Iñaki  Iriondo
Cronista político

Como rimaba Machado, Esteban ha sido el elegido y nadie sabe por qué ha sido

Se está trasladando con normalidad que Aitor Esteban será proclamado presidente del EBB el domingo y lo llamativo es que nadie ha explicado el porqué, ya que no ha presentado nada alternativo a las prácticas de Andoni Ortuzar. Tampoco ha habido debate sobre la elección de la nueva dirección

Aitor Esteban, ovacionado ayer por ministros y diputados, tras su último discurso en el Congreso.
Aitor Esteban, ovacionado ayer por ministros y diputados, tras su último discurso en el Congreso. (Eduardo PARRA | EUROPA PRESS)

Un conocido poema de Antonio Machado, adecuado para estas fechas y algo naif dice así:

La Primavera ha venido

nadie sabe cómo ha sido.

Ha despertado la rama

y el almendro ha florecido

y en el campo se escuchaba

el gri gri del grillo.

La primavera ha venido

nadie sabe cómo ha sido.

El 29 y 30 se celebra en Donostia la Asamblea General del PNV en la que Aitor Esteban será proclamado, como único candidato, presidente del EBB. Pero si cualquiera preguntara por qué él y no otro, solo escucharía «el gri gri del grillo». Remedando el verso de Machado, lo cierto es que Aitor Esteban ha sido el elegido, pero nadie sabe por qué ha sido.

Como única explicación podrán decirle que obtuvo un amplio apoyo en la primera vuelta y que el entonces más votado, el todavía presidente del EBB, Andoni Ortuzar, decidió dar un paso al lado «por el bien del partido» y «para evitar la confrontación».

Pero la pregunta básica sigue sin respuesta: por qué recibió ese impulso Aitor Esteban en la primera vuelta. No será por relevo generacional, porque tiene los mismos 62 años que Ortuzar; no puede ser por diferencias ideológicas, porque ambos coinciden en que no las hay.

De hecho, incluso eran amigos. En pasado. En una entrevista publicada el domingo por el Grupo Noticias le preguntaban a Ortuzar si se mantenía esa amistad y la respuesta fue «tenemos una relación que no hemos cortado ni estas semanas, porque él seguía siendo portavoz en Madrid, y yo, presidente del EBB». Eso es una relación profesional.

PARA AHONDAR EN LA FALTA DE EXPLICACIÓN AL POR QUÉ DE ESTA ELECCIÓN, HAY QUE DESTACAR QUE ESTEBAN NI SIQUIERA HA PRESENTADO UN PROGRAMA PROPIO DE ACTUACIÓN NI PRIORIDADES,

ningún tipo de propuesta para concitar el voto de la afiliación. No lo ha hecho ni por escrito ni ha trascendido que haya dado charla alguna en ningún batzoki. Parece que, al menos en este caso, las bases del PNV votan por fe.

Porque ahora cabe recordar que en el proceso de elección de las presidencias territoriales, la mayoría de los candidatos que competían presentó al menos un escrito de intenciones con el que los militantes podían orientarse para votar a uno u otro.

Pero tal vez por ser el único candidato y saberse ya ungido, Aitor Esteban no ha visto necesario repartir entre la afiliación un texto con sus prioridades. En esto el PNV debe de ser una verdadera excepción en Occidente: la única formación política que vota a un candidato nuevo «alternativo» sin que les haya dicho qué va a hacer.

UN SISTEMA DE ELECCIÓN TELEDIRIGIDO PESE A QUE SE NIEGUE.

La ortodoxia jeltzale impone el discurso de que los dirigentes no se presentan a los cargos, sino que les presentan las bases; que todos los afiliados parten en igualdad de condiciones y que los puestos son individuales y no existente candidaturas o planchas.

Siguiendo ese discurso ortodoxo, el portavoz parlamentario y futuro miembro del EBB, Joseba Díez Antxustegi, declaraba hace diez días en Vocento que «en nuestro sistema electoral interno eligen los afiliados y, como no existen planchas, estamos en manos de lo que digan las bases».

A Díez Antxustegi le contradijo este domingo su aún jefe Andoni Ortuzar. El presidente del EBB negó haber participado en las negociaciones para la confección de la nueva Ejecutiva, pero al mismo tiempo reconocía la existencia de una plancha, que finalmente fue la votada mayoritariamente, pese a haber miembros muy poco conocidos.

