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El régimen sirio presenta su Constitución para cinco años, con la sharia como base del Estado

El nuevo régimen sirio ha presentado su Constitución para cinco años, con la sharia como fuente de ley, la fe musulmana del presidente y un capítulo sobre derechos y libertades «en equilibrio con la seguridad». La administración kurdo-árabe ha criticado la falta de respeto a la diversidad siria.

El presidente interino sirio, Ahmad Al Sharaa, firma la declaración constitucional.
El presidente interino sirio, Ahmad Al Sharaa, firma la declaración constitucional. (Bakr ALKASEM | AFP)

La futura Constitución siria tendrá la sharia como fuente principal de la legislación, según recoge el borrador de principios firmado por el presidente del nuevo régimen, Ahmed al Sharaa. Además, el jefe del Estado deberá ser musulmán.

El comité constitucional, creado por la Presidencia siria a principios de mes, ha presentado una declaración con los 44 artículos de este proyecto constitucional, que servirá de marco del nuevo régimen, al menos durante un periodo «de transición» de cinco años.

La comisión asegura que los artículos se basan «en los resultados del Diálogo Nacional», el encuentro que mantuvieron en Damasco en febrero diversas figuras de los diferentes grupos, etnias y confesiones del país, aunque partes como las formaciones kurdas fueron excluidas.

Con todo, el Islam como la fuente de la ley y la fe musulmana del presidente sirio eran aspectos que ya estaban recogidos en la Constitución de 2012 del régimen de Bashar al-Assad. Por lo que caben desde el establecimiento de un Estado teocrático hasta un régimen más occidentalizado similar a Turquía.

Abdul Hamid al Awak, miembro del comité que redactó esta declaración y portavoz del proyecto, ha afirmado que se devolverá «la soberanía al pueblo sirio» con esta nueva Carta Magna, pero el proyecto ha recibido las primeras críticas que rechazan que tenga un carácter inclusivo.

Derechos y libertades, un capítulo para levantar sanciones

También se prevé incluir en la norma suprema un capítulo especial «sobre derechos y libertades, y crear un equilibrio entre la seguridad comunitaria y los derechos y libertades», además de respetar el principio de separación de poderes y la libertad de prensa, aspectos con los que Al Sharaa quiere lograr su principal objetivo, que las potencias occidentales levanten las sanciones contra Siria.

De la misma forma, la declaración recoge que se garantizará su participación en el empleo y educación, así como sus derechos sociales, económicos y políticos.

El documento también establece que la Asamblea Popular «tiene el derecho de interrogar a los ministros». Aunque con límites, mantiene un amplio poder para el presidente Al Sharaa durante el período de transición y le otorga el poder excepcional de declarar el Estado de emergencia.

Además, la redacción final ha excluido la posibilidad de que la Asamblea destituya al presidente, como se apuntaba inicialmente.

Al Awak subrayó que se «garantiza la independencia del Poder Judicial», se prohibirán «los tribunales de excepción» y recogerá que «no hay autoridad sobre el Poder Judicial más que la ley».

«Unidad de la tierra y el pueblo sirio»

El ponente ha subrayado que la norma asume el compromiso del Estado de «preservar la unidad de la tierra y el pueblo» sirio y «el respeto a las particularidades culturales».

Asimismo, Al Awak ha anunciado la disolución del Tribunal Constitucional que existe actualmente y otorga al presidente el derecho de nombrar uno nuevo, a la vez que afirma el compromiso de Siria «con la completa separación de poderes».

Al Sharaa, líder del grupo salafo-yihadista HTS, que dirigió la ofensiva que derrocó al régimen de Bashar al Asad el pasado mes de diciembre y asumió la presidencia interina del país a principios de año, ha recibido y firmado el proyecto, tras lo cual ha expresado su deseo «de que esto sea un buen augurio para el pueblo sirio en el camino hacia la construcción y el desarrollo».

«Esperemos que esta sea una nueva historia para Siria, una en la que reemplacemos la ignorancia con el conocimiento y el sufrimiento con la misericordia», ha indicado Al Sharaa.

Al Awak ha destacado que el proyecto asegurará que Siria «siga comprometida con los acuerdos de derechos humanos que había firmado».

Críticas desde la administración autónoma kurdo-árabe

La administración autónoma kurdo-árabe ha criticado la declaración constitucional por no incluir a las minorías y otros componentes del país, y ha reprochado al documento «mentalidad individualista».

«Esta declaración carece de las normas de la diversidad nacional siria y carece de la participación real de los componentes nacionales de Siria. Por lo tanto, esta expresa una vez más la mentalidad individualista, que es una extensión del estado anterior que existía en Siria y contra el que se levantó el pueblo», ha criticado la administración kurdosiria presente en el norte y noreste del país.

La declaración constitucional incluye «disposiciones y un estilo tradicional similares a las normas y criterios seguidos por el gobierno del Baaz», en referencia al partido de la familia Al Assad.

«Esta medida contradice una vez más la realidad de Siria y su diversidad. También constituye una falsificación de facto de la identidad nacional y social de Siria, ya que esta declaración carece de la impronta y el espíritu del pueblo sirio y sus diversos componentes, desde los kurdos hasta los árabes, pasando por los sirios, los asirios y otros componentes nacionales sirios», añade.

«No es más que una forma y un marco que socava los esfuerzos por lograr una verdadera democracia en Siria», insistió.

El pacto con las FSD, en cuestión

Esta declaración se produce tan solo días después de que Mazlum Abdi, líder de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), alianza armada liderada por kurdo-árabes, firmara con Al Sharaa un acuerdo para integrar las instituciones civiles y militares de los kurdos en el Estado sirio. El acuerdo recogía también la garantía «de todos los derechos constitucionales para los kurdos».

Este pacto, que daba estabilidad al nuevo régimen y cierta seguridad a las administraciones kurdas frente a la amenaza de Turquía, se ve ahora en cuestión por un texto constitucional que excluye las principales demandas.

Con todo, la crítica no supone una ruptura total, más aún teniendo en cuenta que el acuerdo con las FDS debe desarrollarse a lo largo de un año.