
Los sindicatos representados en el comité de empresa de SDA Factory, la antigua Ufesa, han anunciado que sus servicios jurídicos están preparando las impugnaciones contra el proceso de cierre de la planta de Gasteiz, que dejará en la calle a 55 personas. Este miércoles, precisamente, ha finalizado el periodo de consultas del ERE de extinción, del que la representación de los trabajadores saca la conclusión de que ni SDA Factory ni la propiedad B&B Trends han tenido intención de reflotar la compañía.
Les acusan de haber estado ganando tiempo hasta lograr que las arcas estuvieran vacías y sus beneficios y dividendos a salvo. Los perjudicados, han explicado en un comunicado, la plantilla que se verá abocada al Fogasa para poder cobrar la indemnización mínima que les corresponde, así como parte de los salarios que se les deben desde diciembre de 2024. «Toda la vida trabajando en esta planta para acabar así», denuncian.
Acusan a SDA Factory y B&B Trends de maquinar una operación que ha supuesto el expolio de una empresa puntura en el sector, que en su día perteneció a BSH. «Se han llevado todo lo que han querido y más. Millones y millones de euros en una operación de compraventa más que dudosa e incomprensible, en la que el anterior propietario BSH Bosch la vende por 1 euro y al cambio le da más de 20 millones de euros al comprador B&B Trends. Y además de un acuerdo para suministrar a la planta con trabajo durante dos años y medio, durante ese tiempo B&B Trends se ha llevado en dividendos más de 14,5 millones de euros, mientras SDA era saqueada de toda oportunidad de futuro», han relatado.
Descapitalización
Asimismo, han señalado que las sucesivas regulaciones de empleo solo han servido para ganar tiempo en la descapitalización de la compañía, quedándose la plantilla sin más prestación de empleo. «La propiedad ni siquiera piensa cumplir con los acuerdos de abril de 2024, donde se pactaban indemnizaciones adicionales si se daban estos despidos», han criticado.
A las instituciones les acusan de no haber hecho nada hasta ahora. «Muchas palmaditas en la espalda, pero ninguna ayuda. Les han regado de subvenciones, son conocedoras de la operación de compraventa, saben que todos los ERTE han sido una estafa», han incidido, aguardando a que las administraciones adopten alguna decisión que puede respaldar a las y los trabajadores.

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