Ortuzar declaraba que «lo que ha habido, como es lógico, son los acuerdos no escritos, pero que se producen siempre para distribuir cuántas personas proceden de Bizkaia, de Gipuzkoa… (...) Es un puzle que no es fácil porque hay que tener gente con experiencia jurídica, económica... ». Es decir, candidaturas oficiales, planteadas de arriba abajo, como «las meigas, haberlas haylas».

¿EL APOYO DE CUÁNTOS MILITANTES DEL PNV TIENE AITOR ESTEBAN PARA SER EL PRESIDENTE DEL EBB?

La opacidad del PNV impide saber qué proporción de su militancia ha participado en el proceso interno de elección del presidente y del resto de miembros de su dirección política nacional. Es cierto que otros partidos tampoco dan a conocer los índices de participación en sus procesos, pero al menos últimamente no han sido motivo de controversia entre los propios implicados. Círculos jeltzales se quejan de la falta de representatividad de estas elecciones, y hablan de una participación de entorno al 10% de la afiliación, de los que una parte, además, ha votado en blanco. Evidentemente se trata de un problema grave para todo partido, sindicato o asociación.

A Andoni Ortuzar le preguntaron en el Grupo Noticias si le preocupaba esa baja participación y los votos en blanco, y contestó que «lo que yo no sé es cómo sabe la gente eso, porque nuestras asambleas deben ser secretas. Y no es lo mismo el batzoki de Abanto, de menos de 200 afiliados, que uno de 800; o que haya uno o dos candidatos… (...) Todo el mundo sabe o dice saber y ha habido muchas informaciones falsas».

Resulta llamativo -y al mismo tiempo esclarecedor- que teniendo la oportunidad de aclarar las cifras de la participación y los votos registrados sobre el censo total de militantes, y de hacerlo, además, jugando en casa, Ortuzar no diera ni un solo número. De hecho, son datos que no es que no se ofrezcan al público, sino que tampoco se ha hecho dentro de las estructuras del propio partido.

LOS NOMBRES Y LAS PLANCHAS HAN OPACADO EL EJE DE ESTA ASAMBLEA GENERAL DEL PNV, A LA QUE INICIALMENTE SE QUISO EQUIPARAR LA DE 1977 EN IRUÑEA, A LA SALIDA DEL FRANQUISMO, O A LA DE ZESTOA EN 1987 TRAS LA ESCISIÓN DE EA.

Ortuzar lo anunció el pasado 31 de julio, en el acto del 129 aniversario de la creación del PNV: «Toca también volver a acertar, volver a tocar la tecla que reactive a nuestro partido y fortalezca su nexo de unión con la sociedad vasca. Y toca también elegir a las personas de nuestra organización que deberán conducirnos a este viaje al futuro».

Un mes después, en Zarautz, en el arranque del curso político del partido, Ortuzar quiso enderezar el rumbo de tan trascendental asamblea y fijar como máxima «proyecto, organización y personas, por ese orden. Quién va a estar en el EBB es la última parte de este proceso y tiene que ser consecuencia de las dos variables fundamentales: proyecto y organización».

Pero luego el propio EBB rompió ese orden al adelantar la elección de las territoriales al de las ponencias. Y después, elegidas estas, el lío creado en torno a la continuidad o no de Andoni Ortuzar y la irrupción de Aitor Esteban, lo centraron todo en los nombres, en esos dos nombres concretamente.

Para un partido que sigue con la ponencia política de 2007, la trascendencia y profundidad estratégica de los cinco borradores presentados ahora es más que cuestionable. La negociación de las enmiendas se lleva en las élites y el sábado se prevé una hora de debate para cada uno. No da la impresión de que lo que salga el fin de semana del Atano III quede para la historia como Iruñea y Zestoa.

Por cierto, si creen que la solución a la pregunta de por qué el nombre de Aitor Esteban surgió con fuerza en el proceso interno del PNV es «porque la gente estaba harta de Andoni Ortuzar y fue una forma de expresar ese malestar o contestación», el propio presidente del EBB ha dado la respuesta en la entrevista: «No, no». Pues eso.