Gaza, «un infierno a cielo abierto»
Bajo el título «Gaza bajo los escombros», Esteban Beltrán (Amnistía Internacional), Raquel González (Médicos Sin Fronteras) y Jordi Calvo (Centre Delàs d´Estudis per la Pau) pusieron voz al «infierno a cielo abierto» en que Israel ha convertido la Franja de Gaza.

Solo en los tres primeros de la ofensiva militar israelí que comenzó el 7 de octubre de 2023 cayeron sobre la Franja de Gaza 20.000 toneladas de bombas.
«Hablamos de un nivel de destrucción masivo; de 400.000 personas en riesgo de hambruna, del viaje a ninguna parte de la población gazatí, obligada a desplazarse con lo puesto. Algunas familias con las que hemos hablado han tenido que desplazarse hasta en diez ocasiones», remarcó Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional (AI) en el Estado español en la mesa redonda «Gaza bajo los escombros», celebrada en el Victoria Eugenia de Donostia dentro del Festival de Cine y de Derechos Humanos.
A esta situación se añade el bloqueo total de la ayuda humanitaria desde el 2 de marzo y la ruptura del alto el fuego por parte de Israel el 12 de marzo y, con ello, el regreso de «bombardeos masivos, desplazamientos…».
Desde entonces han muerto un millar de personas, entre ellas al menos 322 niños, según Unicef, y 2.359 han resultado heridas.
Beltrán (AI): «Uno de los momentos más difíciles del pueblo palestino»
«El pueblo palestino está en uno de los momentos más difíciles de su historia. ¿Por qué? Por el genocidio en Gaza, por la salida forzosa de la población en Cisjordania, por los ataques coordinados entre el Ejército y los colonos como nunca los habíamos visto y con un alto grado de impunidad», manifestó.
«Y el tercer elemento por el que decimos que está en uno de los peores momentos es porque había un cierto acuerdo internacional sobre la necesidad de los dos estados y que estos compartieran y convivieran entre sí. Pero ese acuerdo internacional ya no existe. No puede haber dos estados con los niveles de ocupación y apartheid actuales. La única forma de que haya dos estados es que no haya ocupación y apartheid. Es más, ya ni siquiera hay un consenso de que los palestinos deban vivir en Gaza. Véase el plan de Trump», añadió.
En su intervención Beltrán ahondó en los elementos de genocidio que AI ha ido documentando en Gaza. «No investigamos con ligereza cuando hay un genocidio. De hecho, tenemos una investigadora viviendo en Gaza en condiciones de campaña como el resto de la gente».
Recordó lo que engloba el término genocidio para «avergonzar a quienes lo están cometiendo».
«Es la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico o religioso. Hay cinco elementos para definir un genocidio: matanza del grupo; lesión grave a la entidad física o mental de los miembros del grupo; sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que acarreen su destrucción física total o parcial. Estos tres se están aplicando. Los otros dos son medidas destinadas a evitar los nacimientos en el grupo y el traslado por la fuerza de menores de un grupo a otro».
«El Gobierno español es soberano para decretar el embargo de armas a Israel y a las relaciones entre empresas armamentísticas. No depende de Bruselas. Hay margen de influencia»
AI ha documentado «15 ataques indiscriminados contra población civil en los que no había ni un solo objetivo militar», así como «la negación de las necesidades básicas. No solo los desplaza, los mata y los deshumaniza, sino que también busca destruirlos a largo plazo».
Destrucción cultural y deshumanización
«Hay otro elemento que ayuda a comprender el genocidio que es la destrucción cultural. Ha habido ataques a centros históricos y educativos, a mezquitas cuando, por ejemplo, estas ya estaban en poder del Ejército israelí… en un intento por borrar la identidad palestina».
El representante de AI advirtió también sobre «la deshumanización. Los palestinos son, según Israel y sus aliados, seres inferiores. Esta deshumanización del otro es lo que nos ha llevado al quiebre del consenso mínimo mantenido durante 80 años tras la II Guerra Mundial en el sentido de que nadie era superior a nadie. Este quiebre lo vemos con la población migrante y con los palestinos. Hemos documentado aproximadamente 200 declaraciones de miembros del Gobierno israelí llamando a la destrucción física de los palestinos. De ellas 50 eran de personas con responsabilidad directa en operaciones en Gaza».
