Paco Gómez y Joseba Burdain contemplan una de las creaciones salidas de sus manos.
Paco Gómez y Joseba Burdain contemplan una de las creaciones salidas de sus manos. (Andoni CANELLADA | FOKU)
Imanol  Intziarte
Redactor de actualidad, con experiencia en información deportiva y especializado en rugby

«Ganas, paciencia y un poco de mano», receta para ser un constructor naval a pequeña escala

¿Quién construye las maquetas que se exhiben en el Aquarium? La respuesta está cerca, en la antigua lonja del puerto de Donostia, donde tiene su nuevo local la sección de Historia y Modelismo Naval, que en 2027 cumplirá medio siglo. Allí tienen su puente de mando Joseba Burdain y Paco Gómez.

La Sociedad Oceanográfica de Gipuzkoa (SOG), fundada en 1908, es sobre todo conocida por su Aquarium, que el año pasado recibió la visita de más de 360.000 personas. De entre todos los museos vascos, solo el Guggenheim de Bilbo está por encima.

Pero la SOG cuenta también con una sección de Historia y Modelismo Naval, que en 2027 cumplirá medio siglo de existencia y que recientemente se ha trasladado a un local ubicado en el puerto de Donostia, en el reconstruido edificio de la antigua lonja –popularmente ‘El Portaviones’– y que es propiedad del Gobierno de Lakua. Hasta principios de este año contaban con un espacio en las instalaciones de Albaola, en Pasai San Pedro, pero tenían problemas con la humedad.

Joseba Burdain y Paco Gómez se afanan en este lugar, entre piezas de madera, planos de papel y diferentes tipos de herramientas, tanto manuales como eléctricas. «Normalmente cada uno elige sus proyectos en función de sus gustos, pero por ejemplo ahora el Aquarium requiere un par de modelos y los vamos a hacer», explica Burdain, quien se enganchó a este hobby siguiendo la tradición familiar.

«Llevo con esto desde hace muchos años, ni me acuerdo. Mi padre hacía en casa y yo he seguido. He hecho maquetas de todo tipo, además de barcos», apunta.

Recuperar lo iniciado

Su compañero Paco Gómez empezó con una maqueta naval siendo mucho más joven que ahora, pero «por falta de sitio y otras cosas lo aparcas en una caja, en un rincón de un armario, y te olvidas. Pero vi una publicación en 2013, que decía que los modelistas del Aquarium estaban en Albaola, y me acordé del barco que tenía empezado. Yo había sido ebanista, y me dije ‘ahora que tengo tiempo es buen momento para terminarlo’». Doce años después, aquí sigue.

«Ahora es como si el Aquarium comenzara aquí», apunta. Lo cierto es que desde el exterior, en la zona que en Aste Nagusia se conoce como La Flamenka, se ve un ‘escaparate’ con algunos de los trabajos terminados. Varias personas se detienen para curiosear. «Ya verás cuando llegue el verano», auguran. De hecho, aseguran que no falta quien abre la puerta y se asoma para echar una ojeada o preguntar alguna duda.  


Uno de sus objetivos es «aumentar la cantera» y asegurar el relevo generacional. Para ello, han puesto en marcha un cursillo de iniciación en el que han visto superadas por mucho sus expectativas. «Esperábamos dos o tres personas, y se han apuntado doce. Hemos tenido que hacer dos grupos. Vamos a morir de éxito», señalan entre risas.

Relevo generacional

Además «hay algunos jóvenes, que no me lo esperaba», añade Paco Gómez, «porque normalmente todo el mundo suele esperar a jubilarse, o empieza como yo pero luego entre el trabajo, los niños, la falta de sitio… la vida no te deja seguir. Pero hay cuatro bastante jóvenes, y eso es una satisfacción, porque al final nosotros iremos saliendo y lo bonito es que alguien continúe».

«Sin ir más lejos ayer estaban todas las máquinas ocupadas, con la gente hablando y preguntando, menudo follón», añaden quienes están más acostumbrados a trabajar en ‘petit comité’. Por ahora son todo hombres, aunque una mujer ya ha mostrado su interés por comenzar a partir de septiembre.

Además de ganas, lo principal para este hobby es «la paciencia. Sí es verdad que también tienes que tener un poquito de mano a la hora de coger una sierra o una lima… Pero nos hemos dado cuenta con esto del cursillo que vienen y se quieren comer el mundo, tienen mucha prisa, y eso no puede ser. Vete despacio, vete tranquilo, esto es una carrera de fondo, no es un sprint», subraya Joseba Burdain.

Rigor histórico

A partir de ahí, el nivel de complejidad depende de la experiencia y de dónde quiera colocar el listón cada uno. «Hay embarcaciones de las que tenemos planos, pero si por ejemplo quieres hacer una del siglo XVI o XVII igual no tienes, y entonces tienes que investigar contratos de construcción, ordenanzas de la época, y de ahí sacas datos. Y con esos datos es cuando empiezas a dibujar y a sacar piezas. Para eso sí que necesitas ya unos conocimientos. Yo utilizo un programa de ordenador para hacer planos en 3D», explica.   

Burdain remarca la necesidad de mantener el rigor histórico, especialmente en las piezas que van a ser expuestas en público. «Si un barco se pintaba en blanco y en verde, yo no lo puedo pintar en blanco y azul. La mayoría de la gente no lo sabe, pero el que lo sabe y lo ve, sobre todo si es en un museo, dice ‘esto no puede ser’. Otra cosa es que lo hagas para ti, que si te apetece pintarlo en amarillo lo pintas».