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El Ejército israelí reanuda la invasión terrestre de Gaza y sigue la matanza

Después de perpetrar la mayor matanza en un año en Gaza y la mayor masacre de niños en un solo día, el Ejército de Israel siguió matando y comenzó a ocupar de nuevo la Franja con operaciones terrestres. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, amenazó con «un frente mayor en Cisjordania».

Una mujer llora a un niño muerto en Jan Yunis.
Una mujer llora a un niño muerto en Jan Yunis. (Abed Rahim JATIB | DPA-EUROPA PRESS)

Las tropas israelíes volvieron a desplegarse ayer en el corredor Netzarim, con el que dividieron la Franja en dos y del que se habían retirado el pasado 9 de febrero según recogía el acuerdo de alto el fuego. 

El Ejército afirmó que creará «una zona de amortiguación parcial», que se traduce en el bloqueo de la carretera Salah al Din, que conecta de norte a sur el enclave palestino. El tráfico y el movimiento de la población se detuvo casi por completo y los gazatíes, pese al retorno a los ataques aéreos, se desplazan ahora por la carretera costera Rashid. Además, una de sus brigadas de infantería permanecerá estacionada en Gaza «preparada para operaciones en la Franja», lo que supone otra vulneración de lo acordado.

El Ejército israelí trasladó a la vez nuevas órdenes de evacuación para los gazatíes en el norte y del sur de la Franja, en Beit Hanoun, Khirbet Khuzaa, Abasan al Kabira y al Jadidah, y les forzó a desplazarse a áreas objetivo de sus bombardeos, como Jan Yunis.

Lo hace con folletos desde el aire para amedrentar a los gazatíes para que abandonen estas zonas, muchas veces con tiempo insuficiente para que los afectados puedan ponerse a salvo.

Otro ataque ayer a un velatorio

Precisamente drones y cazas israelíes mataron ayer de madrugada al menos a 14 palestinos en un ataque contra un velatorio improvisado en el barrio de Al Sultan, que se sumó a los bombardeos de los de Sabra y de Shujaiya, en ciudad de Gaza. En Sabra, entre un paisaje de destrucción, las ambulancias avanzaban a duras penas entre la multitud que se congregaba en la calle para atender a los heridos y sofocar las llamas que provocó la explosión.

Entre los muertos se encuentra un miembro de la Defensa Civil palestina –Israel ya ha matado a 103 de ellos– una mujer embarazada y su hijo.

El Ejército israelí avisó con apenas media hora de antelación para que los palestinos abandonaran sus casas antes de destruirlas, pero muchas personas resultaron alcanzadas por las ondas de presión del proyectil.

Los gazatíes señalaron que la fuerza de los misiles lanzados por Israel desde la madrugada del martes «no es normal» y la atribuyen a los últimos suministros de armas estadounidenses aprobados por Donald Trump.

«Debido a la fuerza de la explosión, las piedras y los escombros vuelan a una distancia de 200 metros. Hay personas que están en las tiendas y les han golpeado las piedras», señaló las Dugmush, un vecino que consiguió escapar a tiempo.

Israel quiso enviar un claro mensaje de brutalidad con  el día más mortífero en Gaza desde mayo de 2024. El Gobierno gazatí registró 435 muertos en 48 horas, entre ellos, más de 180 eran niños.  

La mayor matanza de niños en el último año

«La información y las imágenes que llegan de la Franja tras los ataques de esta madrugada van más allá del horror. Según los informes, cientos de personas han muerto, entre ellas más de 130 niños y niñas, lo que constituye el mayor número de muertes infantiles en un solo día en el último año. Algunos de los ataques alcanzaron refugios provisionales en los que dormían niños, niñas y familias», denunció la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.

¿Dónde vamos a ir? Que nos lancen una bomba nuclear y que acabe todo. Estamos cansados», clamaba Ahlam Abed, desplazado en el campo de Al-Mawasi.

Exterminio o expulsión

Y sin ningún Estado que reaccione más allá de la «preocupación», la  intención de Israel es continuar. El ministro de Defensa, Israel Katz, amenazó con llevar la «destrucción y devastación total» a Gaza si los 59 israelíes no son liberados y, como hizo la víspera Netanyahu, aseguró que el ataque aéreo del martes «es solo el primer paso» de lo que está por venir. «El resto será mucho más difícil y pagarán el precio», amenazó Katz, y añadió que los gazatíes serán de nuevo desplazados de sus casas como ya hizcieron en el inicio de la ofensiva, ciudad por ciudad.

La alternativa que Israel ofrece al extermino es la expulsión de su tierra. «Gentes de Gaza, último aviso. Sigan el consejo del presidente de EEUU: devuelvan a los rehenes, expulsen a Hamas y tendrán nuevas opciones, incluida la reubicación en otras partes del mundo para quienes quieran. La alternativa es la destrucción total», señaló el ministro.

