NAIZ

El expresidente brasileño Jair Bolsonaro será juzgado por intento de golpe de Estado

Los cinco magistrados de la Corte Suprema de Brasil han decretado por unanimidad abrir un proceso penal contra el expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022) y otros siete acusados por golpe de Estado que trató de impedir la investidura de Lula da Silva.

El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, ayer, a su llegada a la Corte Suprema.
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, ayer, a su llegada a la Corte Suprema. (BRAZILIAN SUPREME COURT | AFP)

La Corte Suprema de Brasil ha dictaminado este miércoles juzgar al exmandatario ultraderechista Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado, lo que lo expone a una dura pena de prisión y mina sus aspiraciones de volver a la presidencia.

La Fiscalía imputó a Bolsonaro el pasado mes de febrero por supuestamente liderar una organización criminal que buscó impedir la investidura del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, contra quien perdió las elecciones en 2022.

En un país todavía marcado por la memoria de la última dictadura militar (1964-1985), el juicio contra el expresidente, de 70 años, quien se ha declarado nostálgico de ese periodo, promete ser histórico.

Los cinco magistrados de la primera sala del Supremo Tribunal Federal (STF) han votado por unanimidad abrir el proceso.

Bolsonaro, que podría enfrentar una condena de unos 40 años de prisión, no ha comparecido este miércoles ante la corte en Brasilia, contrariamente a la víspera, en el primer día de deliberaciones.

El líder de la oposición brasileña defiende su inocencia y se declara un «perseguido».

Aunque inhabilitado políticamente, Bolsonaro mantiene su voluntad de aspirar volver a la presidencia en las elecciones de 2026.

Los analistas estiman que es poco probable que sea detenido preventivamente, por lo que debería aguardar su juicio en libertad.

Aunque no hay un plazo legal, «hay expectativa de que el caso sea juzgado este año», para no interferir en las elecciones del año próximo, ha explicado a AFP el abogado penalista Enzo Fachini.

Matar a Lula

El plan golpista presuntamente dirigido por Bolsonaro contemplaba medidas como la elaboración de un decreto para justificar un «estado de defensa» e incluso la muerte de Lula y del juez Alexandre de Moraes, según la Fiscalía. El complot no se habría consumado por falta de apoyo de los altos mandos del Ejército.

Bolsonaristas, en el palacio presidencial de Planalto, durante el asalto. (Evaristo SA | AFP)

La investigación vincula también directamente a Bolsonaro con los disturbios del 8 de enero de 2023, cuando sus seguidores asaltaron las sedes de los tres poderes en Brasilia.

Junto a Bolsonaro, serán juzgados siete colaboradores, incluidos exministros como Walter Braga Netto (Defensa) y Anderson Torres (Justicia), y un excomandante de la Marina, según ha dictaminado la corte.

Durante el primer día de deliberaciones, Bolsonaro mantuvo un semblante serio, sentado en primera fila.

«Contra el expresidente no se halló absolutamente nada», afirmó el martes su abogado, Celso Sanchez Vilardi.

«Interés personal»

«Hay indicios razonables de la Fiscalía que apuntan a Bolsonaro como líder de la organización criminal», ha afirmado este miércoles el juez Moraes antes de emitir su voto.

La defensa del líder ultraderechista intentó sin éxito apartar a Moraes.

El juez, blanco del supuesto plan de ejecución y al frente de varias causas contra el expresidente, fue cuestionado por tener «interés personal» en el caso.

Entre los magistrados que han decidido la suerte de Bolsonaro también figuran Flávio Dino, exministro de Lula, y Zanin, exabogado del presidente.

«Soy candidato»

Bolsonaro está inhabilitado políticamente hasta 2030 por cuestionar sin pruebas el sistema de urnas electrónicas, pero él confía en que su pena sea revertida o reducida. «Por el momento, soy candidato», declaró días atrás.

Compara su situación con la de Donald Trump, quien regresó a la Casa Blanca a pesar de sus problemas judiciales, y espera que el presidente estadounidense ejerza «influencia» a su favor.

La incertidumbre sobre su futuro ocurre mientras el progresista Lula, de 79 años, se muestra ambiguo sobre sus intenciones de aspirar a la reelección.

Antes de volver al poder por tercera vez en 2023, el mandatario también tuvo problemas con la justicia por un escándalo de corrupción que lo llevó a prisión, aunque sus condenas fueron luego anuladas.