¿Dónde te metes? En una escuela de Unrwa, en un polígono, en tiendas de campaña improvisadas en carreteras… Hay falta de higiene por el hacinamiento, lo que genera enfermedades de la piel como sarna, dolencias respiratorias… Ha hecho mucho frío»
Afirmó que «históricamente a Israel se le ha permitido hacer lo que quiera. Europa le ha permitido una ocupación cada vez mayor, que los palestinos sean humillados, la Ley de Ciudadanía de 2018 que define a Israel como ‘hogar nacional’ del pueblo judío, considerando a la población árabe y palestina inferior, le ha permitido los actos de genocidio que estamos viendo en la Franja y le ha permitido cruzar todas las líneas rojas».
Reflejo de esa impunidad son «los 60.000 vídeos de soldados israelíes cometiendo crímenes de guerra a cara descubierta sin ningún problema y siguiendo las indicaciones de deshumanización de sus jefes».
Tres tipos de gobiernos
Sobre la respuesta de la comunidad internacional, Beltrán diferenció entre tres tipos de gobiernos: «Los que están en contra de lo que hace Israel y lo han demostrado con actos pero no tienen influencia sobre lo que hace Israel, por ejemplo, Sudáfrica. No ha sido el mundo occidental el que ha recurrido a la Corte Penal Internacional de Justicia. El primer país fue Sudáfrica, luego se apuntaron otros».
«Hay un segundo grupo de países que apoyan ciegamente a Israel, entre los que están Estados Unidos y Alemania. Y un tercero que dice lo correcto pero no lo hace. En ese está España, que si bien ha adoptado iniciativas importantes, estas no van a parar el genocidio».
Frente a todo ello, Beltrán abogó por ir «logrando pequeñas victorias para poder empezar el partido. Debemos conseguir que Unrwa no salga de Gaza, Cisjordania, Siria, Líbano; que no se vacíe de contenido a la Corte Penal Internacional y avanzar hacia un embargo regional de armas para que no se consume el genocidio. Lo fundamental es parar los bombardeos».
«No hablamos solo de Gaza. Podríamos hacerlo también de Sudán, de Yemen, de la absoluta impunidad con la que se ataca a la población civil»
«Vivimos tiempos difíciles. Nos jugamos que no haya un orden internacional, que se acabe el Derecho Internacional humanitario, la OMS, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU… La historia parece repetirse, observamos una rima de deshumanización. Pero tenemos una sociedad civil que no había en los años 30. Como tal nos toca coordinarnos, aguantar. Lo vivimos en 2001 con Guantánamo, la guerra de Irak… Necesitamos gobiernos realmente comprometidos que hagan de contrapeso a estos gobiernos tóxicos», concluyó Beltrán.
Raquel González (MSF): «Las órdenes de evacuación, una arma de guerra más»
Raquel González, coordinadora de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el Estado, recordó que antes de los ataques del 7 de octubre en la Franja entraban a diario 500 camiones con ayuda humanitaria.
«No partíamos de una situación ideal. Hemos ido evolucionando y moviéndonos en función de la situación y de las evacuaciones forzosas. Del norte nos tuvimos que ir a la zona centro para volver otra vez al norte durante las tres semanas del alto el fuego. La carretera que conecta el sur del enclave con el norte está absolutamente destruida».
En este momento la ONG cuenta con mil trabajadores en Gaza –la gran mayoría gazatíes «con una gran formación y altamente cualificadods»– y tiene dos hospitales de campaña en el centro al tiempo que apoya al Hospital Al Quds, también en el centro, y al Nasser en Yan Junis, en el sur. Además, está apoyando a seis centros de salud.
«Debemos conseguir que Unrwa no salga de Gaza, Cisjordania, Siria, Líbano; que no se vacíe de contenido a la Corte Penal Internacional y avanzar hacia un embargo regional de armas para que no se consume el genocidio»
«Los hospitales están absolutamente saturados y desde que se rompió el alto el fuego hemos vuelto a la dinámica de ataques masivos, con casos gravísimos».
Denunció las órdenes de evacuación forzosas, que «se han convertido en un arma de guerra más».
«¿Dónde te metes? En una escuela de Unrwa, en un polígono, en tiendas de campaña improvisadas en carreteras… Hay falta de higiene por el hacinamiento, lo que genera enfermedades de la piel como sarna, dolencias respiratorias… Ha hecho mucho frío».
«¿Cómo se hace un biberón sin agua?»
