GMT) cientos de policías, apostados desde temprano en las inmediaciones del Congreso, cargaron contra los manifestantes que cortaban de forma pacífica las avenidas Rivadavia e Hipólito Yrigoyen, en pleno centro de Buenos Aires.

Los agentes rociaron con gases lacrimógenos y golpearon con palos a quienes protestaban hasta despejar de gente la avenida Entre Ríos, que atraviesa la plaza donde se levanta el imponente edificio del Legislativo. Algunos ciudadanos respondieron arrojando piedras.

Minutos después, un camión recorrió la avenida hasta Bartolomé Mitre expulsando fuertes chorros de agua. Allí, otro grupo de manifestantes intentaba acercarse a la plaza y cantaba canciones contra el Gobierno y las fuerzas de seguridad, con letras como «qué triste debe ser tener que pegarle a un jubilado para poder comer», «Milei, vos sos la dictadura» o «que se vayan todos».

Quienes se acercaban al Congreso, donde ya es una tradición ver a los jubilados manifestarse cada miércoles, sentían el picor del gas en los ojos, las fosas nasales y la garganta.

Héctor, que portaba un cartel con la frase «Basta de genocidio silencioso», contó a Efe que cobra la jubilación mínima (menos de 300 dólares mensuales): «Estamos defendiendo nuestros derechos y queremos que se vaya este Gobierno hambriador».

Liliana, otra habitual de los miércoles, se acercó a uno de los oficiales y le gritó: «Qué papelón como nos tratan. Vayan a ayudar a Bahía Blanca (ciudad donde ha habido una gran inundación) en lugar de reprimirnos». «Están armados hasta los dientes contra los jubilados», se lamentó.

La hinchada con los jubilados

Hinchas de distintos equipos de fútbol, incluso rivales, se unieron por la misma causa. Carlos, de 75 años y fanático de Chacarita Juniors, es uno de ellos: «Si tengo que perder mi vida luchando como un jubilado, la voy a perder, pero mis hijos y mis nietos van a ser libres, esta patria no merece lo que tenemos en el gobierno», dijo a Efe.

Una joven contó que había ido hasta el Congreso en nombre de su madre y sus abuelos: «Es impresionante lo que están haciendo con los abuelos, no se puede permitir, hay que parar esto».

Efe fue testigo de cómo Beatriz Bianco, de 87 años, fue empujada por un policía, que la golpeó la cabeza contra el asfalto y terminó en el hospital. Los manifestantes comenzaron a replegarse ante la carga policial y se dirigieron hacia la Casa Rosada, sede del Gobierno, pero un grupo de policías motorizados subieron los vehículos a las veredas para perseguirlos.

En la Avenida de Mayo apareció volcado y prendido fuego un vehículo de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y, en ese ambiente, varios manifestantes increparon a otros acusándolos de ser infiltrados y causantes de los disturbios.

Una represión conocida

Durante la avanzada policial, un grupo se resguardaba sobre la mítica avenida Callao, entre ellos un hombre con los ojos rojos por el efecto de los gases, quien, ahogado en lágrimas, declaró: «Están destruyendo el país, esta represión ya la tuvimos muchas veces».

Pablo, con camiseta del club Ferrocarril Oeste, se resguardaba junto a su pareja, de Boca, de la violencia policial, mientras se lamentaba por la situación de los jubilados: «No pueden vivir con lo que están cobrando».

Al anochecer, la Policía volvió a tomar la avenida Rivadavia y empujó a un grupo de jubilados. La iniciativa de acompañar este miércoles a las personas mayores en su protesta surgió tras los hechos ocurridos hace justo una semana, cuando un hincha de Chacarita Juniors, de 75 años, fue rociado de gases y golpeado por la Policía, hasta romperle la muñeca.

Tras la jornada de represión policial, comenzaron a sonar cacerolazos en protesta contra el Gobierno de Javier Milei en varios barrios de Buenos Aires. La convocatoria había sido realizada por la excandidata presidencial del Frente de Izquierda, Myriam Bregman, a través de sus redes sociales.

Accidentada sesión

Las manifestaciones han coincidido con una accidentada sesión en la Cámara de Diputados, que discutía la creación de una comisión investigadora por el escándalo de la criptomoneda '$LIBRA' que involucra al presidente, Javier Milei.

La sesión ha tenido finalmente que ser suspendida después de que Oscar Zago, del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), se haya enfrentado a empujones, gritos y puñetazos a Lisandro Almirón, de La Libertad Avanza, ante la elección de la diputada Marcela Pagano como presidenta de la comisión.

Milei acumuló más de un centenar de denuncias en su contra después de que promocionara una criptomoneda, que en realidad era una moneda meme y carecía del respaldo de la economía real, que poco después quebró, provocando enormes pérdidas económicas en los inversores.