Por su parte, Hamas insistió en que no ha cerrado la puerta a la negociación, pero sin nuevos acuerdos sino que debe cumplirse el cese inmediato de los ataques y comenzar la segunda fase prevista en la tregua.

Restos de la tienda de una familia desplazada, destruida en Jan Yunis. (Abed Rahim JATIB/DPA-EUROPA PRESS)



Cisjordania

Más alejado del foco, pero a la vez que el horror de Gaza, Israel aplica también la estrategia de exterminio o expulsión en Cisjordania. Netanyahu subrayó «la posibilidad de que se abra un frente mayor y más poderoso» en Cisjordania, donde visitó a la unidad encubierta de las fuerzas armadas que suele llevar a cabo operaciones especiales.

El Ejército extendió su macrorredada en el norte de Cisjordania a Nablus, una de las principales ciudades del enclave y ha devastado ya los campamentos de refugiados de Al Ain, Balata y Askar, Jenin, Tulkarem y Nur Shams, donde hasta el 9 de marzo habían matado a más de 50 personas (17 de ellas menores). En Al Ain, las tropas sumaron ayer otra víctima mortal más.

Bombardeo a oficinas de la ONU El Ejército israelí atacó también ayer una sede de la ONU en Deir el Balah, donde aloja a su personal, y mató a un trabajador e hirió de gravedad a otros cinco, todos extranjeros. El Gobierno de Gaza denunció «un crimen de guerra en toda regla», así como el silencio de la comunidad internacional ante estos ataques sistemáticos.

El secretario general de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, Jorge Moreira da Silva, aseguró que el ataque «no puede ser categorizado como accidente y recordó que Naciones Unidas había confirmado previamente a las autoridades que se trataba de un edificio «protegido de conflicto. Esto significa que todo el mundo sabía que todo el que estaba trabajando dentro era personal de la ONU.

 

Protestas masivas contra Netanyahu


La Policía detuvo al menos a cuatro personas en Jerusalén durante las multitudinarias manifestaciones en contra del Gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para protestar por los planes del Gobierno de destituir al jefe del Shin Bet, Ronen Bar, y para exigir un retorno al alto el fuego en Gaza que permita liberar a los prisioneros que todavía permanecen en el enclave palestino. Un grupo de manifestantes llevó a cabo una sentada y cortó el tráfico en los dos sentidos. Varios individuos trataron de romper el cordón policial para acceder al domicilio de Netanyahu e incluso levantaron barricadas. En la marcha se unieron organizaciones pacifistas como Standing Together, allegados de los aún prisioneros y exmilitares y políticos opositores como Benny Gantz, increpando al grito de «traidor» o Yair Lapid, arropado por cientos de simpatizantes.

Aunque no pocos son ajenos al genocidio palestino, todos coinciden en que Netanyahu trata de salvar su carrera política, en medio de procesos judiciales y acusaciones de corrupción, para lo que no duda en poner en peligro a los prisioneros.

 

Bombas y amenaza de aniquilación en Yemen


Al menos siete mujeres y dos niños resultaron heridos ayer en una nueva oleada de bombardeos perpetrados por EEUU contra al menos cuatro ciudades de Yemen. Los bombardeos tuvieron como objetivo el distrito de Al Thawra, en Sanaa, la capital, los alrededores de la ciudad de Saada, al norte; la localidad septentrional de Hazm, en la gobernación de Al Jawf; y un distrito de la ciudad de Al Bayda, en el centro del país. Dos misiles impactaron en el barrio capitalino de Al Jeraf, en la carretera que conduce al aeropuerto de Sanaa. Grandes columnas de humo y un gran fuego se pudieron observar desde diferentes puntos de la ciudad tras un ataque que tuvo como objetivo un depósito.

Esta nueva ola de bombardeos se produjo minutos después de que el presidente de EEUU, Donald Trump, amenazara a los hutíes con que serán «completamente aniquilados» si no cesan los ataques contra intereses israelíes en los mares Rojo y Arábigo. «Ni siquiera es una lucha justa y nunca lo será. ¡Serán completamente aniquilados!», apuntó. Trump estimó que Irán ha reducido su apoyo a los hutíes, pero advirtió también a Teherán para que cese «completa e inmediatamente su apoyo» para que «luchen por sí solos». «Van a perder de todas formas, pero de esta manera perderán rápido», afirmó. Aseguró  que su Ejército ha infligido ya «un daño tremendo» a los hutíes y recalcó que «la situación empeorará progresivamente».

EEUU inició el fin de semana una serie de ataques contra distintas ciudades yemeníes y provocó más de medio centenar de muertos. Los hutíes, en el poder en buena parte del país, han reanudado sus operaciones militares contra barcos vinculados al Estado israelí y afirmaron que en la madrugada de ayer atacaron por cuarta vez en 72 horas el portaaviones estadounidense USS Harry S. Truman en el mar Rojo, mientras que el martes lanzaron un misil balístico contra una base aérea en Israel.