González se refirió también a la negación de ayuda humanitaria, otra arma de guerra. «Hablamos de suministros médicos pero también de comida, de agua… Si no hay electricidad, no funcionan las plantas de desalinización, con lo cual no hay agua potable de calidad. ¿Cómo se hacen los biberones de los niños sin agua potable? No se puede», denunció.
La representante de MSF resumió así la situación: «Se hablaba de que Gaza era una cárcel a cielo abierto, bueno, es un infierno a cielo abierto, porque no ha habido un solo sitio seguro. La distinción entre civiles y combatientes ha saltado por los aires. La escala e intensidad que hemos visto en Gaza no la hemos visto en los últimos años».
«¿Hasta dónde vamos a llegar?», se preguntó.
Recogida de firmas
Para denunciar «el desprecio a las poblaciones civiles y a las misiones médicas en zonas de guerra», MSF ha puesto en marcha la campaña «Línea roja».
«No hablamos solo de Gaza. Podríamos hacerlo también de Sudán, de Yemen, de la absoluta impunidad con la que se ataca a la población civil. Pretendemos visibilizar y sensibilizar sobre estos ataques y en la medida de lo posible como organización de la sociedad civil influenciar algunas políticas o, por lo menos, algunas miradas». Para ello, ha iniciado una recogida de firmas. «Queremos conseguir las más posibles para tener más fuerza en las negociaciones».
Jordi Calvo: «¿Quién vende las armas a Israel y compra sus armas?»
Desde el Centre Delàs d´Estudis per la Pau, su coordinador Jordi Calvo expuso el informe elaborado por la entidad sobre el comercio armamentístico entre el Estado español e Israel.
«Las armas de Israel las fabrican allí. En el ránking mundial de las cien empresas más importantes de armas, aparecen varias de Israel, como mínimo tres. Pero también las compra. ¿Quién se las vende? Principalmente, Estados Unidos y Alemania, pero también Italia, España y buena parte de los países de la UE».
«El pueblo palestino está en uno de los momentos más difíciles de su historia»
«Toda venta de armas la tiene que aprobar el Gobierno. Es imposible una venta de armas sin autorización del Gobierno. Sabemos que, en el primer semestre del 2023, antes del 7-0 España había exportado a Israel armamento por valor de 43 millones de euros. Con los datos que hemos pedido insistentemente, hemos visto que en el segundo semestre, no sabemos la fecha, si antes o después del 7-0, el Gobierno acepta que ha exportado armas de la categoría de la 2 a la 5, es decir, municiones, armas cortas, explosivos por tres millones. ¿Es mucho? Pues depende a quién le toque. Desde diciembre, el Gobierno ha insistido en que no se estaban autorizando nuevas licencias de venta de armas a Israel».
«Pero sabemos que ha habido aviones que han parado en España o barcos con armas que han hecho escala. Hay otras fuentes de información que nos llevan a pensar que algo más está pasando. Nos falta mucha información».
Incidió en que «si bien es importante las armas que se envían, es importante las armas que se compran a Israel, que es una industria militar muy potente y cuya economía se basa en gran medida en ello. En 2024, España compró a Israel 1.680 misiles y 12 plataformas anticohetes por un valor de cerca de 900 millones de euros. Israel vende sus armas con un famoso slogan de marketing que dice que todas su armas han sido probadas en combate».
Embargo de armas
«El Gobierno español es soberano para decretar el embargo de armas a Israel y a las relaciones entre empresas armamentísticas. No depende de Bruselas. Hay margen de influencia», subrayó.
Calvo apeló a la responsabilidad de las empresas y la ciudadanía. «Los gobiernos pagan a las empresas de armas cuando las reciben pero la fabricación, sobre todo si son misiles, buques de guerra, blindados, cazas… duran muchos años y se entregan a los 5, 10 o 15 años. ¿Qué ocurre? Pues que necesitan de la financiación de los bancos, públicos y privados, para mantener su actividad durante todo ese tiempo».
Entre los bancos que financian a las empresas armamentística en Estado español, sobresalen el Banco Santander, el BBVA y Caixa Bank.
«Es importante que como ciudadanos tengamos conciencia sobre ello y en función de ello podamos tomar decisiones soberanas. Como ciudadanos podemos exigir a nuestros bancos que digan a quiénes financian. También podemos cambiar de banco o irnos a la banca ética».
«Debemos exigir que quien se lucra con este genocidio tenga que responder», concluyó.

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