Imanol  Intziarte
Redactor de actualidad, con experiencia en información deportiva y especializado en rugby

Fíjate bien la próxima vez que te montes

Obras del metro de Donostia
Obras del metro de Donostia (Andoni CANELLADA | FOKU)

Visité Burdeos hace unos meses. Por vez primera, aunque parezca increíble, porque desde Donostia se llega en un salto y merece la pena. Lo hice como turista. Sí, lo confieso. Tampoco soy de los que despotrican en exceso cuando la ciudad está saturada. Me quejo un poco y opto por no acercarme a las zonas calientes en una temporada alta cada vez más extensa.

Al grano. Nos alojamos cerca de la Gare Saint Jean, a cuyas puertas tomábamos el tranvía. Consta de cuatro líneas que se extienden en todas las direcciones desde la céntrica Place des Quinconces. Soy un enamorado de este tipo de transporte público –sea por superficie, sea subterráneo–, y de su potencial para quitar coches de las calles.

Siendo del barrio de Herrera, llevo toda la vida usando el Topo. Cuando desperté ya estaba ahí, como el elefante en la habitación. Recuerdo ir con la amona a comprar angulas a Hendaia, cuando había que enseñar la documentación en el puente internacional, cuando aún se podían comprar angulas. A Madalenas en ‘Rente’, a la playa con la cuadrilla, temerosos de aquel ‘pica’ alto, con barba y txapela que nunca sonreía y solo decía «ondo».

He escrito bastante en este medio sobre las obras del Metro. Hoy mismo, sin ir más lejos. Sobre incidentes, sobre los elevadísimos sobrecostes, sobre el avance de los trabajos, sobre la oposición a los mismos, sobre los retrasos…

Comparto algunas críticas, otras no. Igual había mejores alternativas, pero decir que la pasante es «para los turistas» o «para ir a la playa» me parece demagogia, o no haber prestado demasiada atención a la tipología de la mayor parte de las personas que usan este transporte en su día a día.

Es no pensar en esa inmigrante hondureña que gasta media mañana en ir desde Altza hasta Benta Berri en el bus 24 o 27 para limpiar un piso, en esa estudiante de Irun que cursa Química en la UPV-EHU o que tiene que ir a Musikene con su violonchelo a cuestas, o en ese joven del Antiguo que trabaja en Pasai Antxo… Aunque también viajen turistas.